Vendida (La Esposa Modelo)

Si hace un tiempo alguien me hubiera dicho que acabaría en esta situación en que me encuentro, habría reído y llamado a la persona de insana, ¿no entendiste? ¡Calma! Ya explico mi situación. Ahora, déjenme presentarles: Me llamo Jane Cesário Brás Ferrete, pero soy conocida como señora Ferrete.

¿Por qué señora Ferrete? Probablemente se estarán preguntando, bueno, todo empezó hace seis años, después de volver de mi escuela de negocios, en realidad estaba volviendo de mi curso de fotografía, solo que mis padres no sabían que más allá de la universidad que me obligaron a hacer yo también hacía lo que me gustaba, pero dejemos eso de lado por el momento.

Al llegar a casa, vi a mis padres sentados en la sala esperándome, así que me pidieron que los siguiera a la oficina y lo hiciera inmediatamente ignorando la sed que sentía, porque a la que me llamaban tenía que obedecer de inmediato,Ya en su oficina mi padre me dijo que me casaría con Olavo Ferrete dentro de una semana. No me gustaba mucho ese hombre, pues además de ser mucho mayor que yo, cada vez que venía a casa me miraba de forma diferente y yo sabía lo que aquella mirada me estaba diciendo él me deseaba, aunque yo era un niño y no me gustaba nada de aquello, Una vez llegué a comentar con mi madre sobre sus miradas extrañas, pero ella siempre me decía que yo debía dejar de sandeces que Olavo era un hombre decente y que jamás haría algo así y yo acababa dejando de lado.

- Pero papá, ni siquiera...

- Tienes que entender que las familias de negocios como la nuestra no tienen tiempo para pensar en el amor. - Mi padre me interrumpe.

- ¿Y la universidad y mis planes? - ¿Le pregunto a él que me mira por un momento. - ¿Pensaron en mí en algún momento?

- Querida, te dejé hacer todo lo que quisiste, ahora es el momento de retribuir. - Mi padre dijo dándome una mirada helada.

- Pero papá, por favor... mamá, ayúdame. - Miro a mamá cuando intenta decirle a mi papá lo equivocado que estaba, pero estaba equivocada.

- Querida, te casarás con un hombre de posesiones y que ayudará a nuestra familia. - Fue lo que mi madre dijo con sólo una sonrisa en la cara.

Nunca imaginé que mis padres me harían esto, decidieron mi futuro sin consultarme, sé que siempre dicen que saben lo que es mejor para nosotros, pero en este momento me doy cuenta de lo equivocados que están.

Aquella noche conversé con mi madre y le dije una vez más que no desearía casarme con Olavo Ferrete, un hombre que no siento nada más que un poco de miedo y asco. Ella acarició mis cabellos, puso mi cabeza en su hombro y me dijo que mujeres como nosotras, nacidas en familias distintas tienen que hacer todo lo que sea necesario por la familia incluso casarnos sin sentimientos y que el amor debemos dejar para las personas menos acomodadas, Ella concluyó diciendo haga: todo por el bien de nuestra familia, ella salió de la habitación y me puso llorosa, tomé mi celular dentro de la bolsa y llamé a mi amiga de todas las horas que no tardó en llegar.

- Jan, ¿me dices por qué te ves como un oso panda? - Suzy me preguntó con cautela, analizándome a fondo.

- Oh, Suzy! qué puedo decir... me casaré. - Me miró con ojos saltones.

- ¿Cómo que casarse? Estás loca - Me mira esperando que siga diciéndolo.

- Me casaré con Olavo Ferrato, dentro de una semana. - Suzy se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro.

- No puedes hacer esto. No puedes arruinar tu vida, deja que tu padre vaya a la cárcel y listo. - La miro sobresaltada y sólo entonces se da cuenta de que ha hablado más de lo que debería.

- ¿Cómo que la cárcel? - La miro asustada.

-Vaya! creo que no sabías toda la verdad no lo es. - ella se disculpó.

- ¿Qué verdad? ¿Y por qué mi padre iría a la cárcel? ¿Qué hizo?

- Digamos que tu padre hizo negocios ilícitos, y ahora lo perdió todo arruinando a su familia y contrayendo una deuda gigantesca que si no se paga dentro de dos semanas irá a la cárcel.

Me levanto de la cama y empiezo a caminar afligida de un lado para el otro. Ah, padre, ¿qué hizo? Entonces él quiere que me case con Olavo.

- Amiga, no es tu culpa, tienes que huir, tus padres te están vendiendo a un hombre viejo y de mierda.

- Pero debo hacer todo por la familia.

- No Jane, no debes casarte con un hombre grotesco para salvar el cuello de tu padre no es cierto. ¿Y tus planes? No eres una moneda de cambio.

- No puedo dejar que mi padre vaya a la cárcel, ¿qué será de mi madre y de mi hermanito? ¿Sabes que su tratamiento es caro y mis padres ni siquiera le prestan atención, sin dinero cómo se cuidará? ¿Puedo darme la vuelta y él? Sabes que mi hermano nunca hablará, caminar, al fin tener una vida "normal" y mis padres solo están con él porque paga el tratamiento.

- Ja...

- No Suzany, ahora entiendo lo que mi madre siempre dice, necesito salvar a mi familia y sobre todo asegurar que mi hermano tenga una vida un poco mejor.

- Jane, creo que es una idiotez de tu parte, tus padres son adultos y no deben imponerte ese tipo de responsabilidad y yo puedo ayudarte con mi hermano.

- Sabes que mi madre nunca lo aceptará y lo echará a la calle.

Fui hasta la ventana y las lágrimas me escurrían por los ojos, Suzy me miró, se levantó y me abrazó.

- ¡Amiga, loca! No apoyo su decisión, pero sepa que estaré aquí para lo que necesite. Y un día te ayudaré a librarte de ese compromiso. - Se lo agradezco y me abrazó una vez más.