ía dedicado a jugar rugby, lo que al principio me pareció otro chico petulante y con aires de divo, como el resto de sus compañeros de equipo. Un
mana era sagrado para ir al cine junto a Carlota, mi mejor amiga, que celebrarle a un montón de universitarios con pinta desaliñada y de cabellos largos, me parecía una verdadera pérdida de tiempo, aunque sí me alegraba la
larga y brillante cabellera castaña. Ya que, pese su porte, se veía pequeñito entre medio de las muchachas que lo tenían acorr
mi primo, tuvo la radiante idea de gritarme a todo pulmón, apenas hizo su entrada: ¡Nina! ¡Prima! ¡Qu
ntó tímido, aunque con una c
risa algo fingida mientras acom
prima de Rodrigo -a
n poco nerviosa-. Disculpa, t
vo sostenien
aró riendo-. Te ve
oy bien,
yo te ayud
pues una bandeja de sándwiches y vino distendía mucho a una cita. Per
ersidad, de forma que nuestras charlas se convirtieron en habituales: desde libros, música y películas, como los chismes recurre
a una duda existencial o de problemas de baja autoestima, pero un chico popular, que había sido buen alumno, quer
chica? -interrogó, entretanto acomod
í dudosa-. No es po
ue estaba enrojecida a causa de mi ansiedad al escuchar lo que me i
é mirándol
Cóm
mujeres, tienen una devoción, un encantamiento, una fascinación con el pelo
tuyo -le tomé un mechón y me lo puse imitando un bigote- lo tienen m
con una
na ―dijo a
me res
que tenga mi persona elevada, pero me acostumbré a que s
lo mismo los divo
bre mí haciénd
al te
repliqué con burla
za, no era falta de amor, pues a diferencia de él, yo solía ser mucho más introvertida, mucho más temerosa, por lo que cualquier locura o salida de madre por parte de él me alteraba y me producía muc
as veces en demasía para evitar extrañar a Pali, que se había mudado fuera de la región a causa de un trabajo en a
nitivamente con él, pero todo se había adelantado, ya que en su nueva ciudad las oportunidades estaban a la orden del día y de seguro se me daría fácil convalidar mis estudios y poder hacer mi práctica laboral en es
cho y de paso a mi persona-. No es nada en contra de Pali, p
iero, amiga. Además, la relación es seria. Y la
ue las oportunidades estén allí, pue
sta-. No será una selva de cemento, pero sí es
oy una pintura?
. No porque me vaya a un par de ho
siempre es una
. Me conoces, amiga, además, ¡no me
mejor amiga, Nina,
nter
he consultado con la almohada una y otra vez. No soy alguien que toma decisiones a
s lo
del tiempo, te vas a dar
e que nuestras familias tuvieran amistad, si no porque compartíamos la misma rareza como locura, esa que difícilmente
bajo control y con una seguridad irrompible por l