ningún otro lugar -al soltarla la mujer se quedó tosi
bía que había sucedido. Después de eso Marcos se desplomó
Quedándose Emma dentro se sentó a un costado de Marcos, lo miraba y suspiraba. Empezó acariciándolo, besando su cuello y desbrochó su camisa, tocó sus firmes músculos, se a
corazón de Marcos y al parecer no había salido con todo lo que hizo. ¡O, bueno, lo que ella hiz
esbotonada, no le dio importancia y se metió a la ducha. Tenía un
ago se relajó al ver la comida que estaba sobre
puños se dejó caer en la silla. Perdida en sus pensamientos se preguntaba:
hombre más importante de la ciudad había sido cancelada. Una sola llamada de Marcos hizo que todos los de la prensa pararan de publicar cosas de él,
-dijo el oficial, ella tenía los ojos hinch
amientos perdidos preg
s no hay abogados d
tinuó- Nadie quiere enfrentarse al señor Heredia, así que el teléfono le
teléfono pensando en quién llamar. Llamaría a sus amigos de París, pero
aite, Emma había estado esa noche, el
rla y esta vez
l otro lado del teléfono se quedó en si
estoy -resp
ntía una gran impotencia, además de que estaba p
o pudiste hacerle eso a Marcos? ¡Eres una zorra! No quiero volver a
ni su amiga quería ayudarla. Sintió como sus ojos se llenaron de lá
iquiera abrir los ojos. Por un instante recordó a Maite y su cara de tristeza se llenó de rabia y odio
staba por empezar, él jamás permitiría que quedara libre de toda culpa, er
n desdén cómo traían esposada a Maite. Sus miradas se cruzaron, él le
miento y al no ver un abogado
juzguen sin abogado! -lo dijo
tró todas las pruebas encontradas, más que el video había un arma que contenía las
cente! ¡necesito un abogado!-, su voz se quebró y de sus ojos descendieron ríos de lágrimas que corrían por sus mejill
ostrada todas las pruebas de la parte acusada, se encuentra la culpabilidad de Maite Ferri y se con
te arrepentirás de lo que has hecho, te juro Marcos Heredia, que el dí
puesto que era un hombre sin escrúpulos, no le importaba herir ni lastimar a quién fuera que se metiera con su familia. Una vez que s
y todavía tienes la osadía de decir que me aborrecerás-. Marcos crujió los dientes y presionando el rostro de Maite Masculló -No creo que me aborrezcas más que yo, te de
o! No podía ser él. Por supuesto que no, el Marcos que tenía enfrente a ella era despreciable y arrogante, déspota y vengativo, era tan diferente a su Marcos. El
turado en la g
ti por amor porque creí en tus palabras de amor ¿Y así
medio lado Ma
lágrimas no me convencen. ¿O será acaso que quieres que pague por tus servic
e, pero ya veo que eres un completo cabron. Si Elis
e se dirigió por el mismo
a mirada oscura llena de odio y venganza. Una vez que se recuperó
te y jalándole a un rincón de un espacio cerrado, le arrancó su ove
s, estaba segado por el odio y la ira, deseaba cobrarle a Maite su traición y lo sucedido a su abuela, que