porque después de todo, quería retomar mis estudios, reconstruir mi vida; pero no estaba en mis plane
sto mal los últimos días, decidió pasarlo conmigo y dos amigas más en un antro que abrieron hace dí
entes y rostro perfecto. Llevaba un vestido perlado, que ap
lvió su cintura y besó sus labios-. Te amo, mi vida -susurraron al mismo tiempo y soltaro
bíamos decidido por un vestido, escogió un conjunto enterizo de cuero qu
mos ir saliendo -y tras regalarme una sonrisa, toda
color vino, cuando un correo e
estudio de Sebastián. Aun así,
ad de Dere
Ariana
e de inscripción a
a Arian
darle la bienvenida a nuestra institución y para adjuntarle e
l, por lo que, deberá apersonarse para la cu
Buenos Aires con el fin de firmar los pape
o. Comprobante
nto. Plan de
adjunto.
s cord
Facultad de De
lo podía creer. ¿De qué inscripción me estaban hab
ego me decidí a abrir los archivos. Tan pron
una pausa tratando pro
niversidad privada, la que no podía pagar
ue las chicas se asustar
lina fue la prime
e delante de sus
minar de un lado al otro-. Te lo dije -repitió
la amante de un empresario automotor hace unos años y del cual pudo alejarse porque se obsesionó con otra mujer. Ese hombre, por lo que em
uera por mí, no los podía pagar y como no quería sentirme dependiente en cierto modo, cada vez que
había pasado, creía que todas las
e en mi vida personal y como, desde el comienzo dejamos en claro en qué consistía
cesito hablar con é
ntimas mías, por lo que, era obvio que
i no quería dejarme sola, la con
tes que es
prom
o sabía que necesitaba dejarle en
.
ué te pasa?! -le reproché, pero a él
por qué te e
ad ¿tanto te cuesta entender eso? Me anotas
as cuotas del año inicial-justif
a tomar mis estudios cuando pueda hacerlo, tu no eres quién para hacer lo que hiciste. Además, en B
me acosada por Sebastián
había manera en que pudiera convencerme para que regresara a la capital, cuand
va a gustar-, el tono de su voz llama mi atención-. Estoy en conocimiento del m
gunté más enfadad
ocían y por eso él quería que volviera a la ciudad, porque el licenciado se
asti
que la ira me llevó a abofete
la de Sebastián, que conocía todos los clubes swingers habidos por haber, como él. Que solía tener vínc
diar palabra, le di vuelta
uevo, atajó mi mano y de un ágil movimiento quedé contra
s. Ese hombre vio a buscarme hace unos días
Qu
ortaste que eligiera a una tal Ana. Dijo que intentaste
sí! -grité de
ue soportar que él me humil
dejar en el olvido todo lo sucedido, pero
ponga en su lugar», supliqué para mis adentros mientras León intentaba calmar el ataque de nervios
to que escuches bien por qué
re decir que va a venir a manejar mis decisiones. No se confunda -ataqué, pero él parecía
n, hace unos días ese hombre se apareció en mí casa, alegando que tenía un contrato firmado por ti y que no podías estar con nadie que no sea él. Al p
vaste hace dos
acercarse a ti-. No daba crédito de lo que escuchaba. ¿Cómo no me di cuenta de todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor? Él continuó hablando-: Sé que debí informarte, pero pensé que, si te habías ido porque te hizo daño, contarte que estaba aquí y observándote desde las sombras haría que te escapes de nuevo, y eso -tomó mi rostro y acortó la distan
seguir huyendo. ¿Por qué debía hacer e
iero lo mej
pero no lo dejé-. No. no quiero huir más. vivo escapando de todo lo que em recuerda a él y cada vez que recibo un mensaje suyo, termino
Él ya estaba aquí y conociéndolo, nada de lo que hiciera León conseguiría que Sebastián olv
ue te propongo. Confía en mí. Sé que podrás
e la mesa familiar. Él intentó persuadirme para que aceptara su oferta, pe