so narcotraficante italiano que había llegado a Colombia para cerrar personalmente un trato que lo dejaría como el dueño de la mejor mercancía del paí
bres intentan parar el sangrado, las cosas para él no se ven nada
l del pueblo. Rápidamente estaciona su auto frente a é
nmediato a su jefe. Pero, como era ya acostumbrado en el pequeño pueblo, el médico no llegaba
r que ellos habían sacado a todos lo
s mientras sostiene a Marcos,
ce ella muy asustada mientras mira como la
acer algo! le grita el homb
estan en la camilla y ella procede a cortarle la camisa con las tijeras. Como los ho
to que
que la había amenazado,
nces tienen que ayudar. ¡Rápido! Pásam
s de que llegara el médico. Se puede decir que ella le salvó la vida. Casi dos horas después llegó el médico sin imaginar lo que pasaba. Los hombres lo llevaron bruscam
e el médico a la joven enfermera,
tenía idea de dónde estaba. "¡Franco!", decía con voz débil mientras se quejaba aún del d
iento, no sabía dónde estaba. "Estamos en un hospital, bueno, algo así", dice Franco. "Tenemos que irnos, hay qu
os abre los ojos y su mirada se queda fija en ella. Aunque está muy débil y muy adolorido, eso no le impide notar la belleza de Jimena. Queda p
será de él. Ya más aliviado, Marcos con ayuda de sus hombres se levanta de la camilla y
ía acabado, Marcos le pide a sus hombres detenerse
onmigo _ con s
nco confundido, ya que no ente
onmigo. La quiero par
e no es el momento _ dice Franco, so
s órdenes? _ le pregunta Marco
esta y ordena que J
s uno de los hombres de Marcos la toma por el brazo y a
reguntar ella aterrada, mien
es bellísima! _ y te quiero para mí _ le dice él c
con usted! _ Tengo una familia. Tengo un padre y una madre que
. Llegaron al avión y ella es sub
ir. Pero era en vano, Marcos la había condenado. Ahora ella era
forme aún lleno de sangre, solo pedía que tuvieran
que solo cerró sus ojos y pensó en la desesperación qu