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"Y así la bella se enamoró de su dulce Bestia." Mia Sorrentino se metió en la boca del lobo cuando se infiltró en el departamento de su vecino. No se suponía que alguien viviera allí. Escapar no parece tan difícil, el verdadero problema surge cuando se encuentra deseosa de ver al sexy, pero gruñón, hombre otra vez. Giovanni Vitale no había tenido tiempo para notar la existencia de su nueva vecina hasta que ella decidió meterse en su espacio. Ahora no sabe que hacer con la intrusa, la opción más fácil es sacarla cuanto antes y asegurarse de que no se vuelva a cruzar en su camino, pero por alguna extraña razón ella sigue apareciendo en su vida.
Mia era de esas personas a las que les encantaba dejarse llevar por sus impulsos. Había terminado en más de un problema a causa de eso, pero la mayoría de veces las consecuencias fueron inofensivas: Un corte de cabello nada favorecedor, un brazo fracturado o un ridículo video en las redes que casi la lleva a la fama. Nada fuera de lo común.
Sus padres siempre le decían que tuviera más cuidado o un día de esos acabaría en un problema realmente grave. Mia soltó un suspiro, al parecer ese día había llegado. ¿Por qué tenían que tener razón en todo?
Se suponía que la misión de rescate debía ser más que simple. Solo tenía que seguir tres simples pasos: Entrar, encontrar y escapar. Llamó a su plan "La triple E", por razones obvias; no es que fuera muy dada a los planes.
Su plan había estado marchando a la perfección. Si, entró; sí, encontró y... no, no escapó. En su favor debía decir que había estado a punto de hacerlo cuando aquel hombre, que ahora la aniquilaba con la mirada, entró. Nadie vivía en ese departamento, estaba segura de eso; no es que alguien se lo hubiera dicho, pero a esa era la conclusión a la que había llegado después de una ardua investigación.
Miró al hombre, evaluando sus opciones de escape. Podía intentar derribarlo y salir corriendo, pero dudaba mucho que pudiera moverlo tan si quiera un centímetro; él era una masa sólida de músculo. Saltar por la ventana, por otro lado, no era una opción; no, si quería sobrevivir y no lo haría estando en el tercer piso. Era buena en muchas cosas, pero caer de pie desde esa altura, no estaba incluida en ellas.
Se distrajo admirando al hombre y se detuvo más de lo debido en algunas partes de su cuerpo. Sus ojos, más oscuros que la noche, captaron toda su atención. Eran tan escalofriantes que la temperatura del ambiente bajo un par de grados solo al verlos. Si las miradas mataran, en ese momento sus padres estarían llorando su pérdida mientras sepultaban su cadáver.
Sacudió la cabeza tratando de enfocarse en el presente, no era un buen momento para divagar en sus pensamientos.
La única solución posible para salir de allí, parecía ser hablar con el gruñón y explicarle el motivo de porque estaba allí, lo cual le llevaría a explicarle como entró y que, en algún momento, sin querer, había roto una de sus posesiones. Quizás podía omitir esa última parte, después de todo los pedazos estaban ocultos en una de las repisas de la cocina, que esperaba él no abriera hasta que ella estuviera en fuera de su alcance. Debería haber buscado un lugar mejor para ocultar aquel frágil jarrón.
-¿Quién eres tú? -preguntó el hombre irritado. No entendía a que se debía su mal humor. Sí, la había atrapado en su departamento, pero tenía una buena explicación.
-Hola. -Sonrió esperando que eso le ayudara en su causa. No lo hizo. El extraño frunció el ceño y la miró como si fuera una completa tonta.
Ibiza fue invitada a un evento importante de la empresa para la que trabaja y allí se encontró con una desafortunada situación. Sin que se dieran cuenta le suministraron un fuerte afrodisiaco, el cual la hizo pasar la noche con un hombre supuestamente desconocido. Sin embargo, aquel hombre resultó ser uno de los hijos de su jefe, pero todo se tornó complicado cuando producto de esa noche ella quedó embarazada. ¿Qué sucederá cuando un padre rechace a su bebé sin haber nacido y encima de eso pretende que lo aborten? Esa es una buena pregunta si resulta que años después regresas en busca de perdón para enmendar el error que jamás debió de haber sucedido.
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Durante siete años, Jillian estaba enamorada de Bryan con pasión inquebrantable, pero él permaneció distante, con sus emociones herméticamente selladas. Descorazonada, ella se marchó al extranjero tras graduarse de la universidad. Tres años después, Jillian, ahora una abogada de éxito, se sentó provocativamente en el regazo del hombre. Con una sonrisa juguetona, le espetó: "¿Qué te pasa, Bryan? ¿Eres impotente?". Bryan ya no podía contenerse. Con un rápido movimiento, la tomó en brazos y la arrojó sobre la cama. A la mañana siguiente, cuando él se despertó, Jillian esbozó una sonrisa traviesa. "Solo es una aventura, ¿de acuerdo?".
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".
Tras dos años de matrimonio, Sadie por fin estaba embarazada, llena de esperanza y alegría. Pero su corazón rompió cuando Noah le pidió el divorcio. Durante un atentado fallido contra su vida, Sadie se encontró tendida en un charco de sangre, llamando desesperadamente a Noah para pedirle que la salvara a ella y al bebé. Pero sus llamadas quedaron sin respuesta. Destrozada por su traición, abandonó el país. Pasó el tiempo y Sadie estaba a punto de casarse por segunda vez. Noah apareció enloquecido y cayó de rodillas. "¿Cómo te atreves a casarte con otro después de haber dado a luz a mi hijo?".