ítu
ahí, con cada kilómetro que avanzaba por el camino en su vehículo, era un kilómetro más cerca de su destino, pronto vería
eando una melodía mientras observa el camino, fue interrumpida por el sonido del teléfono en su bolsillo.
esperando u
sculina al otro lado de la llamada-, dime una cos
mi agente. Aunque resaltando la redundancia en re
unas horas, pensé que lo primero que
esde que no la veo, solo pasé a recoger mi auto y d
y de mi parte -respondió después de solta
ta de verme. -Su voz encajaba entusi
carretera con el coche, desde aquí
no de voz ofendido de ella
s. Adiós Sop
tro que no bajaba de ciento veinte, en realidad sí iba bastante rápido.
tálgica. El bosque a su alrededor en el camino se vestía de colores de otoño y pintaban
retrovisor, donde estaban ambas cuando eran jóvenes, con poco menos de trece años. Co
o con una sonrisa cuando finalmente estuvo a p
a y pintoresca mansión de arquitectura imponente, con detalle tradicionalista
floreciendo aún en el frente de la valla, además de haber un extenso bosque otoñal en la parte
hombre con que te casaste tuvo un buen ojo para el lugar -habló para sí mism
aba desde la valla a las escaleras del jardín frontal, pudo ver que habían dos personas en un borde de la cerca, no las d
mucho continuó hasta la puerta donde tocó el timbre, sentía un nudo en la boca del estómago, ¿c
el mismo traje de sirvienta que la muchacha que había visto en el jardín. La mujer al ve
silencio. La mujer reaccionó, serenand
qué puedo ayudarle?
ermana, Haley, ¿ella está en casa? -La mujer alzó
a Sophie, ella habla de usted todo el tiempo. -Parecía emocionada-.
desde jóvenes ambas podían confundir
brevedad avisaré a la señora que usted ha llega
racias... Perdona
mbre e
dable. -Le estrechó una mano. Después de
verla -decía Rose, mientras Sophie iba intrigada por la estoica decoración arcaica de
s hacia una habitación, con varios cuadros y muchas pinturas incompletas, a su hermana le
las voces de dos personas que se hallaban dentro, no p
undible voz de su gemela era fácil de reconoc
conversando algo entre ellos, indudablemente ése solo podía ser el esposo de su hermana. Un nudo
el cuarto de su hermana. A su criterio el sujeto que se casó con su hermana era un
mo esta hablando con la señora -le dijo Rose, mientras
tre ella y su cuñado era casi bíblica. Ninguno de los dos se hablaba muy cercanamente, apenas
tenía para referirse al enigmático y poco amistoso hombre que era la p
mientos-, por favor espere aquí -le dijo dirigiéndose a la puerta a tocar
na ante ella, no dijo palabra alguna al ver a Sophie, tenía ojos fríos y penetrantes, cerró la puert
ntro tenían un leve brillo intenso de color más vivido. Era co
ón oscuro, Sophie se sintió un poco intimidada por la mirada gélida que ese hom
guía tan reservado como el día que se vieron. El porqué su hermana se había enamorado de él
su hermana conoció en algún momento de su juventud, aún a esas alturas no sabe qué pudo
los antes de que Sophie endureciera el gesto
tra invitada con lo que necesite -dijo ante
ara entrar a la habitación de su hermana. Cuando Sophie entró a la habitaci
onde está ella para rodearla con sus brazos-
nada más mírate, estás hecha una mujer muy guapa. -Le dedicó una sonrisa de satisfacción-. Mi her
tó con una risa incómoda-, ¿y tú? No me lo creo, la
eció que sería un buen lugar, dijo que le gust
ucho los lugares como este, rodeados de bosque y mucho espacio abierto, ¿recuerdas el camp
o tras estar por toda Europa? Me preocupaba
mero en mi lista, pero no te lo negaré. He
nas de tus cancion
ijo Sophi
e? -pregunt
viosa si me preguntas de eso, me da pena hablar de mí. -Su hermana se reía mientr
go más por
estudio, después de mi descanso claro está. -Se sentó a un lado de ella en la cama, pasando una mano en el ca
por llamada, no te
ído que te has sentido un poco mal, ¿cómo es
mpre así para mí, pero al final siempre hay mejora. Estoy bien -le con
a una persona frágil y siempre era común verla enferma, era cierto que fuera la situación que fuera
n estas condiciones. -Su hermana parecía estar más tranquila-. Y lo que menos me gusta es la presencia incómoda de tu lúg
poco ver que era la misma de años atrás, aunqu
le respondió aun sonri
tampoco que se mudaron lejos hasta ahora, sabes lo so
a que no se llevan bien, pero he sido feliz con él todos
y desde que lo conozco no ha cambiado mi opinión de él para nada, tu carcelero es un amargado -le
lero -respondió re
que me parece
a amable y generosa, si solo pudieras ver que en realidad es muy atento. -Ella mirab
taciturno amargado
eguro de mostrarse, no le gusta abrirse a nuevas pers
sus ojos por la ventana hacia el jardín-, es
mada-. Tranquila, puedo caminar por mi cuenta, no estoy tan mal. -Continuó caminando hasta la puerta para sal