te se había sentido más sofoc
enes impuestas, había tenido que callar. Sin embargo, las miradas furiosas que recibía de él, eran otra historia. Creí que iba a salir algo en mi contra, pero
ra ir al colegio, no me extraño verlo esperándom
o, pasé por su la
dónd
rostro p
gio, ¿Dó
insinuación de que iba a llevarme
ré co
vayas-tomó mi brazo. ¿Qué problema tenía este imbécil
zo, pero Maggie había aparecido de re
-preguntó-, no es hora
é dese
ije intentando hacerla entender
uir aquí? Haz lo q
era llevada a la puerta. Jalé mi brazo hac
a unos pasos de di
aldad-, ahora co
endo. Solo camin
tar discutien
ubo alguna advertencia por lo que había pasado hace tres d
, pero tamp
del auto. Lo hice y tan pronto salí del coche, Santana
bé
nte no hizo un esfuerzo de hacer lo mismo. Continué con mi vida. Lo mejor que pudiera ahora que no tenía a mi madre. En el colegio fue más de
aron má
e se ocupará con la búsqueda de trabajo. Pues sabía que, con eso, podía irme de la casa de Santana. No importaba que la llegada
o mejor era i
encida. Continué intentando. Un día, en el estacionamiento y a la espera de Santana, Manuel había dicho que su familia buscaba personal en
o, había abra
antes de que empezará a regañarme, Manuel se colocó enf
a, ¿puedo hab
e furioso. Como si yo tuviera la culp
ordenó
ado-pidi
ejor amigo, pero ést
eme-o
cía que no le agradaba a Santana, pues cada vez se veía más furioso. No entendía que podía ser eso que lo estuviera enervand
os. Momentos después, Santana liberó a mi mejor amigo. Su cuerpo se giró
ué s
a mí, y cuando llegó hasta donde
z que hablas con
? ¿Po
agarré en mi brazo, res
nso permitir que mi hijastra sea sometida
za me hi
o-espete con enoj
io b
más ciega de lo q
blante era duro, pero sonrió cuando observó que lo miraba. Sabía q
aría eso de él? ¿Qué
ordenó
a mi amigo, y
celerará, observé a Ma
a sin saber que decirle sobre trabajar con los padres de Manuel. Era obvio la aversi
ita
con tu cena, ni
é que tanto Maggie como s
estaba pens
spero-come
en
é que tenía razón. Desvió la vista enseguida. Fruncí el ceño. «Era ahora o nunca», pensé con decisi
parecía que no le importaba que iba a decir, si n
io
o y...-empecé a decir, pero Santana como si e
N
ré fu
tin
empezaba a levantar de su asiento y miré a Maggie pidiendo su ayuda-, es p
endo,
asta llegar a mí-, he dicho que no ver
ré en
, siempre ha estado en mi vida. Mucho antes de que tu llegarás a la
re, tengo que hablar c
gie hubiera intentado decir algo, Santana ya me estaba
darme a solas con él,
el interior de la habitación. Por la fuerza usada, tropecé con mis propios pies. Sin embargo, no tuve tiempo de pensa
r de la silla, observé a Santana colocar sus manos en l
tos, observé la ce
entímetros de mi rostro-, ¿crees que
gitada y
ajo, nada más. Cualquier padre
trás. Continuó diciendo-: No, no quieres conseguir trabajo, solo quieres pasar más tiempo con él. -espeto a centímetros de mi rostro-
bras me
ni tampoco Manuel, yo simplemente deseo trabajar. Deseo
mbre, lo impac
e a re
í el
unté confundida-, ¿
-, repite
mientras obser
-murmuré e
o observé claramente en sus
r su pro
ensaba
e lo alejar
puerta, eso hizo que Santana se aleja
contestará, S
on ese imbécil de Prieto,
Alejarm
porque de ese comentario estúpid
as, p
caba d