earía, pero las palabras también hieren. La ira me consumió, solo era el ego masculino herido y no p
on lo sucedido entre Maju y César, el mismo que era para arreglar el apartamento de su mamá, luego cuando César l
. -La ira me estaba cegando-. Seguí mirando el resto de los papeles. Descubrí la mentira en la enfermedad de mi suegra, ella
premio al PENDEJO HUEVÓN del siglo. Mi celular sonó, no contesté,
ué ll
eré el hazmerreír de mis amigos-. Alejo, todo se scompleto pe
que me lo digas algún día. Viejo, tienes amigos y te apreciamos, un hijo que te necesita y adora, piensa con cabeza fría. Uno de tus
desde cuando!, y ¡le pagué la r
sar se quedó callado, la ira fue subiendo.
on rabia puedes agredir a Sandra. -No sé si llegue a eso, pero en este
ir, voy a esp
or mi madre, no puedo gritarle las palabras que
o, te pago el d
édico de la señora Rita hace un año, y el de hace quince días. Al salir de la habitación, mi suegra y Mercedes salieron de sus habita
avor. En lo que encuentres, si no caben en la maleta, bu
o se
rcedes, cumple con lo p
rpo me temblaba, de imaginarme lo que esa... hací
ntra Sandra? ¡¿Qué le hiciste a mi hija?! -Me r
debe estar con Mauric
la cacatúa. Al rato, mientras miraba a Rita, analizando su nerviosismo, s
das, por favor,
se
a guardar la ropa, por lo rápido que lo
llamar a
. No perdono engaño, yo jamás le he sido infiel a una mujer, podemos estar en p
r Ale
arle a una vieja, si falto a un juramento y más a la promesa realizad
que se siga revolc
me jodí la mano en donde tenía la argolla matrimonial. Pero n
lga directo a una cárcel. -En ese inst
nde está
Casparín habla muy bien desde los tres años, solo una que otra palabra complica
jo, nos
asado con
e nos vemos en un juzgado si no me firma el divorcio por las buenas en esta semana,
niño corrió a mis piernas. Primero muerto,
ropa se enc
cedes, ahora ve por
o. -Dios, si existes, dame paciencia, «n
asa, «la señora», muy seguro, usted la llamará, apenas salga, espero que el tenerla escondida en mi casa con el fin d
Sandra, nunca la he amado, en un principio creí hacerlo... «Te llegó el karma», no quiero pensa
a ser el culpable de mi muerte
ngaño y robo, menos mal que tengo todos los re
uedó para una comedia de la televisión colombi
sé
uatro bolsas, la ventaja era que no tenía nada de trabajo en la casa, mis planos permanecían en la oficina. Mercedes
ónde
go otro después de divorciarme, no sea q
me dolió demasiado. Jenaro condujo, no en dirección al apartamento, me sorprend
a detrás de ese portón l
a bueno hablar con el cura de la parroquia.
spéreme, dejo a la señ
no me digas, señor
e, no puede hacer nada más que el ridíc
etí. Jenaro, yo no
s, ya vienen. Las señoras se quedaron con los niños. El señor David le trae su
ernos se volvie
blemas con su esposa. Desahóguese. En u