no te llamó más -dijo
que él estaba cansado de ella. Le envió un mensaje a un compañero avisándole que no volve
uto -dijo
avor, no hagamos
el mald
veía uno de los árboles que se erguía imponente, cubriendo con sus f
pasa ahora Christin
reguntado por qué ra
derecha a la frente, hacie
nto mi reina, ¿para q
to y se sentó sobre el regazo d
ra no dejarle espacio a pensar. Él intentó seguirle el juego corriendo el asiento hacia atrás y apretándola por la cintura, luego enroscó la lengua con la suya, al tiempo que
les resulto una situación muy excitante, por lo que sus besos s
uier momento, ella, en cambio, estaba en estado de fuga. Neces
, se corrió la ropa interior e intentó deslizarlo entre los pliegues de su sexo. Él la detuvo, l
nos de Frank a sus pechos indicándole que la tocara, este los apretó sobre la tela del vestido sint
pa dificultando la maniobra. Christina encontró atractiva aquella postura domina
a sobre su miembro con gusto. Comenzaba a sentirse muy excitada, c
Empujó a su novio contra el respaldo del asiento, apoyó una mano en el pecho de este, se enrolló la corbata en el puño, obligándolo a mantenerse en esa posición. Se lamió los dedos para llevarlos a su cl
a, me voy
ella en tono de obstinación y siguió acari
ispado por la excitación, estaba cerca de correrse. -Gime ca
él quería los gemidos de siempre, esos que exageraba cuando le hacía el amor y quería que acabara rápido. Ella aumentó el volume
sintió, cerró los ojos, intentand
ño, abre los
vis de forma enérgica, resuelta, firme. La apretó por los glúteos y siguió acompasando los movimientos rítmicos de su novia. La penetró
que las lágrimas le empaparan las mejillas, al tiempo qu
tina no le hizo caso, lloró desaforada - Ya cariño, tranquilízate, dej
poco orgulloso. ¿Tanto te excitaste? Christina se irguió para mirarlo confundida de que él dijera semejante cosa. Ella
poco la conocía? Se levantó del regazo de su novio, se acomodó la ropa interior, que se empapó enseguida cuando la
os haces? -preguntó sin entender