/0/9654/coverbig.jpg?v=f02e37c91053b69a6fd8e0078421e863)
Victoria no podía ocultar la fascinación que sentía por su jefe, cada vez que este le dirigía la palabra. Su voz era profunda, varonil, lo suficientemente fuerte para hacerle temblar, aunque, algunas veces esto era producto del miedo que le tenia al excéntrico hombre y, otras era debido al intenso placer que le había empezado a enseñar.
-Espere-pidió la chica con voz suave.
Su jefe la observó atentamente, era bonita, la mejor adquisición que había podido hacer en meses.
-¿No le parece que vamos muy rápido?-preguntó tímida.
Él negó antes de volver a apoderarse de sus nalgas, era una caricia un poco brusca, pero lo suficientemente satisfactoria para sí mismo. ¡Vaya que le gustaba hacer ese tipo de cosas!
-Es en serio, no sé qué quiere conmigo, así que...
-¡Calla!-le ordenó rudo.
Victoria quedó atónita ante aquel mandato, la mujer no sabía exactamente qué estaba haciendo en aquella oficina. Se suponía que únicamente había venido a traer unos documentos para ser firmados, pero luego su jefe le había susurrado un par de palabras bonitas.
-Te sienta bien esa falda, ¿es nueva acaso?
La verdad era que sí era nueva, la había comprado especialmente para lucirla en ese día, era su cumpleaños.
-Sí señor. Está bonita ¿cierto?-había respondido ella con inocencia y una brillante sonrisa. Lamentablemente, no pudo deducir a tiempo que el halago de su jefe no tenía nada de inocente.
-Ven acércate.
Y así fue como Victoria terminó frente al respaldo del hombre, siendo observada minuciosamente.
-He notado como me mira ¿sabe?-dijo él.
-¿Cómo lo miro? No entiendo, señor.
-Ahorrémonos los rodeos-su jefe fue claro y directo-, quiero follarla. ¿Me dejaría usted hacerlo?
Victoria se ruborizó al instante. «¿Había dicho qué?» se preguntó atónita. Sin embargo, la chica terminó asintiendo. ¿Por qué ocultarlo? La verdad era que su jefe le gustaba desde hacía tiempo.
El hombre comenzó con su caricia, hasta el punto en que se le hizo insoportable. Había aceptado aquel encuentro sí, pero no esperaba que ocurriera en ese mismo momento.
-¿Qué pasa?-preguntó el hombre disgustado ante su falta de reacción.
-Lo lamentó, señor. No creo que pueda hacerlo.
-¿Se retracta?
-Así es.
Victoria dio media vuelta y se marchó casi corriendo de aquella oficina. Su corazón latía con fuerza en su caja torácica... «¡Era una completa idiota! ¿Por qué había aceptado sí sabía que no era más que una cobarde?» se reprochó al encerrarse en el baño del piso.
A sus veinticuatro años, la mujer seguía siendo virgen. No se había permitido dar ese paso con ningún hombre, de hecho, ¿de qué hombres hablaba? Ni siquiera había tenido un novio en toda su vida.
"Sonsa" solían decirle gracias a las gafas que siempre usaba. ¿Pero qué culpa tenía ella de haber nacido con una visión escasa? Era simplemente una condición un poco problemática.
La verdad era que Victoria venía de una familia anticuada, su abuelita se había encargado de criarla con costumbres bastante recatadas. La castaña no negaba que quería experimentar, conocer un poco más del mundo, de los hombres, de su jefe, que parecía ser ese canal de escape que tanto necesitaba, aquella oportunidad de ver el mundo desde otra perspectiva. Sin embargo, se había encargado de arruinarlo todo hacía unos minutos atrás...
-¡Tonta!-se susurró entre lágrimas. Así nunca conseguiría un novio.
El solo hecho de que Massimo estuviera colocando su mirada en ella, ya era todo un logro. El hombre se había convertido en su amor platónico desde que había puesto un pie en esa oficina.
Victoria recordó el temblar de su voz antes las primeras palabras compartidas, la manera en que el hombre elevaba una ceja divertido ante su tartamudez.
-Hable más despacio, señorita Esquivel-solía decirle Massimo con una sonrisa burlona en los labios.
A veces sentía que en la soledad de su oficina, Massimo solía recordar sus torpezas y se reía a carcajadas de ella.
«¿Cómo un hombre así, podría poner su mirada en ella?» se preguntó otra vez.
La verdad era que no era más que una simple secretaria, una que no pudo aspirar a nada mejor, porque una matrícula universitaria era demasiado costosa y no se la podía permitir. En cambio, había podido hacer algunos cursos gratuitos de manejo de comunicaciones públicas y otros se los había pagado ella misma con su trabajo.
Victoria salió del baño, luego de varios minutos tratando de ocultar que había estado llorando. Aplicó un poco de maquillaje en su rostro y decidió que lo mejor era olvidar lo recién sucedido con su jefe. Era su cumpleaños, no podía permitirse estar triste.
Cuando la mujer llegó al cubículo, miró hacia la oficina de Massimo. Era una de esas típicas oficinas de paredes vidriadas, podía ver absolutamente todo cuando su jefe mantenía las persianas arriba, justo como en ese momento.
«Que extraño, cuando entre parecía no estar de humor para ver a nadie» pensó la chica recordándolo.
Sin embargo, el hombre sí parecía estar interesado en ver al exterior. Su mirada grisácea se posó en ella, profunda y reprochante. Parecía decirle con aquellas orbes tan llamativas, que estaba molesto porque lo había dejado con las ganas...
«Venga aquí, ahora, y terminemos con lo que empezamos» hasta casi podía imaginarse su voz pronunciando esas palabras.
Victoria enrojeció ante la idea. ¿Serían imaginaciones suyas? Pero aquel contacto visual no duró mucho, Massimo regresó su atención al ordenador, ignorándola como acostumbraba. La chica suspiró, así estaba mejor.
Pero la verdad era que no lo estaba. Al llegar a su casa luego de ese día tan extenuante, Victoria tomó una decisión frente al espejo. No se consideraba una mujer guapa, de hecho, se visualizaba a sí misma bastante insípida. «¿Pero por qué tendría que resignarse a serlo durante toda su vida?» se preguntó.
Ella podía dar un paso al cambio. Después de todo, no todos los días un hombre guapo y millonario se muestra interesado en su persona.
La muchacha se mordió el labio inferior, mientras detallaba su cuerpo desnudo frente al espejo. Massimo le gustaba, Massimo se había convertido en su amor platónico, quería que fuese precisamente él el que lograse hacerla mujer por primera vez.
Con esa decisión en mente, Victoria se arregló muy temprano a la mañana siguiente. Puso un poco de labial carmín en sus labios y se quitó las gafas, ese nuevo día pintaba a ser diferente. Pintaba a ser extraordinario...
Arlet Neumann era una joven que había crecido en medio de lujos y riquezas, acostumbrada a un estilo de vida diferente, no puede soportar la idea de vivir en medio de un cuarto oscuro y a merced de un hombre que no conoce. ¿Pero como había llegado a esa situación? Aquello era algo que ella aún no podía creer. Su padre, Amaro Neumann, no era el hombre quien decía ser, era un mafioso, uno que se había metido con la familia equivocada, porque al matar y robar los bienes de los Newton, se había olvidado de un detalle muy importante, el hijo mayor de la familia había sobrevivido y lo único que deseaba ahora era VENGANZA.
El amor no siempre es aceptado, en algunas ocasiones, se convierte en algo prohibido que no debe ser experimento, sin embargo, el placer que se consigue en esas prohibiciones hace del amor algo mucho más intenso. Las circunstancias los convirtieron en hermanos, aunque, en realidad, nunca lo fueron. ¿Pero podrán las costumbres poder más que el fuego de un amor que empieza a crecer en sus corazones? Tras seis años en el extranjero, Alexander vuelve a la casa de su padre, encontrándose con la sorpresa de que su hermanita ha crecido demasiado... De la misma manera, Hazel nota que su hermano es mucho más apuesto. Hasta que las cosas ocurren un día, sin proponérselo...
Un matrimonio infeliz que terminó en divorcio, no podía tener una segunda oportunidad. Ashley estaba convencida de eso, pero su exmarido trataría a toda costa de volverla a enamorar. Sin embargo, ¿se puede perdonar una infidelidad?
"Cruel y despiadado" aquellos eran unos de los calificativos que Eloísa utilizaba para describir a su cuñado. Desde que llego a la casa de su hermana, luego de cinco años sin verla, descubrió que la vida que Helena tanto pregonaba no era más que una falsa. Su esposo no era el hombre atento que solía decirle por llamada, todo lo contrario, era un hombre frío que no perdía oportunidad para llenarla de desplantes. Pero, Henrick Collen, parecía ocultar algo mucho más grave, porque cuando las luces de la mansión se apagaban, él iba a su habitación y le mostraba su otra cara...
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
Zack miraba a Danna caminar por el jardín. Se veía realmente hermosa, pero ella no era una chica común. Su esposo se había divorciado de ella y había intentado asesinarla para evitar pagarle una suma millonaria en el proceso. Zack sabía que ella estaba en problemas, pero también que difícilmente aceptaría su propuesta. La vio entrar por la puerta con total tranquilidad. -Cásate conmigo. Esa es la única opción que tienes para salir de este problema. -Eres tan descarado... ¿Cómo puedes pedirme que me case contigo sabiendo que tienes una prometida? -Tú me conoces y sabes que no amo a mi novia. Ella es consciente de la realidad. Respondió el chico con tranquilidad. Así era Zack Vryzas, un hombre frío, sin sentimientos. Pero, a pesar de su fachada de chico malo, solo existía una mujer capaz de hacerlo sentir miles de cosas con tan solo una mirada. 🌼 Nota de la autora Espero que les guste esta historia, cargada de amor, drama, humor y suspenso. ¡Gracias de antemano por leer mis libros! No olviden dejar sus comentarios, para mí es muy importante conocer sus opiniones.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Danielle reveló sus múltiples identidades secretas. "Ya soy la mujer más rica. ¿Por qué no te casas conmigo? Puedo convertirte en el hombre más respetado". Después de regresar a casa como la legítima heredera, Danielle descubrió que no era bien aceptada por sus padres, peor aún, era despreciada por su hermana y aborrecida por su hermano. Sin más opciones, Danielle tuvo que reanudar sus actividades anteriores, ganándose la vida mientras mantenía ocultas sus otras identidades. Para su sorpresa, Shawn se enteró de sus secretos y le propuso: "Cásate conmigo y haré de ti la mujer más respetada de esta ciudad".