Sigue en Almas Predestinadas
RYUJI
Esto es absurdo. Frustrante.
Estoy cansado de pasar todos los años por lo mismo. Tener que entrar en ese estado de sueño en donde únicamente es mi cuerpo el que descansa. Mi mente ya no duerme, como si se hubiera acostumbrado al suero. Empiezo a divagar, recordar, a veces hasta imaginar.
Tengo más de 600 años y desde que ellos me hicieron emperador, no tendré descanso hasta encontrarla.
Soy el maldito emperador y tengo que seguir pasando por esto!
Termino de cambiarme y de prepararme para el gran evento cuando alguien golpea mi puerta. Mi madre entra con su hermosa sonrisa llena de comprensión: - Estás listo?
- Tengo otra opción?
Mi mirada hastiada lo dice todo.
- Se que estas cansado de todo esto, pero estoy segura que de estamos cerca... Se que ella está aquí.
Mi madre me mira con ojos esperanzados, tratando de infundirme algo de fe.
- Ojalá madre, así podemos terminar con toda esta farsa.
- No es una farsa Ryuji – dice reprendiéndome como si aún fuera un niño. -Es tu alma gemela, la has estado esperando por tantos años...
- En realidad no, estoy mas que bien con Layla, madre. Gran mentira, pero ya que me trata como a un niño decido comportarme como tal.
Me mira con condescendencia, como si hubiera algo de lo que me estoy perdiendo.
- Te prometo que cuando la conozcas cambiarás de opinión. A todos nos pasó. Algunos tardamos más tiempo que otros, pero sabes mejor que nadie que es un vinculo irrompible, que te...
- Ata – Concluí por ella. – Un vinculo que le otorga poder a la otra persona, que te hace vulnerable. ¿Y honestamente hablando, de que sirve un emperador débil?
Ella niega con la cabeza. - Cuando quieras estamos listos - me dice antes de salir.
La sigo por los pasillos del palacio mientras nos dirigimos al laboratorio, donde Alex me estaba esperando con el suero listo. Sin muchos preámbulos me lo inyecto en el brazo. – El show debe continuar – afirmo mientras me dirijo a una camilla especial situada en el centro de la habitación de al lado, donde me recuesto y me duermo rápidamente.
Esta vez no sueño ni imagino absolutamente nada. Únicamente recuerdo. Recordé ese accidente, la recordé a ella.
Era la mujer más espantosa que vi en mi vida. Alta, cabello sucio y desgreñado, trenzado hasta la cintura; ojos marrones, casi sin vida. Sin embargo, sus movimientos eran delicados, armoniosos, teniéndome hipnotizado.
Ese día estaba patrullando, pero con la mente perdida en la conversación que tuve con Layla. Ella quería mas. Todas quieren más. Ese más que jamás voy a poder darles. Solo a ella.
Layla es una mujer hermosa, una BROC según mi hermano Tai: Bajita, Rubia y de Ojos Celestes.
Apodó todas mis amantes así, ya que siempre tienen esos requisitos. Ellas se quedan muchos años a mi lado, con la esperanza de convertirse en emperatriz y ser inmortales. Y cuando el desenlace no cambia, se enfurecen, lloran, se deprimen, por todos esos años de su vida perdidos al lado de un inmortal que no las va a corresponder nunca.
Siempre fui honesto, aún así es desilusionante que sigan cultivando una esperanza que no tiene raíz ni fundamento.
Algunas lo entienden y a pesar de estar conmigo intentan buscar el amor en otra parte. Varias lo han conseguido, formando su propia familia.
Muchas otras no: se enamoran del poder, el dinero, el estatus de amante del emperador y pretenden quedarse.
Algunas son mas astutas que otras y se interesan en la política tratando de conseguir aliados en el palacio para que hablen a su favor cerca del final.
Layla hace parte de este ultimo grupo, pero es inteligente lo suficiente como para no decírmelo. Como si no lo supiera de todos modos.
Si bien no suelo entrar en su mente, ya que aun dejo rastros, mi padre y mi hermano Sato lo hacen por mi cuando sus historias no cierran. Y esa noche fue una recriminación constante de algo sin sentido.
Porque yo le aclaré como iban a ser las cosas. Porqué había decidido tenerla a mi lado como amante luego de 58 años.
De golpe decidí bajar, ya cansado de patrullar sin prestar atención y sin darme cuenta que aún seguía en mi forma demoniaca.
Y me atraparon.
Amy no tenía nada. Huérfana, con deudas escolares, estaba obligada a vivir en una habitación rentada para poder salir adelante. Sin embargo poseía belleza e inteligencia y una gran determinación en no dejar que las adversidades de su vida determinaran su futuro. Y cuando Joseph Anderson le hace la propuesta de su vida, no puede rechazarla. Lucas lo tenia todo. Inteligente, exitoso, rico, increíblemente hermoso y malditamente carismático. Decidido en seguir con legado de su padre como jefe de la multimillonaria empresa, gestiona todo con puño de hierro, con calma y en absoluto control. Hasta que su secretaria decide jubilarse y comienza a entrenar a su futuro reemplazo. Entonces sabe con certeza que trabajar codo a codo con la pequeña e inocente rubia, es la formula para un completo desastre. Lucas se encuentra descubriendo sensaciones que nunca había tenido por ninguna mujer, catapultando a Amy a un escenario completamente diferente al que ella había planeado para si misma.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Durante los tres años de matrimonio, lo único que Alicia recibió de su marido, Erick, fue indiferencia y disgusto. Justo cuando algo despertó su esperanza de que Erick finalmente hubiera cambiado, descubrió que él tenía motivos ocultos. Tanto el amor como la paciencia tenían fecha de caducidad. Incapaz de soportarlo más, Alicia solicitó el divorcio. Erick la acorraló contra la pared y exclamó: "¿Quieres divorciarte de mí? ¡De ninguna manera!". Aun así, Alicia estaba decidida a cambiar. Comenzó su camino hacia el éxito y pronto atrajo a muchos admiradores, lo que enojó mucho a Erick. Un día volvió a ver a Alicia, que estaba con unos niños. Al ver la escena, actuó fuera de lugar: "Déjame ser su padre". Alicia puso los ojos en blanco. "No necesito su ayuda, Sr. Ellis. Puedo cuidar de ellos por mi cuenta". Sin embargo, Erick no aceptaría un "no" por respuesta...
Después de tres años de matrimonio sin amor, la traición de Neil hirió profundamente a Katelyn. Ella no perdió tiempo y rápidamente se deshizo de ese canalla. Tras el divorcio, se dedicó a su carrera profesional. Alcanzó la fama como diseñadora, doctora y hacker brillante, y se convirtió en un icono venerado. Neil, consciente de su grave error, intentó en vano reconquistarla, solo para presenciar su magnífica boda con otro. Mientras sus votos se retransmitían en la mayor valla publicitaria del mundo, Vincent deslizó un anillo en el dedo de Katelyn y declaró: "Katelyn es ahora mi esposa, un tesoro de valor incalculable. Que todos los que la codicien tengan cuidado".
Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.