ce E
ciden sobre mi futuro como si yo no estuviese presente. Sé que a mi padre también le molesta, pues él se casó con mi madre por amor. Pero no puede decir nada, los miembros del concejo quieren que me case con una princesa de un re
se. Los escucho y veo hablar de cómo será el festejo. Pff, ni siquiera han encontrado una candidata apt
llis. Una mujer de algunos 60 años, igual que el resto de presentes. – La futura
oncejo murmura
futura reina de Hegria? – Pregun
e que esa duquesa o princesa que escojan para mí, no sea de mi agrado, o yo el de ella. No quiero encadenarme a alguien a quien no soporto y mucho menos a alguien que no me soporta. Pero por lo visto no tengo de otra. Mi padre no hablará por mí, y en
Lady Era, duquesa de Ellavia, inte
Pregunta el Rey Philli
e máscaras será una buena opción para que el príncip
egas? – pregunta Lord E
que es una cita a ciegas. No creo que estén totalmente familiarizados con las cosas que los jóvenes
n la mano. – Acuerdan una cita con alguien sin saber cómo lucen o de donde son, y se con
s al acabar de enterarse lo que significa una cita a cie
o sábado, dentro de 7 días. – todos asienten. – Que envíen... - s
rmurios y susp
príncipe! – Salta Lady Hildegart, duquesa de Northeria, en tono de repro
rándome la garganta, y todas las miradas se posan en mí. Me pongo algo ne
on una reverencia y conti
las duquesas y/o princesas de reinos aliados, vecinos y del propio, qu
n cara de horror. – El príncipe no escogerá a ninguna de ellas, claro está. – aclara nervioso. – Pero sería una
odríamos invitarlos y así comenzar a mejorar nuestras relacio
l centro de atención. – Grovia debe recibir también una invitación para una de sus princesas. Puede que rechacen nuestra invitación, pero si
sta no era una excepción. Aunque mi padre sabe lo difícil que será para
cejo asiente en recibimiento
tillo de Bossia. Las invitaciones deben enviarse todas mañana. – le dice al súbdito encargado de hacer las i
acerlo. – Ha sido un placer reunirnos el día de hoy, y que hayamos llegado a un agradable acuerdo. – mi padre siempre habla con dec
e quedo a su lado un paso detrás de él, haciendo pequeñas reverencias también a los duques y duquesas mientras se despiden, hasta que solo quedamos mi padre y yo. El
o ya todos los duques ha
una sonrisa, pero con el ceñ
me da ánimos acariciando mis hombro
o, aunque ya tengo un poco de hambr
dre s
icidad. – Pero sabes que no es eso a lo que me refiero. – hace una pausa y sus
pero entiendo que es mi deber com
esto. – me mira fijamente a los ojos. – Si no quieres casarte con ninguna princesa o duquesa que venga al
hacen sentir muy feliz de haberlos tenido a él y a
arme de alguna chica porque no he tenido tiempo suficiente para conocer a una. Así que lo más probable es que tenga que escoger a una de las duquesas o princesas que asistan al baile. – me acerco a él
triste sonrisa y
ríe. – Iré con tu madre, ya es casi hora del té, si no llego me matará. – bromea.
sonriente y salimos de la sala e
ntramos con Lord Erin, el hijo del
ro al ver a mi padre se detiene y hace una tor
. – le sonríe mi padre.
ad. – dice haciendo una reverencia
a Erin en el hombro. – Ethan y yo íbamos a tomar el té con la Reina, eres más que bienvenido a unírtenos. Mientras, los de
padre. – le dig
momentos a que mi padre
lanois. – digo con una pequ
de Bossia. – hace una reverencia con u
o unos segundos y
acento y la forma de hablar de los duques. Haciendo mi
ace lo
evento. – Su voz ya es demasiado gruesa, por lo que intenta mantener la m
n contacto desde siempre, y como nos hicimos mejores amigos, viene por unos días a la ciudad capital y se queda en el castillo conmigo. La personalidad de Erin es muy diferente a la mía, él es todo un don juan, las doncellas siempre han soñado con él, es el alma de las fiestas. Siempre me invita a sus fiestas y reuniones, y aunqu
iesta de la que h
r de ex compañeros de la universidad, se reunirán
? ¿Habrá muchos ciudadanos? No
– Es un restaurante de comida rápida,
comer esa clase de comid
la pasaras genial. Solo estaremos los de la universidad, una de nuestras compañeras trabaja en
– No lo sé, Erin. ¿Qué pa
Solo dile al Rey que saldrás conmigo, y que si quiere te asigne un
n de mi mejor amigo, quien, al escuch
ace un baile alocado
con la Reina. – le digo arrastrándolo