sto que este no le ha pasado desapercibido en las clases que tienen en conjunto. Además, las compañeras que han coincid

ecto de tener tan cerca de un chico atractivo como él o solo sea parte de su timidez. Sin importar la razón de l

a mortificada y asustada. Él, por su parte,

sponde la morena por él, quien sale

a de que no se tratara de un pervertido. La chica sale

ganas inmensas de ir tras esa niña rara que lo descoloca. Sin deseo de volver a involucrars

la tarea de llevarla a casa. Ella odia ese momento, debido a que este no respeta que ella sea de su propia sangre, y le cuenta sus experiencias con los encuentros se

a regresar a casa, pero eso no le es permitido por su madr

ntha -saluda el tío,

auto. De inmediato, el tío casi se le tira encima para besarle la mejilla, acción que la aturde,

edos por las rodillas. Ella da un respingo al senti

ventana. En su mente, ruega por llegar rápido a

*

ransporte, Adam se sien

ón, que se deja llevar por la emoción, razón para saltar sin vacilar sobre la baranda de unas anchas escaleras que lo conducen a otra calle. Es

intiéndose libre y poderoso, ante las miradas de asombro y fasci

escalones, como lo hacen esos simples mortales. Tengo el pod

n, carajo! ¡P

es lo q

a. Un grupo de personas se le acercan para inspeccionar que esté bien y entero. Entonces, la ch

z suena como la más

iega a creer que perdió el equilibrio porque notó la p

ue soy...!», iron

u parte, lo escudriña en busca de alguna herida seria, mas se sonroja cuando

instante, se escuchan murmullos y más personas se ag

ara mí?», piensa espantado, «¡Per

dificultad. No cree que se le haya roto ningún

even al hospital en una ambulancia, debido a que eso le provocaría un ataque de nervios a su madre, trayendo como

n expresión incrédula, al tiempo que señala todos

tranquilo de una buena vez. Como resultado, todos los curiosos se disipan, tal vez decepcion

castaña y ojos color café, quien agarra a la causante de s

erle que se haya detenido para revisar que él esté bien, de ig

a, la observa alejarse con prisa junto a aquella otra mujer que, a