L DE
nos de dos horas. La directora del recinto ya las estaba esperando, les explicó las reglas y les hizo un p
e la tarde. No sabía nada de ella desde la noche anterior. Eran las tres con treinta de la ta
abral, bue
ensé que ya
la cita a la última h
rdo, com
tina y había cierta química entre ellas. Al t
mi apartamento: Sushi,
ara despedirla con un apretón de manos y gesti
irse al apartamento de la rubia. Ordenado como siempre, se sentó
puso seria- mi intención no era sólo invitarte a comer. Quería pe
rroja fuese a decirle. Si bien le había dejado besarl
ojos azules que le movían el piso. Pero por más
relación -mintió- Vamos despacio. ¿Sí? -la chica bajó la mirada y eso la hizo sentirse mal- Y
delivery no pudo
itmo -levantándose a recibir la com
mesita que se encontraba allí. Cuando term
idas. La pelirroja se sintió en el cielo cuando le besaron el cuello. El sonido del celular f
ir, cariño. Gr
s quedarte? -le dijo
Espera mi llamada. Me voy antes de que pi
y desde el apartamento de Mirta sin ningún problema, pero sentía que estaba pisando en f
habitación de Kathy tres veces. Al ver que no salía, fue a buscar a la directora
oras
asa de su madre
noches
Helena, pensé q
das? Acabo de llegar, e
ndo. ¿Enton
quién te
¿Cómo está? Me agrada
o. Y con respecto a eso... No lo sé Kathy. Vamos
hermana, necesito que sepas que te amo y que me disculpe
viene
métem
rometo, no hay nada qu
¿
pero que te recuperes
Disfruta la vida y no le de
ñana si
cesito hablar con usted urgente
ahora? -Quitándose los lentes y m
ni un día y ya te me están llamando. Ay hija mía ¿
bral. ¿Sigu
or de cabeza -suspiró cansada- Dios, que pena con ustedes. Sólo dígame cuánto es
eso doctora, es
a vez exasperada- no me diga que se metió e
he. Intentamos contactarla, pero estuvimo
ima. Su pequeña hija ayer estaba bien, de h
grito desgarrador y tiró el teléfon
bral? -decía la directora
ita. ¿Por qué
llaves del auto y se