Él es el hijo bastardo de un millonario, quien desea demostrarle a la familia de su padre que él no es el inútil que ellos pregonan. Su objetivo es terminar sus estudios e irse a vivir al extranjero, para tomar el control de las empresas de su padre y de esa manera vengarse de quienes lo humillaron. Ella es una chica reprimida y solitaria, quien sufre abusos de todo tipo en su hogar. Ella quiere pasar desapercibida en la universidad y algún día poder escapar; sin embargo, el amor aflorará. Un viaje romperá con la pasión de dos chicos enamorados, pero que son de mundos diferentes. No obstante, el destino les jugará una mala broma cuando, después de varios años, ella termina trabajando en la empresa que su ex ha comprado y de dónde su él es el CEO. ¿Podrán ellos llevar la fiesta en paz y actuar con profesionalidad? O ¿será que los sentimientos dormidos rebasarán las barreras, que debe haber entre un CEO y su empleada?
Adam camina por en medio del campus con el pecho erguido y un aire de superioridad que oculta sus demonios internos. Durante su andar, se gana las miradas de deseo, envidia y admiración de los presentes. Siempre ha sido el tipo popular con quien todas quieren ligar y con quien los chicos buscan tener una amistad cercana.
Posee el porte y carisma del típico galán rubio, de ojos celestes y cabello abundante. Sumándole a esto, el cuerpo atlético y la buena altura, que es el resultado del tiempo que le dedica al gimnasio varios días a la semana y a sus caminatas matutinas; sin embargo, gran parte de su buen estado físico se lo debe a su deporte favorito, el skateboarding.
-Hola, rubito -lo saluda su mejor amigo, con quien choca los puños.
-¡Qué tal, Adolfino! -le devuelve el saludo. Menciona el segundo nombre para molestarlo, puesto que sabe que él lo odia con todas sus fuerzas.
-¡Qué cabrón! Dizque "Adolfino" -se burla Jason, el tercer chico del grupo, y ríe a carcajadas porque sabe que eso le molesta. Adam se une a las risas que se expresan con sorna, ganando una mirada asesina de parte del mestizo.
-Ja, ja... ¡Qué gracioso! -contesta Ricky, su mejor amigo, con un tono sarcástico. De repente, sonríe malicioso y cambia de tema-: ¿A cuántas chicas les romperás el corazón en la uni?
«Estos amigos míos me hacen quedar como un cretino», piensa indignado.
-A ninguna. Esta temporada será diferente, ya que voy a sentar cabeza y terminaré mi carrera con honores; ya verán -responde airoso y muy seguro.
En ese momento, los dos chicos lo abuchean con sorna.
-Eso decías en la preparatoria -se burla Ricky.
-Miren quién viene ahí... -informa Jason de forma repentina, lo que rompe el hilo de la tonta charla anterior.
Por inercia, los tres jóvenes se voltean para admirar a Sandra, una compañera de la escuela que al parecer estudiará en la misma universidad que ellos.
En completo mutismo, el grupo contempla a la joven mujer, quien da la impresión de que camina en cámara lenta con sus pasos certeros y seguros mientras sonríe en dirección a ellos con aire de superioridad.
Sus piernas tonificadas, largas y bronceadas se encuentran a la intemperie, debido a que su falda ajustada no tiene suficiente tela para cubrirlas. Su cabello negro, lacio y brilloso se mueve de un lado a otro a la par con su andar grácil.
Sus labios son rojos como el carmesí y se ensanchan con coquetería; pero aquella vista fantasiosa les afecta a los amigos de Adam, menos a él, a quien la tal Sandra no le provoca ni el más mínimo deseo.
-Hola, chicos -saluda ella con gestos coquetos que buscan llamar la atención de los tres jóvenes, en especial de Adam.
-¡Cómo me gustaría ser ese chicle! -exclama Ricky y se relame los labios.
«¡Qué patético!», exclama Adam para sí, como respuesta al piropo de su amigo.
-Ojos celestes, espero que me invites a tomar un trago un día de estos. -Ella se dirige a Adam con voz seductora, al tiempo que juega con un mechón de su cabello.
«Jamás...», niega él en su interior.
-Claro, un día de estos -responde con hipocresía.
-Esperaré ansiosa, bombón. -Le guiña un ojo. Esa acción es el detonador para que sus amigos celebren con palmadas, que le atinan a Adam en los hombros; silbidos y palabras imprudentes. Ella, por su parte, retoma su camino con aire de victoria.
-No sé qué le ven. Ni siquiera besa bien... -comenta Adam cuando la chica se aleja. De repente, él aprieta los labios al caer en cuenta de que habló de más.
-¿Te besaste con Sandra? -inquiere Jason con cierto reproche. Tanto él, como Ricky lo miran como si fuera el hombre más afortunado del mundo, aunque la envidia denota en sus expresiones.
«Pues sí... Creo que hicimos un poco más que besarnos», contesta en su mente lo que no se atreve a pronunciar con sus labios.
-No, ¿cómo creen? Sandra es del pueblo. Liarme con ella sería como si me tirara a una celebridad -miente con descaro.
-Pues tú eras algo similar a una celebridad en la escuela... -responde Jason. Adam deja de escucharlo porque su atención se enfoca en otra dirección.
De un momento a otro, el chico rubio siente como si todo a su alrededor se tornara borroso y los sonidos desaparecieran. Se queda helado y en completo mutismo, de igual manera, mantiene la boca abierta y peligra en salírsele las babas.
Y sí, la culpable de su estado atolondrado es una chica, quien camina distraída mientras abraza contra su pecho a un libro grande y que, al parecer, no le cabe en la mochila que lleva sobre su espalda.
Le llama la atención su semblante tímido y pasos inseguros, como si fuera un cachorro asustado y perdido. Adam detalla a la desconocida con fascinación y se lame los labios por instinto al gustarle todo lo que ve en ella: El cabello color chocolate que cae perfecto por debajo de sus hombros y sus ojitos cafés que miran el lugar con admiración.
Él se entretiene con los pasos vacilantes de la chica, su porte inocente y la manera cohibida de evitar cruzar miradas con las demás personas.
«¡Qué niña tan rara!», piensa sin dejar de observarla, «Pero sus labios son lindos», aprecia.
Para él ella es la perfección encarnada, aunque no cumple con los estándares de belleza al que está acostumbrado, ya que sus piernas son cortas y llenitas, su rostro no lleva maquillaje y su figura curvilínea no luce esbelta ni con pechos perfectos. Sin embargo, aquel vestido que termina por debajo de sus rodillas y que, combina con el rosa natural de su boca, resalta un cuerpo delicado y agradable a la vista.
«¿Qué rayos me está sucediendo?», se cuestiona asustado, debido a la ola de emociones que lo embarga.
Es la primera vez que tiene ese deslumbramiento por una chica y que el corazón le late tan fuerte por una extraña.
-Oye... -Ricky lo sacude para traerlo de vuelta a la realidad-. ¿Estás bien?
«No creo que esté bien, algo raro me pasa», piensa, pero las palabras se le quedan atascadas en la garganta, así que no logra mencionarlas y el silencio se impone.
Después de unos segundos en letargo, él se frota las sienes con brusquedad y parpadea varias veces antes de articular una respuesta.
-¿Por qué lo dices? -pregunta, atolondrado.
-No lo sé, tal vez sea por tu cara de bobo -responde obvio y con tono sarcástico.
-Y creo saber la razón -asegura Jason con expresión divertida.
Los nervios de Adam incrementan, en el momento en que ve a su amigo dirigirse en dirección a la dueña de su trance.
«¿Qué rayos está haciendo, Jason?», se pregunta aterrado cuando este empieza a hablar con la desconocida.
Con una sensación extraña en el pecho, también con las mejillas sonrojadas, decide no darle importancia a esa niña ni a la malicia de su amigo; por tal razón, se aleja de ellos y entra a la institución educativa con el objetivo de buscar información acerca de dónde se dará la orientación.
***
El día transcurre entre charlas y búsqueda de aulas para las primeras clases. Aunque los tres estudiarán diferentes carreras, comparten las primeras materias en el pensum, dado que son asignaturas generales para todas las profesiones.
En una de sus sesiones, él vislumbra a una chica de cabellera marrón y ojos color café entrar al aula. Con pasos tímidos, ella busca un asiento en un lugar donde pueda ver bien la pizarra y no se distraiga con facilidad.
-Jason, cambia de lugar -le ordena Adam en un susurro ansioso.
-No, estoy bien aquí -se niega su amigo, quien se enuentra sentado a su lado derecho y Ricky al izquierdo.
-Cabrón -profiere ante la negativa de parte de él. Adam nota que la chica ha escogido un lugar con la mirada y que se dirige hasta allí-. Ricky, busca otro asiento -comanda con desesperación, al notar que la muchacha está llegando hasta su objetivo.
-No, puto. Si quieres sentarte junto a esa niña, busca otro sitio. De todas formas, ya se ha sentado y no creo que sea de esas chicas que ceden a todo lo que pides, como para pararse de su asiento solo porque tú le digas. Deja de joder, ¿sí?
-No he dicho que es para cedérselo a esa niña rara y poco atractiva. ¿Me ves cara de pendejo como para liarme con una chica como esa? -Las palabras dejan su boca sin antes meditarla y todo porque la alusión de su amigo, muy certera, por cierto, lo ha puesto nervioso.
La clase le parece entretenida e interactiva, muy diferente a la secundaria, por lo que siente que el tiempo pasa muy rápido.
Cuando la sesión finaliza él observa a la joven recoger sus cuadernos y entrarlos en su mochila. Una vez ella se la engancha en la espalda, agarra su libro y se va. Un vacío doloroso se le instala en el pecho y la boca se le resaca, debido a la ansiedad que la ausencia de aquella extraña le provoca.
***
Después de llegar a casa y atacar el refrigerador, Adam va por su patineta y se dirige al parque donde suele reunirse con sus amigos. Allí conversa con ellos por unos minutos y luego se va directo hacia las rampas.
El recuerdo de una joven tímida y cohibida se le instala en la cabeza, y es el impulso para querer sentirse poderoso en ese momento.
-Demonios, nunca antes me había sentido tan vulnerable como hoy -masculla para sí mientras camina en dirección a su objetivo-. Quizás todo se deba al estrés de esta nueva etapa en mi vida y toda la responsabilidad que el cambio acarrea. Tengo tanta presión sobre mis hombros que a veces no sé cómo lidiar con ello. Sí, debe ser esa la razón para estar actuando como un tonto -se autoconvence.
Sus pasos por el pavimento se sienten pesados, asimismo, el corazón le late con agitación y su respiración se torna caótica cuando se ve en la cima. Ese es un momento muy de él, donde es libre y siente que puede volar, así como Superman.
Este es su viaje al país de las maravillas, donde no existe el dolor ni la confusión. Donde puede ser él mismo y no tiene que estresarse para lograr los objetivos de otros. En esta vida imperfecta y llena de conflictos, éste es su escape a la libertad.
-Aquí voy -dice con emoción. Toma una bocanada de aire y mira a su alrededor y a los presentes, cuyas miradas están expectantes a su hazaña, puesto que todos conocen su destreza con la patineta-. Este es mi momento, es mi hora de volar...
El viento le acaricia el rostro y su cuerpo es empujado hacia abajo.
-¡Niña fea, tú no me atraes! -vocifera mientras resbala por la rampa. Hace varias piruetas antes de dejar la altura y vuelve a deslizare por la superficie plana.
Los aplausos le confirman que sus piruetas le han quedado mejor de lo que esperaba, lo que provoca una sensación de grandeza en él. Como respuesta a los elogios, sonríe airoso y hace saludos reverenciales. Todavía la adrenalina le circula por su sistema, así que se encuentra eufórico y lo demuestra con gritos y gestos exagerados, que hacen suspirar a las chicas y contagia a sus compañeros. Como resultado, otros jóvenes se deslizan por la rampa y muestran sus mejores piruetas y técnicas.
-¿Cómo lo haces? -lo aborda una chica a quien no había visto antes allí.
-Si te soy sincero no sé cómo lo hago, ya que no es algo que planeo con anterioridad. Yo solo me dejo llevar por la adrenalina, así que las piruetas y movimientos fluyen por instinto -responde airoso.
Le encanta ver la admiración en los demás porque eso lo hace sentir importante. Aunque a veces él mismo se pregunta cómo lo logra.
Siempre está presente ese pequeño temor a caer o a no hacerlo bien; sin embargo, en el momento en que pone el pie en la patineta, todo lo demás deja de existir y se vuelve uno con la rampa y la altura.
-Eres increíble -alaba ella con coquetería-. Me gustaría invitarte a una bebida, ya que debes estar sediento.
Él la mira de arriba abajo y sonríe pícaro mientras se remoja los labios con una alusión morbosa.
-Me parece genial. Luego podríamos ir a un lugar más tranquilo, solo tú y yo. ¿Qué dices? -propone seductivo.
-¡Sería genial! -chilla emotiva. Se sonroja al caer en cuenta que ha sido muy obvia, pero se derrite por dentro al ver la sonrisa ladina de parte de él, quien luce muy sensual con esa expresión maliciosa.
Ellos se dirigen a una cafetería cercana y, después de hablar un rato, este la lleva al cine donde hacen de todo, menos ver la película.
Un reino se queda sin rey y un heredero debe tomar la corona. ¿El problema? El rey tuvo siete hijas, mas no tuvo varón. En un sistema donde las mujeres no son favorecidas por las leyes y la lucha por el poder pesa más que la sangre, Darah tendrá que encontrar la manera de remediar el caos en el que se ha sumido el reino de Andaluz y tratar de detener una batalla entre su propia sangre. ¿Cómo terminará esta guerra de Princesas?
¿Qué puede ocultar un velo? ¿Te enamorarías de una persona que nunca muestra su rostro? ¿Por qué ella le es irresistible, aunque nunca ha visto más que sus ojos que sobresalen la fina tela? ¿Debería confiar en ella? ¿Qué es lo que oculta y por qué todo en torno a esa mujer es misterio y reserva? Un velo, un pasado, secretos, omisiones y un nuevo amor que tiene todo en su contra. ¿Quieres descubrir el misterio del velo?
Madison Logan y su padre se mudan con los abuelos cuando él pierde su casa y empleo. El reencuentro con su fastidioso vecino, quien ya no es el jovencito débil de quién ella se aprovechaba; la entrada a la universidad donde encuentra todo tipo de personajes; sus locos abuelos y la vida miserable de su padre pondrán su vida de patas arribas. ¿Qué hará Madison cuando se vea envuelta en situaciones parecidas a los libros cliché que ella no soporta? ¿Sabrá identificar el amor o se dejará atraer por lo irreal?
¿Te ha sucedido alguna vez que sientes que perteneces a otro lugar? Que tuviste un lazo sentimental con una persona que no logras recordar. ¿Te has preguntado si tus sueños son tu realidad y el despertar tu fantasía o tu mentira? Lo más extraño... ¿Qué sucedería si ves en persona el rostro de una pintura que surgió de tu imaginación? ¿Casualidad, Déjá vu? ¿O recuerdos vagos del subconsciente? Aunque creo que no existes... Él: Yo te dibujo... Ella: Yo te sueño...
Era extraño, pero la chica callada y solitaria estaba ahí, justo frente a él, a su entera disposición. Nunca habían cruzado palabras, no obstante, había algo en su mirada que lo hacía sentir como en casa; era un sentimiento poco común, ella reflejaba una calidez que lo volvía loco. No sabía la razón por la que estaba oculta en aquel lugar. ¿De qué se escondía? Vio esos labios cerezas tan apetecibles…; ella estaba mirándolo a los ojos pasmada, se veía asustada. No supo por qué lo hizo, pero su boca no soportó aquella tentación; fue así como terminó dando su primer beso a una extraña. *Amor de verano es una serie de dos libros o temporadas, más cinco capítulos extras. Se divide en: "Me encantas", "Te amo" y "Capítulos extras de Matt y Claudia". Puedes encontrar la primera parte en físico. Sinopsis: El verano llegó y con él la oportunidad de una alianza entre las familias Mars, Gutiérrez y Castillo. Aunque, ya las primeras dos, tenían ese tipo de relación desde hacía muchos años atrás. Las tres familias deciden internarse en un rancho alejado de la ciudad para disfrutar de sus vacaciones de verano y, al mismo tiempo, estrechar sus relaciones y organizar sus proyectos de negocios. Es así como Laura Gutiérrez y Kevin Mars se conocen. Dos personas con carácter y estilo de vida opuestos que, después de un suceso en un viaje anterior, nueve años atrás, sus corazones quedaron entrelazados. Un nuevo amor surge y, debido a esto, se desencadenan situaciones que revelarán traumas y conflictos del pasado; así también, secretos familiares y enfrentamientos que pondrán a prueba este amor. ¿Podrá la relación entre Kevin Mars y Laura Gutiérrez permanecer? O… ¿solo será un romance de verano?
En las calles de un vecindario, una niña juega con su globo color rosa. Ella recorre el asfaltado con gracia, practicando sus pasos de baile nuevos que aprendió en su clase de ballet. Unos chicos la rodean, le quitan su globo y se burlan de ella. Lágrimas de impotencia recorren sus mejillas, aprieta su puño y los enfrenta. Ellos son tres chicos fuertes, ella es una niña muy delgada y débil. Cierra los ojos por inercia al saber que será golpeada. Los abre lentamente al notar que los chicos huyeron, su boca se abre de la sorpresa y sus manos temblorosas toman el globo color rosa que el niño al que todos llaman freak le extiende con indiferencia y frialdad. Desde ese día, la curiosidad sobre aquel temido y solitario chico despierta y ella se propone una nueva meta: acosar al chico raro de su cuadra.
¿¡Se supone que una mujer se debe casar con el hombre que ama profundamente!? No con un desconocido. ¿Qué puede ser más peor que dejar al hombre que amas profundamente por otro que no sientes nada? ¿Existe algo mas cruel, que ser sacrificada y engañada en una red de mentiras por tus propios padres en el bien de su propia codicia? Esto fue exactamente lo que sintió ella cuando se enteró que debía casarse con quien jamás pensó hacerlo. Estaba furiosa e indignada que no pensó lo que hacía. -¡No me quiero casarme! ¡NO ME CASARÉ CONTIGO! -gritó cuando vio al hombre cuya foto le habían mostrado sus padres. -¿Qué dijiste? -le preguntó con cierta advertencia en su voz. Ella apretó los dientes y recordó lo que había tenido con su novio. La audacia la atravesó una vez más. -No me casaría contigo. No puedes obligarme y no lo permitiré. Amo a alguien y no eres tú. -¿Te pedí que te casaras conmigo?
Kaitlin se enamoró de Alan a primera vista, pero no consiguió conquistar su corazón ni siquiera después de tres años de matrimonio. Cuando su vida estaba en juego, él lloraba ante la tumba de su amada. Eso fue la gota que colmó el vaso. "Divorciémonos, Alan", dijo Kaitlin. Después del divorcio, Kaitlin prosperó en su nueva vida, ganando fama internacional como diseñadora. Recuperó la memoria y reivindicó su legítima identidad como heredera de un imperio joyero, al tiempo que asumía su nuevo papel como madre de dos preciosos gemelos. El pánico se apoderó de Alan cuando vio a los pretendientes alrededor de su exesposa. "Me equivoqué, cariño. Por favor, déjame ver a nuestros hijos", le suplicó Alan.
Rhonda era una chica que amaba demaisado. Después de que su novio de varios años perdiera su trabajo, ella no dudó en apoyarlo económicamente. Incluso lo mimó, para que no se sintiera deprimido. ¿Y qué hizo él para devolverle el favor? ¡Engañó a Rhonda con su mejor amiga! Ella estaba tan devastada. Para hacer que su ex infiel pague, aprovechó la oportunidad para casarse con un hombre que nunca ha conocido. Eliam, su esposo, era un hombre tradicional. Él le dijo que él sería responsable de todas las facturas de la casa y que ella no tendría que preocuparse por nada. Rhonda se rio de él y concluyó que era uno de esos hombres a los que les gusta presumir de su habilidad. Pensó que su vida de casada sería un infierno. Al contrario, Eliam resultó ser un esposo cariñoso, comprensivo y hasta un poco pegajoso. Él la animó a ascender en la escala profesional. Además, la ayudaba con las tareas del hogar y le daba carta blanca para decorar su hogar. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a apoyarse mutuamente como un verdadero equipo. Eliam sabía cómo resolver los problemas de la vida. Nunca dejaba de acudir en ayuda de Rhonda cada vez que ella estaba en un aprieto. A primera vista, parecía un hombre común, por lo que Rhonda no pudo evitar preguntarle cómo podía poseer tantos conocimientos acerca de diferentes áreas. Pero Eliam siempre ha logrado esquivar esta pregunta. En un abrir y cerrar de ojos, Rhonda alcanzó la cima de su carrera gracias a la ayuda de su esposo. La vida les iba bien hasta que un día, Rhonda encontró una revista de negocios global. ¡El hombre de la portada se parecía exactamente a su marido! ¡Qué significaba eso! ¿Eran gemelos? ¿O le estaba ocultando un gran secreto todo este tiempo?
"¡Firma los papeles del divorcio y lárgate!". Leanna se casó para pagar una deuda, pero fue traicionada por su marido y rechazada por su familia política. Viendo que sus esfuerzos eran en vano, aceptó divorciarse y reclamó su mitad de las propiedades. Con la cartera repleta gracias al divorcio, Leanna disfrutó de su nueva libertad. Sin embargo, la amante de su ex la acosaba, pero Leanna logró lidiar con ella. Además, ella retomó sus identidades de hacker de primera, campeona de carreras, profesora de medicina y diseñadora de joyas de renombre. Entonces alguien descubrió su secreto. Matthew sonrió y le preguntó: "¿Me quieres como tu próximo marido?".
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