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¿Qué pasaría si una tarde encuentras al amor de tu vida paseando por la playa? Un amor a primera vista, ¿Te atreverías a hablarle? Khale Mickelson no lo hizo, vio a aquella hermosa joven caminar por la playa, sus pies tocaban el mar y es que esa tarde se quedó en aquel lugar hasta que la chica se fue, deseando con todas sus fuerzas no perder la cordura. ¿De dónde provenía aquella chica? ¿Cuál sería su nombre? ¿Por qué estaría aquí? Después de todo, era evidente que no era de aquella ciudad, todos se conocían. Por otro lado, Cleare Jones tuvo que abandonar todo lo que amaba por los trabajos de sus padres, se tendrá que inscribir en un instituto de personas diferentes... todo en aquel tétrico lugar era diferente a lo que había estado acostumbrada desde siempre. ¿Podrá el amor en ellos? Khale es hijo de uno de los vampiros más reconocidos de su especie, en él recae el poder y legado de su padre una vez muera, a pesar de que en este mundo cada adolescente puede realizar una vida normal, siempre que no se descubra sobre su especie, Khale intenta mantenerse lejos de cada uno de sus compañeros, es un chico solitario que se ve obligado a contraer nupcias con una chica que conoció casualmente en la playa y qué no había dejado de acecharlo durante la escuela. Cleare es una chica obstinada y amante de la fotografía que piensa que todo su alrededor es completamente normal, cuando su familia se muda a una ciudad distinta, en la que al anochecer ningún alma revuela por la oscuridad se siente llamada a investigar el comportamiento de los ciudadanos. Llega a una escuela de personas diferentes, la tensión en el ambiente es demasiada, pero algo capta su atención apenas llega, la mirada de un chico, la misma mirada, los mismos ojos que la atormentaban en sus sueños, cosa que la dejaba aún más consternada. De pronto, también le dan la sorpresiva noticia de que un acuerdo matrimonial se hizo apenas su nacimiento, ¿Quién será aquel chico? Se pregunta, y se sorprende cuando descubre que es el mismo a quien se había decidido investigar. La distancia e indiferencia entre ellos es notoria, pero algo los unirá, el destino, el lazo rojo, eterno, con el que nacemos y nos liga de alguna manera a una persona hasta el día de nuestras muertes.
-¡Esto no puede ser cierto! ¡Tú no puedes estar embarazada! -grité en contra de la mujer que se encontraba frente a mí-. ¿Cómo pudo pasar esto?
-Créeme, no quieres que te lo diga con detalles. -mencionó ella en medio de una sonrisa-. Khale, es el bebé que ambas familias estaban esperando, ¡Es una bendición! -exclamó sonriendo cómo si fuese una noticia grandiosa, pero en realidad solo acababa con mis posibilidades de alguna vez tenerla conmigo de nuevo.
-¡Ni siquiera soy capaz de recordar el momento en que se engendró! ¡Estaba borracho por amor a Dios! -mencioné mirándola-. No quería esto, ¡Sabías perfectamente que no lo quería! En cambio, tú sí, y me usaste para lograr tus cometidos. -agregué apuntándola y luego tomándola de los brazos para acercarla a mí, no era capaz de pensar claro y me estaba enfureciendo sin ser capaz de controlar toda mi fuerza.
-No creo en Dios, deberías saberlo. Ahora, sí, te usé y no me avergüenza aceptarlo, pero vamos... no me negarás que hacemos mejor pareja nosotros que Cleare y Adén. -mencionó provocándome aún más.
-¿Qué quieres? ¡¿Dime que quieres de mí?! -grité provocando que todos en la casa llegasen de inmediato a la habitación. Caí arrodillado frente a ella, no estaba en mi mejor momento, nunca lo he estado, pero un ápice de felicidad se veía sobre mí y esa era Cleare, su sonrisa, sus caricias, dios...
¿Cómo se lo contaría ahora? ¿Cómo le diría que no podría cumplir la promesa que le había hecho? Ella estaba dispuesta a dejarlo todo con tal de estar conmigo, con tal de cumplir el destino que se había marcado para ambos.
-Quiero que cumplas tu deber cómo padre, cariño. Este matrimonio no terminará tan fácil cómo lo pensaste, no seré el hazme reír de dos poderosas dinastías de vampiros y mucho menos estando tan al borde de la guerra con los lobos. -comentó Vanesa.
-¿Padre? -preguntó mi madre acercándose a mí. -¿Cómo es posible? Creí que... -dijo ella quedándose en silencio cuando vio mis ojos.
La escena cambió mostrándome a Cleare, mi hermosa chica de la clase de literatura, ¿Por qué nunca fui capaz de decirte cuánto te amé? ¿Por qué fui tan cobarde de no arriesgarme a tenerte? Tantas preguntas que encontraban su respuesta fácilmente, debilidad, miedo, ansiedad.
-Mírame, por favor, necesito que tus ojos estén clavados en los míos, sino no podré hacerlo. -mencioné mirándola y tomando su mentón para que su mirada se cruzase con la mía y cuando lo logré pude seguir hablando-. Es importante que escuches todo lo que tengo que decirte, de principio a fin, por favor, Cleare, promételo.
-¿Qué-qué intentas hacer? -tartamudeó mirando mis ojos, sentí su cuerpo temblar debajo del mío cómo si presintiese lo que estaba por ocurrir.
-Lo mejor que pudo pasarme fue conocerte, Cleare, pero no me di cuenta hasta que ya era tarde, no puedo hacer nada para volver a ti después de todo lo que ha pasado. Sé que no comprenderás del todo, pero sabía que tú y yo debíamos estar juntos e intente separarme de ti, alejarte a toda costa de lo que soy... de lo que significo para la sociedad. -agregué sintiendo mis ojos llorosos.
-Me estás asustando, Khale. -susurró mirándome y tratando de soltarse de mi agarre, parecí comprender el sentido en que ella había tomado mis palabras, pero las palabras no podían salir de mi boca, me quedé mirándola cómo un idiota, sintiendo cómo si todo el peso del mundo cayese sobre mis hombros y lo entendí, estaba a segundos de derrumbarme por completo ante ella si no era capaz de decir algo.
-No... no es mi intención, Cleare. -mencioné tratando de volver a acercarme a ella, pero simplemente me soltó─. Solo quiero que sepas que no me arrepiento de haberte dado ese primer beso en el cine. Ser primero que Adén... probar tus labios y saber que fui el dueño de ellos... se sintió la gloria, Cleare. Y no tienes idea de las ganas que tengo de hacerlo nuevamente, pero no puedo ni quiero arriesgarte, soy muy cobarde para hacerlo. ─mencioné nuevamente.
-No tengo idea de lo que hablas, Khale. -mencionó siendo sincera. La entendía, ¿Cómo no hacerlo? Solo seguía dando una y otra vuelta a lo que en verdad venía a decirle.
-Estábamos destinados a estar juntos, querida Cleare. Mira, este frío corazón si aún late es únicamente debido a ti, a tu presencia. -mencioné provocando que su piel se erizase y sonreí por ello, por lo que causaba en ella, puse mi mano en su mejilla y la acaricié-. Vine aquí porque necesito que te enteres de algo por mi propia boca.
-Espera. -interrumpió-. ¿Me estás diciendo que me quieres? -preguntó alegrándose con mis palabras y sentí que todo estaba un poco mejor, la alegría de Cleare siempre ha sido contagiosa, pero en este momento no sabía si también podía alegrarme por lo que venía-. ¿Qué debíamos estar juntos? Khale, no tienes idea de cuánto esperé que dijeras estas palabras.
-Lo sé, Cleare, pero sigue escuchando, por favor. -mencioné, pero no pude resistirme, ella estaba tan llena de emociones cómo yo, claro que no eran compatibles, yo estaba allí para terminar con lo nuestro, ella parecía alegre al decirle que la quería, terminó besándome y yo le seguí el beso. Subí a su habitación sin soltarla en ningún momento y supe que rápidamente me arrepentiría de esto, sin embargo, quería permanecer con ella un poco más.
-Um... ¿Qué querías decir? -preguntó, traté de decírselo, pero no pude. La voz en mi cabeza no dejaba de decirme que quería seguir sintiéndose así de viva cómo lo hacía estando cerca de Cleare.
Sus manos me sujetaron fuertemente de la cintura, pude incluso sentir algún tipo de presión que pudo lastimarme, pero inmediatamente me soltó y suspiró...
-Khale... -susurró sonriendo. En ese momento me sentía en la gloria de poder sentir su cuerpo estremeciéndose bajo mis manos.
-Cleare. -dije sonriendo, trate de besarla nuevamente, quería seguir sintiéndome vivo, seguir sintiéndola a ella, su corazón estaba acelerado y el mío, que siempre permanecía en calma, derrochaba fuego por ella─. Déjame recordarte así, por favor. -suspiré, esta vez admirándola y, es que, por algunos segundos la imaginé completamente mía. Un pensamiento morboso y lleno de lujuria, pero es lo que ella provocaba en mí, que los más oscuros y secretos deseos de mi mente afloraran y formasen para de ella.
-¿A qué te refieres con eso? -preguntó, pero no respondí, simplemente seguí observando con cautela, sonreí y traté de abrazarla.
Teniéndola entre mis brazos volví a besar sus labios, mis manos se colaron dentro de su blusa cómo si fueran dos ladronas. Esto lentamente se convertía en un frenesí de pasión, en un desborde de locura y me gustaba. Sentir lo erizada de su piel, el temblor que mis caricias provocaban en su cuerpo, mi cuerpo había dejado de ser frío y tosco, la tibies de su cuerpo me contagió y solo me dediqué a una cosa, que mis manos guardasen el recuerdo de cada textura de su piel.
-Tus pecas me vuelven loco. -mencioné sonriendo.
-¿Y eso es bueno? -preguntó con cierto temor de sus palabras, supuse que temía de mi respuesta.
-En efecto, Cleare, es bueno. -agregué con aquel tono egocéntrico que solía tener, sabía lo mucho que a Cleare le molestaba y quise volver un poco menos tenso este momento.
Estábamos tan juntos, con nuestras respiraciones tan aceleradas, que podía sentir su pecho levantándose contra el mío, su corazón latía con fuerza y sonreí, sonreí porque sería una de las últimas muestras de felicidad que sentiría, Vanesa me esperaba en casa y mi compromiso con ella sería efectivo dentro de unos días.
-Khale... -susurró─. No me dejes.
Eva Davies vive atrapada en un matrimonio sin amor por tres años, sin embargo, no puede dejar ir al que ha sido el amor de su vida. Su vida se volvió monótona, aburrida y triste, demasiado triste. Su esposo, Adán, jamás la valoró, es cruel y está enamorado de la hermana mayor de Eva, Victoria. Cuando la tristeza ensombrece el destino de Eva, decide que jamás volverá a dejar que la traten en menos, conoce a Nikolaus Hoffman quien la ayuda con su proceso de negocio y a volver a encontrar el rumbo de su vida. Está vez lejos de las personas que consideró familia alguna vez y escondiendo un secreto que pudo haber cambiado el destino de toda su vida. ¿Podrá Eva volver a enamorarse luego de los maltratos de su ex esposo? ¿Podrá darle una oportunidad al hombre que está dispuesto a darlo todo por ella?
Greco Morelli, un hombre reservado con una mirada fría y desinteresada, un pasado oscuro y dueño de una empresa multinacional de minería, traicionado por las personas que en algún momento amó y en las cuales confió, se aventura a dejar su país tratando de cumplir una vieja promesa, vengar la muerte de su madre. Alexandra, una adorable chica, hija de unos padres conservadores, y con dolor en su corazón debido a una traición de su ex prometido, pasada de tragos amanece en la cama de un desconocido con el cual aparentemente había tenido relaciones. La lujuria y deseo comienza a florecer entre ambos. Los planes de Greco siguen adelante y es que encontró la oportunidad en aquella chica para completar su venganza, después de todo, era la promesa que no solo había hecho a su padre, sino también a su madre. Más pronto que tarde se da cuenta que todo lo que su madre alguna vez le enseñó se ve reflejado en la chica, poniéndolo en jaque consigo mismo, ¿Qué terminará haciendo? El amor es una fuerza poderosa, pero ¿Es capaz de extinguir la llama de la venganza en un oscuro corazón que se alimentó años de ella? Greco tendrá que decidir si perder el único anhelo esperanzador en su vida valía dejar ir todo aquello que aguantó por años, o al contrario, puede extinguirla él mismo y cumplir con su promesa.
Rebecca Klein y William Smith se conocen por aquellas casualidades de la vida que ni nosotros mismos podremos entender, ella pensaba que su destino se había cruzado con el de William porque así estaba escrito en él, no era una mera casualidad, pues desde que cruzaron miradas una sensación electrizante comenzó a recorrer todo su cuerpo. Rebecca o, cómo le gustaba que la llamasen, Becca era la típica niña buena, tímida, no le gustaba llamar la atención, no iba a fiestas, entre otras. En cambio, William, a pesar de su corta edad, había recorrido aquellas calles del placer y había estado viviendo su vida al máximo y sin limitación alguna, aunque de alguna forma constantemente se encontraba buscando aprobación en sus compañeros de parrandas y en sus compañeras de cama. Él se enamora de Rebecca, y al menos eso pensaba, al igual que la hermosa Becca queda perdidamente enamorada de aquel chico tan misterioso y lleno de esas cualidades a las que un día ella aspiraba a poseer, privada de una vida llena de experiencias nuevas debido a sus padres sobreprotectores y a la manera en que ella misma ponía una barrera que la mantenía alejada de todas esas cosas que eran sinónimo de William. Ambos formalizan una relación poco convencional que poco a poco los lleva al fracaso, tienen que poner ambos de su parte y dejarse llevar por lo que sienten y no por lo que los demás dicen para poder salvar su amor, ambos deben crecer para poder dejar de necesitar la validación de su entorno y poder vivir a fuerza ese amor que tanto desean.
Nikolay Petrov, heredero de una cuantiosa suma billonaria y del negocio familiar, hijo único, obstinado, entrenado desde pequeño solo para una cosa, matar a quien se ponga en su camino. Nadie se mete con los Petrov, son la dinastía más poderosa de toda Rusia, pero por algunos conflictos y malas alianzas tendrá que abandonar su país natal y buscar refugio en algún lugar de España, ¿Quién lo diría? Probablemente su padre lo vería como una mancha en el legado familiar y no ayudaría a solucionar los problemas que lo veían envuelto. Ivonne Wilson, una pobre muchacha huérfana que quedó a manos de su tía cuando sus dos padres fallecieron, en distintas circunstancias, algunas sospechosas. Tendrá que sobrellevar una vida que nunca le correspondió y que tampoco pidió, su tía querrá apoderarse de todo lo que alguna vez perteneció a su sobrina y a su madre, da orden para asesinarla, Ivonne entre un vaivén de sucesos se escapa y va a parar a la casa que pertenecía a su novio, pero que ahora, casualmente, pertenece a Nikolay Petrov, el mayor mafioso de Rusia. Él le ofrece refugio a cambio de algunos favores que podrían ayudarle a salir de su desastre, pero qué, comenzaría todo este juego en el que el fiel destino nos mete y qué la cruel vida nos destruye.
Una hermosa, pero muy sensible joven se enamora de Leonardo, un universitario extremadamente promiscuo y dominante, además de ser hijo de un multimillonario que maneja empresas en diferentes países y qué, pensaba que nunca se enamoraría, que tenía todos sus sentimientos bajo control, pero una niña se colará en su sistema y lo volverá loco física y psicológicamente, Camila dudará de hacerle caso a su corazón nuevamente, luego de ya haberse decepcionado de Leonardo.
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.