ia Rose
de septiembre de 1989,
t, departamento 7, Haven Heigh
elular: 36
guro social:
s Fargo Bank, Vancouv
e cuenta
683,16 d
l de Washington, facultad de letras, Campus de
dia: 4
rior: Institut
de acceso a la
layton's NW Vancouver Drive, Po
ranklin
imiento: 1 de se
el 11 de septi
rla May W
acimiento: 18 d
el 1 de marzo de 1989; enviu
e el 6 de junio de 1990: divo
on el 16 de agosto de 2006; div
bin (Bob) Adams el
líticas: No
ligiosas: No
n sexual:
entales: Ninguna
de la cabeza y está empezando a irritarme de verdad. La semana pasada, durante unas reuniones particularmente aburridas, me he encontrado reproduciendo de nuevo la entrevista
de Clayton's, la modesta ferretería en la
a, Grey. ¿Por
arme de ella. Y yo no espero. No me gusta esperar... para nada. Nunca antes he perseguido a una mujer. Las mujeres han entendido siempre lo que quería de ellas. Ahora temo que la señorita Steele sea demasiado joven y no le i
io, señorita Steele?
o estás
hecho porque ahora me estoy comportando como un acosador. Tal vez debería contárselo. No, no quiero que me vuelva loco con su última mierda de t
e es tan atractiva como la recuerdas. Ha llegado la hora del espect
nos de los artículos habituales de una tienda de esas características. Se me habían olvidado las posibilidades que una ferretería le ofrece a alguien como yo. Normalmente c
enta se quita un resto de la comisura de la boca con el dedo, se mete el dedo en la boca y lo chupa. Mi pija se agita en respuesta. ¡Carajo! ¿Acaso tengo catorce años? Mi reacc
idad de observarla. Al margen de mis pensamientos perver
tante como la primera vez que la vi. Sólo se queda mirando,
ele, que agrad
eante y ruborizada. Ah...
forma que llevaba el otro día. Ahora es toda piernas largas, cintura estrecha y tetas perfectas. Sigue mirándome con la boca abierta por la sorpresa y tengo que resistir la tentación d
o, endereza los hombros igual que hizo durante la entrevista, y me ded
juego, señor
osas. Para empezar, ab
ónita. Bueno, esto va a ser divertido. Le sorprende
uiere que se las muestre? -c
. La acompaño,
unas zapatillas Converse. Sin darme cuenta me pregunto que tal l
dad, en el pasillo número ocho. -Le ti
ace en mi pecho. No es gay
uave contoneo de sus caderas como si se tratara se un metrónomo. La verdad es que lo tiene todo: es dulce, educada y bonita, con todos los atributos fisicos que yo valoro en una sumisa. Pero la
s pensamientos. Habla en voz alta, intentando fingir desinterés.
la Universidad, que está en Vancouver -miento. De
roja y yo me
ación sobre rotación de cultivos y cienci
alimentar al mundo? -en sus lab
za si es lo que pretende. Pero ¿como empezar? Tal vez con una cena en vez de la entre
dirle que saliéramos a cenar. ¿Cómo si fuera una cita? ¿Aceptaria? Cuando la miro, ella se está observando los dedos entrelazados. No puede mir
me ser
siendo muy eficiente o está deseando que me v
ra cinta
decorand
estoy dec
supie
cinta está en el pasi
es mucho tiempo. Enta
mano. Vuelve a ruborizarse... Dios, que tímida es esta chica. No tengo ninguna oportunidad de conseguir lo que quiero. Se d
donde esta la cinta. Se agacha y agarra d
daza. Al pasármela, la punta de nuestros dedos se rozan breveme
pali
u voz es ronca
o efecto que el que ella t
oco de
de apreciar su bonito culo-. ¿Qué tipo de soga busca? Tenemos
entando sacar la imagen de ella atada y s
favor. -Es más gruesa y deja peores marcas
a, saca un cuter del bolsillo derecho, corta la cuerda con un gesto
sted a l
en grupo no son lo
a? -Sus iris se dilatan mie
ibros -
tipos d
os clásicos. Sobre to
seguro. Esas novelas románticas llenas de f
sita al
recomendaría? -Qui
e? -me pregunt
e no es lo mío. Asiento aguantandome la risa. Sus ojos me rec
e trabajo -su
do decir a su dulce boca viperina
estropee la ropa... -d
do resi
puedo qu
e pone escarlata
o vaya a ser que se me estropee la r
y cruza el pasillo. Yo sigo s
ntras me pasa un mono azul. Está cohibida y sigue
? -le pregunto deseand
dedica una breve sonr
añera de departamento. Está muy contenta. Es la editora de la revista y se
sde que nos conocimos y está hablando de
eda decir nad
upa es que no tiene nin
blicidad ¿eh?. Puedo hacerlo. Y eso me permitirá p
de fotogra
espués niega con la cabeza,
itación en el Heathman quizá. Necesitaré que venga Taylor y me traiga la computadora y ropa. También puede v
r una sesión de fotos? -No
quiero pasar más tiempo c
fotógrafo. -Sonríe y su cara se ilumina como
de celular. Tendría que llamarme antes de las diez de la mañana.- Si no me llama,
n.-Sigue
cara pero informal, aparece en un extremo del pasillo. No le quita los oj
. Se me hiela la sangre. Es una respuesta primitiva. Quita tus putas zarpas de ella. Mis manos se
de sacar los ojos de ella. La mantiene agarrada pero se separa para mirarla, examinandola, y después le apoya el brazo con confianza sobre los hombros. Pa
ste tipo. Entonces ella le dice algo y él se aparta, tocándole el brazo,
a.- Me dedica una mirada extraña que no comprendo y continúa-: conozco a Paul desdén desde que trabajo a
están juntos. O eso creo. Es el hermano del jefe, no su novio. Siento un alivio inm
udo en un tono delib
o-. Espera... ¿No será el famoso Christian Grey? ¿El de Grey Enterpr
soy yo,
uedo ayudar
, señor Clayton. Ha sido m
quioso, todo sonrisas-
va, por fin. Lo veo desapare
más, señ
en mente. ¿Cómo podría preguntárselo? ¿Estoy listo para aceptar a una nueva sumisa, una que no sepa nada? Va a necesitar mucho adiestramiento. Cierro los ojos e imagino
quiero sin sacar la vista de la caja en ningún momento. ¡Mírame, mal
levanta l
y tres dólare
o es
e pregunta, cuando le d
bre, un bonito nombre para una ch
ficacia en la bolsa. Ya
quiere que haga l
me devuelve
na cosa, Anastasia... Me alegro de que la señorita Kavanagh no pudiera hacerme la entrevista. -P
ena, mantengo la mirada al frente mientras saco el teléfono del bolsillo y subo al auto de alquiler. Me he propuesto no volver la vista. No voy a hacerlo. Ni hablar. Los ojos se me v
decep
contesta antes de que
r Grey
semana en Portland. Y tráete el SUV, la computadora y el i
. ¿Y el Cha
eve al aeropuer
r. Estaré en unas
ientras estoy en Portland, hasta que esa chica decida si le interesa o no. ¿Qué hago? C
re. Aunque ahora el cielo está nublado, ha permanecido despejado el tiempo suficiente para que pidiera dar una caminata Forest Park, aunque el paseo no ha conseguido calmar mi agitación. Estoy molesto con ella porque
contr
a pasado por alto, pero no hay nada. Al menos ha llegado Taylor y tengo todas mis cosas. Debo leer el
ilidad desde que la señorita Steele
imente, y estoy planteándome qué hacer cuando el teléfono vibra sobre la mesa pulida del escritorio y un número desconocido, aunque vagamente
s e
nte
Grey? Soy Ana
Bien, bien. La jadeante, nerviosa y du
e. Un placer ten
ada, lo que provoca una reacci
un efecto sobre ella. Del mismo
otográfica para el artículo. Mañana, si n
n. Solo tu, yo y
de Portland. ¿Le parece bien a
, entusiasmada, incapaz de ocultar el
o, señorit
e estoy. Me acomodo en la silla mientras contemplo el
os voy a cerr