egado y Sofía se preparaba
! - expresó Ana, arreglán
pejo y se miró en su
ido sobre las rodillas ajustado a su cuerpo y escote en ojal, sería adecuado para c
capaz de abrir la puerta, chismocita. Le sonrió empujánd
a ocurrir. ¡De aquí
de la casa y ambas se precipitaron a abrir, pe
espera aquí, toda
que venía por Sofía. Lo invitó a entrar balbuceando y le señaló el camino. Fue delante de él y l
alo? Te present
de rigor y Gonzalo
reciosa! -
trás de Gonzalo, hacía señales y trató de
Sofia le abrió los ojos para que no insistiera - Muy b
zalo le abrió la puerta y le ayudó a entrar.
encio buscando cómo comenzar una conve
hayas aceptado
orque no he salido mucho últimamente. La uni
al? - pregun
residencia para sac
ciar esa carrera - se estremeció ant
garon al restaurante, Gonzalo bajó del auto
r no era justamente lo que escogerían sus pretendientes cuando la invita
por un empleado que reconoció a Gonzalo,
siduo del lugar y volviéndose a Sofía le preguntó qué deseaba t
rigió al somm
t que suelo tomar
Gonzalo miró a Sofía d
Espero que me creas -carraspeó un poco nervioso - Me apenarí
e no existe una persona en la tierra que pueda obligarme a hacer o a dejar de hacer algo- sonrió
que sabes que me sentí m
nsó: "¡¿Ay, por Dios, quién habla a
u apariencia. Sin embargo, viniendo de Gonzalo, el halago la hizo sonrojar levemente y trató de no mo
n con tanta naturalidad que la n
smos para conocerse y se sent
Les preocupaba, pero sin saberlo, los dos esperaban no tener nada en común y por ende,
a se reprendió mentalmente porque miraba a Gonzalo y
pera al menos a saber si el hombre no está des
ndose como un patán. Lo último que deseaba era que esa chica se llevara una mala impresió
to. Por un instante, cerró los ojos para controlar el leve temblor que sintió en sus piernas
io, cada uno inmerso en sus emociones. Un par de veces sus
detuvo el auto y se bajó pa
cia Gonzalo y lo miró a los ojos, expectante. Él se acercó a ella, tomó su rostro con su mano y posó sus labios en los de la joven, en un beso suave, delicado y dulce.
e a los ojos y fue
es mi impertinencia. N
s darnos tiempo de precisar lo que queremos, no puedes negar que nos estamos poniendo intenso
e hace rato. - sonrió él con aquellos labios tan sensuales y Sofía tuvo que contenerse para mantener la compostu
r a verte? - p
sí pu
amaré
ente cubrió los labios de la joven con su boca. Se fundieron en un beso interminable, a
control para no cometer errores de los cuales pudiera arrepen
er algo conmigo p
cerlo. Pero de ninguna manera quisie
na oportunidad a esta cosa extraña que nos pasa, deberás darme más crédito y no pensar todo el tiempo que podrías molestarme. Créeme que si eso ocurre, te lo
la, renuente a dej
la. Hizo una despedida con su mano, a lo que ella respondió igual antes de entrar a la casa y escuchó