img 50 sombras de Grey  /  Capítulo 3 Domingo, 15 de mayo de 2011 | 60.00%
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Historia

Capítulo 3 Domingo, 15 de mayo de 2011

Palabras:4301    |    Actualizado en: 07/09/2023

tento aclararme las ideas. Anoche soñé con ella: ojos azules, voz jadeante... y cerraba sus frases con un , arrodillada delante de mí. Desde que

evar mi cuerpo hasta el límite a lo largo de la orilla del Willamette. El sol desp

o relajado junto a una cafetería, de camino

i fuera

si le interesa o si estoy perdiendo el tiempo. Sigo haciendo estiramientos mientras subo, solo, en el ascensor. Los termino en la suite del hotel. Una vez allí, me doy cuenta de que es la primera vez que me siento centrado y tranqui

rta enérgicamente. La abro y me

días, señ

¿Están

está dispuesto en

enseg

o el pelo húmedo de la ducha, pero no me preocupa. Le doy un último repaso a ese pen

a que le llega por debajo de los pechos, y lleva jeans ajustados, unas Converse y un saco azul marino de manga corta con una camiseta blanca debajo. ¿Es que las Converse y los jeans son su ma

teele, volve

un instante siento la tentación de a

e tonterí

a a su amiga, que se encuentra demasiado cerca de

presento a Kather

que le gusta ir bien arreglada, igual que su padre, aunque ha sacado los ojos de su madre. Además de no haber sido por ella, no hab

Espero que se encuentre mejor. Anastasia m

n, gracias,

alguna penalidad en toda su vida. Me pregunto como es posible que éstas

ntrado un momento para l

una mirada a Anastasia, que me p

que se ruborice as

fotógrafo -dice Anastasia, y su ro

¿Este es

hace bajo la dulc

Co

ñor

s me estrecha la mano. Es una advertencia; me está

ieza el jue

z. ¿Dónde quiere

ome asiento en una silla. Bien, le gusta estar al mando. Obedezco, divertido ante la idea. Ot

ier

bitación, observando todo el proceso. ¿Siempre intenta mantenerse en un segundo plano? Tal vez por eso Kavanag

misa por n

ñorita Steele mientras ella nos observa a ambos. Nuestras miradas se encuentran; la suya es sincera e inoc

eje de mirarme y, como si me hubie

na c

z sigue sacándome fotos hasta que damos la s

de nuevo,

ida por el fotógrafo, que me mira con una antipat

.. No tien

ella con un leve y educado gesto de cabeza. Necesito hablar con Ana-. ¿Vie

ontesta, s

r ella

hasta la puerta con la intención de poner cierta distancia entre Rodriguez y ella. En el pasillo,

o puede oirnos, le pregunto a Ana si quiere ir a tomar un caf

a un par

a todos a casa -con

or! -lo

es bueno o malo. Además, es incapaz de quedarse quieta. Me perturba pen

la univ

pido a Taylor que lleve a lo

e ahora venir conm

y... esto... la ver

abrá trato. Me observa fija

os lleve. Puedo intercambiar el auto

idente, y sonrío

go un

la invito a entrar mientras Taylo

mportaría ir a

upuesto

asillo. Lo sigo con los ojos entornados hasta que lo veo desaparecer en el

voy a

arecería se

nquilo. Vayamo

mi saco al cabo de

es todo

, gr

lí, en el pasillo, esp

o hablando con Rodriguez, explicándole que solo va a tomar un café para complacerme y que me quede tranquilo por

dici

so me llena de alegría. No parece

con decisión-. Vamo

ontradice en cierta manera sus int

mera, señor

sitúo junto a ella: siento curiosidad por su amistad con Katherine, sobre todo

año de facultad. S

o hasta Seattle para entrevistarme porque Katherine estaba enferma y no podía acudir, y de p

l instante, y una pareja se separa de golpe, azorada al verse sorprendida en un abrazo apasionado. Ent

ras descendemos hasta la planta baja, aunque no sé

ceptará lo que te

ue noto fría pero no sudorosa, como había esperado. Tal vez no le causo el mis

ergonzadas de la pare

los ascensore

or, en las risitas de esos dos. La señorita Steele parece igual de inocente

a, pero, carajo, me encanta la

e pregunto que desea tomar. Con la voz entrecortada, me

uiere u

ta demasiad

, un té ne

-dice miránd

re come

, gr

tira hacia atrás el pelo, qu

l mostrador intercambian las frases amables de rigor con todos los cl

- pregunta la mayor de las d

a cara boni

egro con el saquito aparte y

cambia de opinión

n Portland

-

a pasar el f

-

hoy ha hech

-

lgas a disfruta

e tanto parloteo y apúr

y miro furtivamente a Ana, que

aba mirando. ¿Dándom

anza rena

coloca las bebidas en la bandeja-. Paga en

igo musitar en

avada en sus dedos, pensando en s

por sus pen

muda y muerta de vergüenza. ¿Por qué? ¿Es

sisto, mientras ella jugu

o-contesta, y tomo nota de

asi al instante y lo deja sobre el plato. A duras penas consigo reprimir una sonrisa. Me explica q

Grey. Está h

los; es hora de llevar a c

o. ¿Es

ue forma una peque

Qui

os b

rafo. José

íe. D

De

racioso. Me molesta ser incapaz de formarme una opinión definitiva sob

ipo quiere ser alg

ado que era mi nov

omo se

, ¿verdad? Ese chi

e la famili

ue es. Observa la magdalena de arándanos mientras retiro el papel y por un momento me la imagino de rodill

un poco? -

con la

grac

a mirarse las manos. ¿Por qué está t

presentó ayer, en la ti

olo un amigo. S

ensiva. No le gusta que le pregunte por esos chicos, y recuerdo lo incómoda que parecía cu

me lo pregu

osa cuando est

del color del mar de El Cabo, el más azul de los

A qué ha

resulta i

y se lo digo, pero soy incapaz, de saber qué piensa porque aparta la mirada. Es frustrante. ¿Le gus

misterio, se

nada de m

umisa-. Menos cuando se ruboriza, claro, cosa que hac

ontestar. Me meto un trozo de magdal

e comentarios

n tan perso

enta de que fuera per

-

Bi

sted un poc

cosas a mi manera,

ntinuación me pregunta por qu

Qu

mi nombre pronunciado por esa lengua de serpientes. ¿Tan transparente soy p

si me llaman por m

s por ah

Quiero saber más

sted hi

veces antes de co

e de sus

tengo que reprimir el impu

on su nuevo marido, Bob. Mi

pero es importante que me lo cuente ella. El rictus

padre? -

rió cuando yo

sadillas y me veo contemplando un cuerpo a

iento-

e él -dice volvié

ond Steele ha sido un buen padre para ella. En cuant

dre volvió

una risi

ho -contesta, aun

estar en silencio; una cualidad que valoro, a

masiado de su

tampoco

ita Steele, s

de suficiencia, le respondo q

nas preguntas bas

eguntaste

deseo. Su madre es una romántica empedernida. Supongo que alguien que se ha casado cuatro veces se aferra antes a la esperanza que a la experiencia. ¿Ella es co

a se le ilumina al hablar de él, de la profesión a la que se dedica (es carpintero), de sus aficiones (le

eres

ereza la

s padres -pide tratando d

a, de modo que me limito a darle

, y mi madre, pediatr

dedican su

asiado y le digo que Elliot es constructor y que

cucha em

s es preciosa- murmura

ita. ¿Ha

alido de Est

ecae, teñida de tristeza

gustar

o y ahora a París?

pero donde de verdad me gu

La señorita Steele quiere viajar.

s Brontë, Thomas Hardy... me gustaría ver los lugares q

cuál es su

lib

héroes románticos insufribles. Ya tengo la prueba que necesitaba: es una romántica empedernida, com

uinado

rme; debo est

amiga, lo que significa que dispongo de todo

stión es si de

el té, señor G

uenta de que durante los últimos veinte minutos me la he pasado... bien. Le tie

n de ir de su mano me acompaña dura

podría f

lleva jeans

iempre -

pedernida que sólo usa jeans. Me gusta que mi

via? -suelt

n este compromiso de principiante. Ella bus

sia. Yo no t

cido, se da vuelta con un gesto b

mi para impedir que acabe atropellada por un cicl

ada y por primera vez me fijo en que un anillo de un azul más intenso rodea su iris. Son preciosos, y aún lo son más a

stás

piración cuando le paso mi pulgar por el labio inferior. Pega su cuerpo al mío; sentir sus pechos y su calor a través de la camisa me pone a mil. Desprende una fresca y natural que me recu

Quiere qu

s labios están separados, dispuestos, expecta

o. No lo h

hica adecua

corazones, y a ti no

te y resistir la tentación, y cuando vue

nerte alejada de mi. No soy

ás entre sus cejas; parece que s

hacer una tontería, aunque me sorprende mi reticencia a moverme. Des

ningún alivio. La sujeto por los hombros para asegurarme de que se tiene en pie. L

pretendía

o tiñe su voz entrecortada. Se muestra correcta

Por

salv

a de mí, que se trata de un gesto

e haber estado aquí. Me dan escalofríos sol

Le ofrezco ir al hotel para que pueda sentarse un rato, consiente de que s

on los brazos en un gesto protector. Sin más, cruza ráp

, se vuelve hacia una vez

l té y por la s

onado y el arrepentimient

tasia.

irle, salvo qu

ristian? -

o su desdén en cada sílaba que forma mi nombre. E

erte en lo

mirada encendida, cargad

n disimular su desprec

speranza de que se dé vuelta, aunque sólo sea una vez, pero no lo hace. Desaparece en el interior del edificio, y tras de

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