s años. Había estudiado contabilidad en una de las mejores universidades de Estados Unidos. Aunque sus padres son de origen latino ella había nacido en Norte América pero aún
ella y los latinos entrantes fueran aceptados pues la educación era para todos y no se le podía negar a alguien solo por sus orígenes. Fueron unos años muy fuertes para ella pero eso no la desenfocó de sus estudi
derado hasta ahora. Hacía algún par de semanas había ido a un salón de bellezas. Le pidió a la chica de cabellos color rosa que necesitaba un cambio. Aunque la verdad era que no quería cortarse el cabello podía funcion
ultado que le encantó cuando la estilista había quitado la toalla de su cabello ahogó un grito de emoción. Tan pronto salió del salón de belleza se sintió como en su vida poc
do y la sobreprotección por parte de los tres, estaba rampante. Sus padres vivían en Miami y desde algunos me
ñía pero para ayer- dijo su jefe sin siquiera detene
ompletamente serio -Buenos días señor, Por favor y gracia
. Dan, claramente era el vivo ejemplo de ser jefe y no ser un líder. Él solo buscaba el beneficio para él y nadie más. Era un hombre no tan querido por sus compañeros y lo tildaban de egoísta y egoc
ntró a su laptop y se dedicó a sumar y restar. Aunque existían programas que te hacían la vida más fácil, Altair sumaba, restaba, multiplicaba y dividía co
llegara a un lugar o tan solo decir por favor cuando pida algo. Altair a estado a punto de ser despedida pero esta chica es de armas tomar y siempre Dan da su brazo a torcer. Pues no quiere ser demand
unque lo que más quisiera en la vida sería cantarle sus cuatro verdad
y una historias de amor en la ciudad. El amor. El amor para Altair ha dejado de ser prioridad por tantos golpes que le ha dado la vida. Aunqu
ada detalle de fondo de pantalla, cada cipres haciendo un largo camino hasta las casas de ladrillos e
añas y los increíbles atardeceres. Entró a internet y encontró una página que rentaba casas vacacionales por cierto tiempo. Buscó y buscó una
as de vegetación a ambos lados. Pensó que la casa era muy pequeña para tantas hectáreas pero aún así le fascinó. Llam
Toscana?! ¡¿El jueves?!- gritó
ás conmigo- dijo
do para ir a quien sabe donde y a quien sabe que
junto a Altair en la clase de introducción a Contabilidad. Desde ese momento se habían vuelto los mejores amigos. Josh era
lla y Josh ya sabía por dónde venía -Por favor...mira que me pu
sea para el viernes- sugirió Josh -as
racias!- dijo y colgó par
lla rodó los ojos -¡
a oficina de su jefe -Aquí tiene los informes- dijo mientras le dej
dijo hojeand
r y dejó la carta de renuncia donde an
as eficiente contable que había pasado por su dirección en lo que llevaba en el restaurante. Tomó el papel en cuanto Altair salió de su oficina y lo l
ogía sus cosas y las metía en una caja y como tenía una sonrisa en sus
renuncia- dijo
copia.- dijo Altair metiendo sus libretas a la caja -Sabía qué harías es
a revocable?- dijo y Altair
sar mi vida trabajando todos los días aguantando maltratos- dijo Altair y siguió guardando sus cosas. To
ecesitaba, no se podía negar que necesitaba sentirse bien con ella misma. Volvió a su apartamento y dejó la caja en la mesa del comedor.