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Cuando se dió cuenta de que era tarde para cambiar, ya había perdido lo más valioso que pudo poseer. Un corazón roto, que no permite repararse, dará camino a una increíble venganza, de la que nadie podrá librarse, las personas que en el pasado la destruyeron ahora rogaban por su vida y por la de los que amaban, pero...Ya es tarde. Con la bella sonrisa que la caracterizaba, destruyó a sus enemigos.
Terence, el hombre más perfecto que había visto y el hombre que robó su corazón se iba a casar con ella, era el día más feliz de su vida, a sus dieciocho años se casaría con el amor de su vida...
En la boda, él la estaba esperando en el altar, con un traje que resaltaba su escultural figura, a sus ojos él era perfecto un hombre de 25 años que logró manejar toda una cadena empresarial y convertirlo en un imperio, su imperio, su hermoso rostro jamás denotó un solo sentimiento parecía alguien frío y sin sentimientos, pero ella sabía o creía que él era bueno, hacia muchas obras de caridad, brindaba becas para las mejores universidades del mundo a jóvenes que querían salir adelante.

Sus ojos azules eran como un profundo mar, parecía que la llamaban y ella estaba contenta de perderse en ellos, sus labios delgados pero muy deseables, parecía tallado por los mismos dioses, una estatura de 1.95 cm, cabello negro, tenía la piel clara y perfecta no había una sola mancha o impureza.
(Todo en él es perfecto)
Se dijo en su corazón, en la gran sala no había nadie más que sus padres y suegros, Terence decidió mantener este matrimonio oculto, ella creía que era por un tema de la empresa.
Ella lucía un hermoso vestido blanco, como cualquier vestido de novia a excepción de que esté tenía joyas incrustadas en los bordes, un pequeño rubí justo en dirección del ombligo era el que más llamaba la atención, tenía forma de corazón, se decía que un corazón rojo representaba un amor puro y duradero. El vestido no tenía mangas solo un escote bastante reservado y elegante, suelo morena clara era perfecta sus ojos eran como la miel denotaban una niña llena de sueños por el amor verdadero.
Durante la ceremonia él solo la ignoró después de firmar simplemente se marchó, no había una pizca de cariño en su mirada.
La chica quedó decepcionada, y fue el hazmerreir de su suegra, no le agradaba ni un poco a esta mujer pero esperaba hacerla cambiar con el trato constante.
Poco sabía que su vida sería un martirio después de haber firmado un papel.
Su mejor amiga aprovecharía cada oportunidad para ensuciar su imagen y quitarle a su hombre.
Kalley una chica bastante risueña, una latina-estadounidense, una morena de ojos miel, bastante alegre y llena
de libertad, la primera vez que se enamoró, y se iba casar pero no era una molestia ella creía que junto a él sería la mujer más feliz del mundo.
"PROMETO ESTAR JUNTO A TI SIEMPRE, PROMETO AMARTE CADA DÍA DE TU VIDA, COMPARTIRÁS TU VIDA CONMIGO DE AHORA EN ADELANTE, HARÉ QUE TU CORAZÓN NUNCA DEJE DE LATIR DE EMOCION, PROMETO INCLUSO HACERTE LLORAR DE ALEGRÍA, KALLEY BECKETT, SERÁS LA MUJER MÁS FELIZ DEL MUNDO"
Estas palabras fueron la más hermosas que le habían dicho en su vida, no pudo evitar sonrojarse, después de sus votos el se fue, haciendo creer a todos que lo que dijo fue una broma.
El chófer la llevó a su casa, su casa, aquí viviría de ahora en adelante junto al hombre que amaba de solo pensarlo quería saltar de la alegría.
SERÁS LA MUJER MAS FELIZ DEL MUNDO, estas palabras resonaban en su mente y su corazón no paraba de bombear a un ritmo antinatural, sin embargo al llegar no había nadie solo había un plato de comida fría en la mesa, subió a las habitaciones y no había nadie, nadie, la noche de su vida y no había nadie, ¿Dónde estaba su esposo?.
Se convenció de que estaba ocupado y empezó a lavarse, al terminar ya eran las tres de la madrugada, ya había muy tarde pero un rato en la tina la relajo por completo, se puso un pijama transparente no porque quisiera, era lo único que había.

De solo tocar la cama se entregó a los brazos de Morfeo, ni siquiera un rayo de Zeus la despertaría.
Al día siguiente se dió cuenta que lo no había nadie otra vez, ni siquiera el chófer de ayer. Llamo a su esposo y trato de ocultar su tono nervioso para hablar: "Ho-hola".
Ella sabía que él no estaba de acuerdo con el matrimonio pero... podría enamorarlo era una chica hermosa, sin embargo su timidez no le permitía tomar la iniciativa, prácticamente vendió a su familia para casarse con él, se esforzó mucho aunque sus papás no estaban de acuerdo la apoyaron al final ahora la acciones de la empresa familiar estaba en las manos de su marido y no había nadie mejor que él para manejarlas.
"¿Que quieres?", su voz fría llegó del otro lado del teléfono, estába lejos pero ella no pudo evitar temblar con su voz.
"Yo, mmm, ¿Porqué no hay nadie en casa?" Respondió con mucho nerviosismo, su corazón latía muy rápido y no por emoción sino miedo.
"De ahora en adelante esa es tu casa, te ocupas de todo lo que pase allí, te ocupas de tus gastos y necesidades, ah y no vuelvas a llamarme tú y o no tenemos nada que ver además de este estúpido contrato." Después de lo que dijo cortó la llamada y puso su número en la lista negra.
Kalley estába perpleja, sentía que su corazón estaba siendo atravesado por miles de espinas, el dolor la hizo desplomarse en la puerta, abrazo sus rodillas y dejo que las lágrimas cayeran, luego de un rato se levantó, no podía permitirse estar así, como podía esperar que el la aceptará así porque si, se preparó una deliciosa comida y empezó a limpiar su hogar, aunque creció en una familia acomodada, sus padres le enseñaron las labores del hogar, eso era importante en una buena esposa, y ella quería ser la mejor.
Cuando ya se preparaba para descansar escucho el timbre su respiración se detuvo por un momento, ¿Sería él?.
Sus pasos se volvieron lentos y emocionada comenzó a ordenarse la ropa, abrió la puerta con una hermosa sonrisa, pero poco a poco esta desapareció.
Al abrir la puerta no vio el hermoso rostro de su esposo, al contrario había un rostro muy bien cuidado, su suegra y otra mujer muy joven y bella estaban allí.
- Buenos días, mamá.- Trato de sonar lo más contenta posible aunque su decepción era obvia, su suegra la miro con desprecio, "¿Como es que una mujer tan vulgar y libertina se casó con mi hijo? Tengo entendido que sabes muy bien el chino, tu pronunciación y entendimiento deben ser buenas, no me llames mamá, tú no eres nada más que una recogida de mi familia, eres tan sinvergüenza vendiste la dignidad y el honor de tu familia por un hombre." La joven a su lado mostró una mirada lamentable mostraba pena, pero en el fondo deseaba que esta mujer se pudra en el infierno. " Tía, ella es la esposa de Terence, creo que él se enojara si su esposa se queja sobre..."
" ¿Enojarse?, a mi hijo no le interesa lo que pase con ésta, ¿Acaso pretendes dejarnos fuera?, retirate de la puerta mi ahijada y yo vamos a entrar."
Kalley se sentía confundida y deprimida, por el trato recibido.
" Ma... señora, ¿Quiere agua, un té o un jugo?, traeré lo que necesite."
" Tráeme un té con poca azúcar, y...¿Shen You, qué necesitas?"
"Oh tía, yo estoy bien, y no creo que sea apropiada que la anfitriona de la casa nos sirva."
"Tú eres la verdadera anfitriona está entrometida, arruinó tu boda con mi hijo"
¿En serio?, Ella trataba de ser lo más amable posible, y esta mujer la menospreciaba siempre, ¿Sirve de algo que siga siendo amable?.
" Madre, señora, o como quiera que le diga, si no se ha dado cuenta está es mi casa, y aunque no me desee como su nuera lo soy, yo soy la anfitriona de esta casa, soy la señora del primer maestro, si no le agrada prefiero que se marche", "Mujer desagradecida, ¿Como te atreves hecharme?, pagarás por ser tan irrespetuosa." Ni siquiera terminó de hablar, cuando alzó una mano y le dió una cachetada, sentía su mejilla arder, estaba a punto de reaccionar, y devolversela pero... China no es como su país, aquí incluso si una mujer mayor la golpea tenía que darle la razón, además de que es su suegra. "Tía, vámonos esta chica es tan maleducada no merece ser reconocida como la esposa del maestro."
Ambas se marcharon, eso es mejor, se levanto y fue por un poco de hielo sentía su mejilla hincharse, se sentía incómoda, aún podía sentir su mano.
La señora, no se iba a conformar con darle una cachetada, eso era grave...
"Oh, Shen, es la primera vez que te oigo alzar la voz, eres muy inteligente, sabes cuándo reaccionar no como esa vulgar mujer"
" Tía, me sentí nerviosa pero en cuanto ví sus intenciones de levantarse y tal vez golpearte me arme de valor para afrontarla."
" Sin duda tu mereces ser la anfitriona de nuestra familia, te ayudaré a conseguir que esa zorra se divorcie de mi hijo y tú te conviertas en su esposa."
" Gracias tía."
Mientras tanto en el la empresa de Terence...
" Mike, necesito un mejor informe, has trabajar a todos esos inútiles, no se les paga por vagar, hazlo o tu puesto estará en vacancia"
El qué hablo era Terence, un hombre poderoso, pero frío, sus empleados estaban nerviosos ya lo conocían pero hoy estaba de un humor aún peor si eso era posible. Mike, su asistente ya sabía lo que pasaba pero no sé atrevía chismear sobre los asuntos de su jefe.
"Me voy, apura a tus empleados los quiero trabajando."
Esa mujer sé atrevía hacer algo tan pesado como hechar a mi madre, al parecer quiere morir, bien pues ahora recibirá su merecido.
Al llegar a la casa un aroma delicioso inundó su naríz, ¿Qué era eso?, no había nadie en casa excepto por esa mujer, ¿Ella cocina?. Cuando entró a la cocina, había música en su idioma algo que no entendía, sabía ocho idiomas pero el español era el más complicado de todos.
Cantaba y a la vez bailaba era divertida aunque una muy buena voz, apagó la cocina y en todo el rato no se percató de mi presencia.
Estaba cocinando después del mal rato que pase sería lo único que me relaje.
No hay nada mejor para cocinar y divertirse que una cumbia peruana.
(Díganle- Corazón Serrano)
Quiero quitarme ese amor de la cabeza
Y este tonto corazón no me lo deja
Me tiene tan encarcelada
Escucho como si me hablara
Y no lo puedo olvidar
Y no lo puedo olvidar
Díganle, que sigo enamorada
Cuéntenle, que me hace tanta falta
No lo puedo borrar de mi vida
Aunque quiera mi piel no lo olvida
Díganle, que muero por sus besos
Cuéntenle, que espero su regreso
Que su amor es un fuego encendido
Que no puedo apagar dentro mío
Luego de terminada, estaba lista para sentarse a comer, con el tiempo mejoró su sazón su familia adoraba su cocina o eso es lo que le han hecho creer esperaba que no le mientan. Se quito el delantal y se ordeno el cabello, lista para comer, al dar la vuelta se encontró con una bella imagen había un hombre guapo observandola, se sonrojó de inmediato, ¿La escucho cantar?, la idea la avergonzó de inmediato.
Pero no había que sentir vergüenza después de todo él es su esposo.
" Mmm, ¿Quieres que te sirva?"No le respondió tenía una mirada hermosa pero en cuanto le hablo toda la habitación se enfrió, este hombre es aterrador, ¿Que lo enojó?.
Tal vez, estaba cansado por el trabajo, eso cruzo por su mente, como buena esposa tenía que consentirlo y darle la mejor presentación de si misma.
Durante siete años, Jillian estaba enamorada de Bryan con pasión inquebrantable, pero él permaneció distante, con sus emociones herméticamente selladas. Descorazonada, ella se marchó al extranjero tras graduarse de la universidad. Tres años después, Jillian, ahora una abogada de éxito, se sentó provocativamente en el regazo del hombre. Con una sonrisa juguetona, le espetó: "¿Qué te pasa, Bryan? ¿Eres impotente?". Bryan ya no podía contenerse. Con un rápido movimiento, la tomó en brazos y la arrojó sobre la cama. A la mañana siguiente, cuando él se despertó, Jillian esbozó una sonrisa traviesa. "Solo es una aventura, ¿de acuerdo?".
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Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
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