Laberinto de Mentiras.

La familia Lhan es una importante e influyente familia venezolana proveniente de Alemania a principio de la guerra fría Hellman Lahn llegó hasta los valles del tuy, Venezuela estado Miranda con las mejores ganas de realizar una vida nueva con lo poco que sabía hacer, Hellman era un excelente agricultor sin embargo su nuevo hogar no se parecía en nada a su tierra de origen el calor y la humedad no le permitían cultivar los frutos para realizar su famosa mermelada por lo que se vió forzado a dejar de cultivar fresas y melocotón, así que en lugar de cultivar frutos secos decidió tomar la iniciati

va de aceptar lo que esta tierra le ofrecía por lo que comenzó a cultivar cacao sin importarle su inexperiencia ya que tenía una familia que mantener, el cacao Venezolano es considerado de alta pureza a nivel mundial por lo que esta materia prima prometía mucho ya que con ella se fabrica un elipse llamado chocolate.

En los primeros años Hellman no tuvo mucho éxito sin embargo su constancia y dedicación le permitieron entender el lenguaje y los secretos de aquella tierra mágica llena de costumbres populares y creencia esotéricas, pero particularmente llena de calidez humana un recurso mucho más valioso que la fertilidad de aquella tierra.

Hellman trabajó durante años y luego de mucho esfuerzo y trabajo paso de ser un simple agricultor a poseer varias hectáreas de terreno cultivados con cacao por lo que se vio en la obligación de registrar su emprendimiento y así nació la productora de cacao Hellman Lahn, una empresa orgullosamente Venezolana creada por un Alemán que producía más de mil empleos en los Valles del Tuy y en toda Venezuela.

Luego de llegar a la vejez Hellman falleció, sin embargo su hijo heredó una imponente fortuna y continúo con su legado Marcous Lahn el heredero y dueño de la importante productora de cacao Hellman Lahn se había mudado a Caracas Venezuela, dónde estudió administración de empresas en la Universidad Central de Venezuela y desde entonces dirigió su gran empresa.

Marcous se casó con la hija de un abogado y socio de la Nestlé en Venezuela Federico Arismendi, el cual caso rápidamente a su hija Alejandra de 16 años con el joven Marcous de 21 años, Federico era consciente del negocio que podría representar esta unión familiar.

-Marcous a partir de hoy eres como un hijo para mí -exclamó Federico Arismendi.

-Gracias señor Arismendi. -Respondió Marcous levantando su copa para brindar.

-Ah no, no, no, nada de señor Arismendi, dígame suegro somos familia hijo mío de ahora en adelante somos familia.

En ese momento llegó la hermosa y feliz esposa de Marcous.

-Permiso padre quiero ir a bailar un poco con mi esposo.

Federico que la miró sonriendo respondió:

-Hija mía, hoy cuando te entregue en el altar a Marcous entendí que ya no eras una niña ya no debes pedirme permiso, solo anda con tu esposo.

La joven se marchó junto a su esposo hasta el centro de la pista ambos estaban profundamente enamorados con muchos sueños de formar una familia y a partir de esa noche sus sueños se comenzaban a materializar. El imponente matrimonio se celebró en la sala de fiestas del hotel Hilton lleno de lujos y de comodidades apto para albergar una celebración de aquella magnitud.

Los Valles Del Tuy.

La familia Padrón era un humilde matrimonio de agricultores trabajadores de las tierras que pertenecen a los Lahn en los Valles del Tuy, para aquella época corria el año de 1982 y la señora Florencia está embarazada nuevamente.

-Mi amor estoy embarazada de nuevo -exclamó la señora Padrón al ver a su esposo.

Francisco entró en su casa una vivienda construida de bahareque, una mezcla de barro y bambú sus paredes son fuertes aunque es pequeña y poco decorada solo contaba con dos habitaciones divididas por una pared a la mitad, la cocina y comedor al igual que sala está ubicada en el mismo lugar por lo que es una vivienda muy poco espaciosa para aquella pareja más sus tres pequeños y uno en camino.

Francisco quién iba a almorzar antes de retomar su faena jala una silla hecha enteramente de madera y se sienta.

-¡Mujer! , ¿Hablas enserio?

-Pregunto impresionado tomándose los cabellos.

-¡Si amor! -respondió Florencia con lágrimas en los ojos

-Pero si apenas tenemos para comer ¿Y ahora que haremos?

Aquella pareja entró en desesperación por lo que se abrazaron mientras lloraban.

Años más tardes.

Por otra parte la familia Lhan tenía un futuro bastante prometedor, sin embargo pasaban los años uno tras otro y la señora Lhan, no lograba quedar embarazada por lo que la vida de esta joven familia se comenzó a volver un infierno el señor Lhan comenzó a preocuparse un poco y decidió conversar con su suegro.

Oficina del el Doctor Federico Arismendi.

-Marcous pero que sorpresa tan grande es tenerte por acá. -dijo Federico emocionado al ver a su yerno-. Pasa siéntate.

-¿Cómo esta suegro? -respondió Marcous bastante cabizbajo.

-¿Y esa cara? ¡Ah ya sé! Sientes preocupación, escuche hablar que van a subir los precios del cacao.

-¡No suegro para nada, es un tema familiar! Nada de negocios.

-¿A que te refieres hijo? -pregunta el doctor Arismendi.

- Alejandra no logra quedar embarazada -dijo Marcous muy desmotivado.

-Eso sí es muy grave Alejandra, es mi única hija y yo quiero ser abuelo, si me lo permiten puedo hablar con un médico amigo mío -exclamó él doctor Arismendi, con bastante preocupación.

Aquella tarde hablaron durante horas ambos eran excelentes empresarios con mucha experiencia en venta, realmente Marcous Lhan, terminó siendo el hijo que el doctor Federico Arismendi, nunca tuvo aquel día juntos planearon unas vacaciones a los Valles del Tuy.

Llegando a los Valles del Tuy.

-¡Suegro! , ¿Usted está seguro de que quiere vacacionar aquí? -preguntó Marcous.

-¡Claro hijo mío!

Mientras detenían el viaje para probar algunas golosinas observaban aquel paisaje mágico deleitándose con su aroma y colores, en Caracas Alejandra, aprovechaba para visitar a un ginecólogo.

El consultorio del doctor Daniel Manzano, se ubicaba en los Palos Grandes en una prestigiosa clínica de la capital.

-Pase adelante señora el Doctor le espera -exclamó la secretaria del ginecólogo.

Alejandra se levantó de su asiento bastante ansiosa e ingresó a la oficina de aquel prestigioso Doctor este al mirarle no pudo ignorar su belleza y clase, Alejandra, era conocida por portar ropa y joyas de diseñador muy costosas usadas por una dama de la alta sociedad con muy buenos gustos, aquella mañana su maquillaje era exuberante y exagerado ya que había pasado toda la noche llorando debido al comportamiento tan extraño de su esposo, para ella producto de su infertilidad.

-Señora Lhan, es para mí todo un honor tenerle en mi humilde consultorio que pena haberle hecho esperar, ilumina este lugar con su calidez y belleza -exclamó el Doctor Manzano.

-¡Muchas gracias Doctor! -replicó Alejandra mientras se sonrojaba.

-Bueno cuénteme ¿A qué se debe este honor?

-Bueno Doctor mi esposo y yo tenemos aproximadamente 3 años casados pero nada que logramos concebir.

-Entiendo Bueno hagámosle un chequeo hormonal y observemos sus órganos reproductores.

Aquel día mientras Alejandra escuchaba la experiencia y la pasión con la que hablaba aquel Doctor, se sintió en buenas manos y se acrecentaron sus esperanzas de quedar embarazada al terminar la consulta se despidió muy feliz diciendo:

-Usted es un enviado del cielo, nos vemos está misma semana.

-Así será señora Lhan.

Aquel día Alejandra recóbro la esperanza y la ilusión de ser madre.