rmó primero de forma verbal del casamiento de Farid Khattab con Leila Assad, luego s
por aquel lugar se hubiera visto, la henna estaba por todos lados, para que tuviera un matrimonio lleno de felicidad, y las canciones que relataban el dejar la casa de sus padre para comenzar su vida de casada, la hicieron llorar como se esperaba, aunque Leila solo extrañaría a su madre, al final de la noche Farid llego, como debía s
su mirada, llevo sus manos al velo rojo con hilos dorados que cubría el rostro de Leila y lo retiro con calma, se miraron a los ojos por un momento, para todos los presentes, se veían con amo
dré a robarte, y tú te iras conmigo. - Lo único que obtuvo como
era la costumbre, fue vestida con su vestido de novia, uno tan hermoso que Leila no lo podía creer, su color blanco puro le hacía doler los ojos c
ti. - dijo su madre c
sentes, Leila no comprendía como podía hacer todo eso con solo mirarse al espejo, pero cuando al fin se vio, noto lo diferente que lucía, sus ojos brillaban con la esperanza que nuca tuvo, estaba feliz, tanto que estaba segura que su
lista para tu nuevo camino. - dij
iro profundo una vez más y cambio su vista a donde estaba su padre y hermano, viéndolos a través del espejo, las lágrimas de sus ojos
finca del Jeque, demostrando de esta forma la felicidad que sentía por Farid y Le
marcha frente al que sería el hogar de los recién casados, ayudo co
e. - Leila jamás soñó con que el
te presentare a los empleados, hoy nos han dejado so
novias dejaran sus hogares para partir al de sus suegros, donde ellas los respetarían
zura, era solo una niña, su madre no la había preparado pa
solo debemos estar nosotros en la casa. - Farid se rasco lo cabeza, aun no se l
ar que soy pura y que tú has cumplido como esposo. - Farid podía ver un leve sonrojo en sus me
ción era evidente en la voz de Farid, mientras al fin ingresaba
vive alguien más contigo? - Farid comenz
? ¿Tus ojos no ven que solo hay una c
Farid, soy u
gracias a esa gran mente tuya, aunque ahora... - Farid de
Aho
a sabana en la ventana, para que todos vean que tú
n el rostro de Leila era rara, la mez
s lo que pensó esa mente astuta suy
Kha
la familia Khattab, quien desee vivir, deberá respetarte. - ambos se miraro
nto con las cosas de la boda, la joven vio varios de ellos y se preguntó qué era lo que su madre pensaba de ella, eligió el
la sabana superior, luego se paró en frente a Farid quien la miraba con d
pregunto cur
d, provocando que Farid riera, aun así, hizo lo que la
ás haciendo? - di
ó y unos segundos desp
donde ella estaba sentada, también observo que el pijama que ll
pregunto con la angustia
o tendrás que dormir sobre mi sangre, ¿no te molesta
no me están comiendo los gusanos en este momento
eila, levanto un poco su cabeza y observo a la joven a su lado, se veía tranquila, Leila siempre se veía tranquila, menos el día que le dio el café con sal, Farid recordó su cara completamente roja y s
razos de Farid, y poco a poco se alejó de él. - Tranquila Leila, jamás te haría algo inde
mportunando, lo siento. - dijo mientras salía poco a
para estar a mi lado, ¿Qué es lo que te sucede? -no pudo evitar pre
pondió y como siempr
e el muslo, podrías
que luego del matrimonio, la esposa queda con un poco de dolor
ante esposa. - aquel nombre provocó que ambos rompiera
los jóvenes llenaba todo el lugar, la semana que pasaron solos con los empleados, les sirvió para conocerse mejor, Leila comenzó a admirar a Farid, y alentar sus ideas de cambiar ciertas leyes como su padre hacía, y Farid se encariño con la joven, la veía
ás que es? - pregunto mientras disfrutaba
ti y lo cumpliré. - Farid acaricio el cabello lacio de la joven,
ocupa o te molesta, yo te ayudare, no eres una carga, eres mi igual, nos salvamos mutuamente, tú y yo, ju
ños, no podía creer que Said no pagara el tratamiento, cuando su padre Marwan le había dado el dinero, ya que hacía un año el hombre fue a pedir ayuda por la enfermedad de su
heridas en la espalada de la joven, que ya habían cerrado, pero que habían dejado cicatrices, cinco línea
lo haces mi madre t
illaba y no pudo evitar saltar a los brazos de Farid para agradecerle, el joven jeque, simplemente la recibió,
tando de inmediato el cuello
esta pareja eso era perfecto, ya que los libraba de tener que besarse delante de los demás, aun así, Le
con rapidez camino hasta estar frente al hombre, que vio con asombro la cantidad de emociones contenidas que tenía la joven en sus grandes ojos color c
el cariño que había depositado en la palabra "padre" y co
su suegra se fuera con ellos, pero a la segunda semana de casados, Leila sufrió el golpe más fuerte que pudo recibir en toda su vida, su ma