ítu
Peña M
larta Jali
vestido para ti. En tiendas como estás debe haber mucha variedad y, además, ese color uva
a en lugar de ofenderse ante lo que dije, se lo tomó con humor y parecíamos dos locas, riéndonos en el in
ecesitan algo más por favor. Todos los modelos, se pueden aj
mento de tallas especiales, como para el cuerpo de mi amiga, porque ya ni tiempo le iba a dar de dejar el vestido para
lexión muy delgada, por favor ¿Puedes traerle algo, que le quede bien? Lo necesita para esta noche,
tan exorbitantes, para complacer a los que iban a dejar su dinero ahí, esas tallas que eran para esas modelos que estaban más delgadas que una
Veo que el rojo, le ha quedado perfecto a usted –
me podían llevar a la noche en la que yo, podría conquistar al objeto de mi deseo y a mi solución definitiva para poder tener, lo
miga – ya que se lo quite mi amiga, se lo
a de todos modos, me lo quitaré y que me envolvieran, pero si pudiera volvería a la tienda y regresarlo para que me dieran ese dinero, y con ese
ue sí, y
a empleada cambiaba de colores y modelos, creo que mi amiga se empezó a desesperar, porque ya ni siquiera íbamos a tener tiempo de ir a otra tienda,
se le veía menos mal que los otros modelos. Yo sólo quería salir de ahí, tenía el tiempo justo de llegar al can
la de un chico guapísimo, parecía un modelo. Era rubio, de ojos claros y él, se quedó mirándome a mí, él iba en l
puso como loca – Ven, vamos a volver arriba.
tenía que ir rápido para poder llegar a tiempo al canal, porque ni la comida, ni los gastos, se pagaban solos, no iba a estar zozobrando a
nos ya, por favor. El chofer, no tarda en venir por mí – Mentí – Si n
las tardes a ver películas, ni hacer otras cosas que hagan los demás jóvenes de nuestra edad., pero ahora no era tiempo de lamentaciones,
e te des la oportunidad, sólo será un segundo – Larissa, ti
gerla, todo por la tontería de Larissa, de querer ir a perseguir a ese tipo, ni que estu
to – Lo siento mucho, es que me da miedo no cumplir con mis padres, tú no sabes co
no tener mi propio auto con el que transportarme, como era debido, me sacaba de quicio estar corriend
Ha sido del todo mi culpa. Te ayudo a recoger las perlas y podemos
pulsera, por su culpa de Larissa, era que me encontraba casi his
as, La
ntas a la entrada del centro comercial, dónde el chofer de Larissa, la estaba esperando y se acercó a ella para
prometo, que haré lo más que pueda por acompañ
resentado alguna urgencia con mi padre o con mi madre, ya se me estaban acabando la
iento lo de tu pulsera. Espero t
ugar apartado en el canal, yo no iba a poder
amiga, d
ario, para verlos desaparecer y me eché a correr como loca, tenía que alcanzar el mugroso
en el fondo. Mientras iba a bordo solo pensaba en dos cosas