en la puerta de nuestro cuarto, me había prometido que iba ser una velada magnífica s
lista
la sorpresa de esta velad
na so
do estaba decorado perfectamente que no podía conten
s la sorpres
dó la silla para que pudiera sentarme. Regresó
ue emanaba era delicioso. Abrí
ntó como si dudara de
cioso! -excl
tu mamá, solo ella
estas arañas... -acerqué la mira
l retirarles a e
con
cesitaba sus ojos para seguir suf
patas s
ero del vecino gor
ena que me has
te haya gustado