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Historia

Capítulo 2 Capitulo 2

Palabras:3614    |    Actualizado en: 12/05/2023

«a mano». Como en aquel tiempo tenía que averiguar yo solo el significado de esta expresión, y por otra parte me constaba que ella tenía una mano d

po; a ambos lados de su suave rostro se veían algunos rizos de cabello dorado, y sus ojos tenían un tono azul tan indeciso, que parecían haberse mezclado, en parte, con el blanco de

. Era alta y casi siempre llevaba un delantal basto, atado por detrás con dos cintas y provisto por delante de un peto inexpugnable, pues estaba lleno de alfileres y de aguja

l cementerio, la forja estaba cerrada, y Joe, sentado y solo en la cocina. Como él y yo éramos compañeros de sufrimientos y nos hacíamos las confidencias propias de

na docena de veces en tu busca. Y ahora acaba de

stá

Y lo peor es que ha sal

imo empecé a retorcer el único bot

bastón, ya pulimentado por los c

y salió. Esto es lo que ha hec-ho añadió removiendo con un hierro

muchor

fuese un niño muy crecido; d

o el reloj holand-é.sHace cosa d

de la puerta, muchacho,

eñora Joe, abriendo por completo l

izo adivinar en seguida la causa,

veces servía de proyectil matrimonial-, y el herrero, satisfecho de apoderarse de

oso?- preguntó la señora Joe dan

. Si no hablas en seguida, lo voy a sacar de ese rincón y de nada te valdría que

doije, desde mi refugio, llo

hubiera avisado, desde hace mucho tiempo, de que no vayas

- d

staría sabe- reloxclamó mi

aseguro que no v

nunca me he quitado este delantal. Ya es bastante desgracia la mía el ser m

los vengadores carbones que no tenía más remedio que cometer un robo en aquella casa para llevar al fugitivo de lo

déis hablar de él, vosotros d-ousno de nosotros, por lo menos, no había pronunciado tal pa-.labra C

ara la pareja que haríamos los dos en las dolorosas circunstancias previstas por mi hermana. Después de eso se acarició la patilla y los rubio

a nuestras bocas. Luego tomaba un poco de manteca, nunca mucha, por medio de un cuchillo, y la extendía en la rebanada de pan con movimientos propios de un farmacéutico, como si hiciera un emplasto, usando ambos lados del cuchillo con la mayor destreza y arregl

ocido y para su aliado, aquel .joven aún más terrible que él. Me constaba la buena administración casera de la señora Joe y de antemano sabía que mis pesquisas rateri

rme en una gran masa de agua. Y Joe, que, naturalmente, no sabía una palabra de mis propósitos, contribuyó a dificultarlos más todavía. En nuestra franca masonería ya men

nuía con la mayor rapidez, a que tomase parte en nuestra acostumbrada y amistosa competencia; pero cada vez me encontró con mi amarilla taza de té sobre la rodilla y el pan con manteca, entero, en la otra. Por fin, ya desesperado, comprend

. Lo revolvió en la boca mucho más de lo que tenía por costumbre, entreteniéndose largo rato, y por fin se lo tragó como si fuese una píldora. Se dispon

nerse, y la mirada que me dirigió, eran demasiado axtraord

con cierta elegancia,

eza con aire de c-e.nOsuyera, Pip. Te va a hac

epitió mi hermana, con

tad-o. La limpieza y la buena educación valen muc

e y, agarrándole por las dos patillas, le golpeó la cabeza contra la pare

ec i q u é s u c e d - e e x c l a m ó m i h e r m a n a , j a

luego dio un mordisco a

ncial, como si estuviéramos sol-o,sya sabes que tú y yo somos amigos y que no me gusta reprenderte. Per

l pain smascar?- e

mejilla-. Cuando yo tenía tu edad, muchas veces tragaba sin mascar y he hecho como otros muchos niños suelen hacer

ogió por el cabello, limitándose a p

as a tomaerl

nte ideal, y, en tales casos, yo salía apestando como si fuese una valla de madera alquitranada. Aquella noche, la urgencia de mi caso me obligó a tragarme un litro de aquel brebaje, que me echaron al cuello para mayor comodidad, mientras la señora Joe me sostenía la cabeza bajo el brazo, del mismo modo como

castigo. El conocimiento pecaminoso de que iba a robar a la s-eñora Joe desde luego, jamás pensé en que iba a robar a Joe, porque nunca creía que le perteneciese nada de lo que había en la cas-a, unido a la necesidad de sostener con una mano e

hierro en la pierna que me hiciera

se arrojara contra mí, tal vez cedería a una impaciencia de su propia constitución o se equivocaría de hora, creyéndose ya con derecho a mi corazón y a mi hígado aquella misma noche, en vez

é de hacerlo con el impedimento que llevaba en mi pierna, cosa que me hizo pensar otra vez en el hombre que llevaba aquel hierro en la suya, y observé que el ejercicio tenía tendencia a lle

pudding y mientras me calentaba un poco ante la chimen

l. ¡Otro penado qu

es decir, Jo

e daba explicaciones a sí mi

ado! ¡

efinición como si fue

tada y con la cabeza inclinada so

boca en la forma apropiada para devolver su elaborada respuesta, p

por los cañonazos que se oyeron a la puesta del sol. Dispararon para avisa

n dispara

on el ceño frun-c.id¡Qoué preguntón eres! No

dría contestarme con alguna mentira en caso de que le hiciera una pregunt

abra que a mí me pareció que debía ser «malhumor». Por consiguiente, señalé a la señora Joe y dispuse los labios de manera como si quisiera preguntar: «¿El

-o. Si no tienes inconveniente, me gustar

si no quisiera significar eso, sino, precis

mirando a Jo-.e

he, como si quisiera decir:

los Pontone

i hermana, apuntándome con la ag

e a una pregunta, y

sirven de prisión y que se hal

en esos ba-rcporse?gunté sin dar

esperado e

ra la señora Joe, que s

e subido a mano para que molestes

los Pontones porque asesinan, porque roban, porque falsifican o porque cometen al

scaleras a oscuras, con la cabeza vacilante porque el dedal de la señ

seguía el camino apropiado para terminar en ellos. Empecé

hos que viven atemorizados. Poco importa que el terror no esté justificado, porque, a pesar de todo, es terror. Yo estaba lleno del miedo

y no tenía esperanza de librarme de mi todopoderosa hermana, que me castigaba continuamente, aumentando

or sería que tomase tierra para ser ahorcado en seguida, en vez de continuar mi camino. Temía dormir, aunque me sentía inclinado a ello por saber que en cuanto apuntase la aurora me vería obligado a saquear la despensa. No era posible hacerlo durante la

lado que se vela a través de mi ve

ia ella. No tuve tiempo para ver lo que tomaba, ni de elegir, ni de nada, porque no podía entretenerme. Robé un poco de pan, algunas cortezas de queso, cierta cantidad de carne picada, que guardé en mi pañuelo junto con el pan y manteca de la noche anterior, y un poco de aguardiente de una botella de piedra, que eché en un frasco de vidrio (usado secretamente para hacer en mi cuarto agua de regaliz). Luego acabé de llenar de agua

ar una lima de entre las herramientas de Joe. Luego cerré otra vez la puerta como estaba, abrí la que me dio paso la

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Contenido

Capítulo 1 Capitulo 1 Capítulo 2 Capitulo 2 Capítulo 3 Capitulo 3 Capítulo 4 Capitulo 4 Capítulo 5 Capitulo 5 Capítulo 6 Capitulo 6 Capítulo 7 Capitulo 7 Capítulo 8 Capitulo 8 Capítulo 9 Capitulo 9 Capítulo 10 Capitulo 10
Capítulo 11 Capitulo 1.2
Capítulo 12 Capitulo 2.2
Capítulo 13 Capitulo 3.2
Capítulo 14 Capitulo 4.2
Capítulo 15 Capitulo 5.2
Capítulo 16 Capitulo 6.2
Capítulo 17 Capitulo 7.2
Capítulo 18 Capitulo 8.2
Capítulo 19 Capitulo 9.2
Capítulo 20 Capitulo 10.2
Capítulo 21 Capitulo 11.2
Capítulo 22 Capitulo 12.2
Capítulo 23 Capitulo 13.2
Capítulo 24 Capitulo 14.2
Capítulo 25 Capitulo 15.2
Capítulo 26 Capitulo 16.2
Capítulo 27 Capitulo 17.2
Capítulo 28 Capitulo 18.2
Capítulo 29 Capitulo 19.2
Capítulo 30 Capitulo 20.2
Capítulo 31 Capitulo 21.2
Capítulo 32 Capitulo 22.2
Capítulo 33 Capitulo 23.2
Capítulo 34 Capitulo 24.2
Capítulo 35 Capitulo 25.2
Capítulo 36 Capitulo 26.2
Capítulo 37 Capitulo 27.2
Capítulo 38 Capitulo 28.2
Capítulo 39 Capitulo 1.3
Capítulo 40 Capitulo 2.3
Capítulo 41 Capitulo 3.3
Capítulo 42 Capitulo 4.3
Capítulo 43 Capitulo 5.3
Capítulo 44 Capitulo 6.3
Capítulo 45 Capitulo 7.3
Capítulo 46 Capitulo 8.3
Capítulo 47 Capitulo 9.3
Capítulo 48 Capitulo 10.3
Capítulo 49 Capitulo 11.3
Capítulo 50 Capitulo 12.3
Capítulo 51 Capitulo 13.3
Capítulo 52 Capitulo 14.3
Capítulo 53 Capitulo 15.3
Capítulo 54 Capitulo 16.3
Capítulo 55 Capitulo 17.3
Capítulo 56 Capitulo 18.3
Capítulo 57 Capitulo 19.3
Capítulo 58 Capitulo 20.3
Capítulo 59 Capitulo 21.3
Capítulo 60 Capitulo 22.3
Capítulo 61 Capitulo 23.3
Capítulo 62 Capitulo 24.3
Capítulo 63 Capitulo 25.3
Capítulo 64 Capitulo 26.3
Capítulo 65 Capitulo 27.3
Capítulo 66 Capitulo 28.3
Capítulo 67 Capitulo 29.3
Capítulo 68 Capitulo 1.4
Capítulo 69 Capitulo 2.4
Capítulo 70 Capitulo 3.4
Capítulo 71 Capitulo 4.4
Capítulo 72 Capitulo 5.4
Capítulo 73 Capitulo 6.4
Capítulo 74 Capitulo 7.4
Capítulo 75 Capitulo 8.4
Capítulo 76 Capitulo 9.4
Capítulo 77 Capitulo 10.4
Capítulo 78 Capitulo 11.4
Capítulo 79 Capitulo 12.4
Capítulo 80 Capitulo 13.4
Capítulo 81 Capitulo 14.4
Capítulo 82 Capitulo 15.4
Capítulo 83 Capitulo 16.4
Capítulo 84 Capitulo 17.4
Capítulo 85 Capitulo 18.4
Capítulo 86 Capitulo 19.4
Capítulo 87 Capitulo 20.4
Capítulo 88 Capitulo 21.4
Capítulo 89 Capitulo 22.4
Capítulo 90 Capitulo 23.4
Capítulo 91 Capitulo 24.4
Capítulo 92 Capitulo 25.4
Capítulo 93 Capitulo 26.4
Capítulo 94 Capitulo 27.4
Capítulo 95 Capitulo 28.4
Capítulo 96 Capitulo 29.4
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