n hombre de mantenimiento o ej
probado, deberías de hacerlo -mi tono de voz y la relajación en
rante meses no ha existido un h
s labios-, espero no molestarte si le doy un pequeño sorbo a tu whisky-de dos paso
zco y esa voz... Ah, espero que no haya tomado nada para entrar
s escuchar su voz-, está bien, puedes tom
inuación me deja con la boca seca-, te puedo jurar que soy una persona sana, solo cúlpame de que me ha
rovocarme, saca su lengua húmeda, la pasa por el lóbulo d
Al ver que mi respiración se ag
grit
No puedo más,
r al bar tender me a
la copa de whisky a él-. Puedes tomarla, no hay ningún problema, lue
apturando mi mano-, ¿puede
rej
E
este a que tengas un acompañante -dice tras esbozar una so
es ta
Sin decir ni una sola palabra, él se abalanzó a mis labios. Saboreo y disfruto aquellos tentado
ego ser la bola de disco, ser la única que se encargará de dar la poca iluminación que necesitamos.
mento, sus labios recorren como un camino
vestido es lo que estorba para que él prosiga con lo que quiero. Gimo, lo que le permi
cía f
iendo una con la otra, rozando, provoc
e acelera, mi cuerpo se enciende y, cuando siento como esas manos se desplaza
amos en un lugar del cual todos nos ven, pero no nos reconoc
omos un par d
osal no está sobre el mío, desvío la mirada de un lado hacia el otro, busca
omarme el valor de decirle que debo irme y que fue un placer conocerlo, pero no... La lengua se m
ros oídos e impulsándonos a que nuestros
do a un lado la persona que en verdad me interesa, a pesar de que ella siempre me tendrá las vec
e hago; se colocó detrás de mí al mismo tiempo, llevando su mano derecha
ue el destino me ha presentado no debería desaprovecharla. ¡Qué importa si aparento ser la chica fácil y urgida
ida matrimonio, quiero ser sincero y me atraes, todo fluirá siempre y cuando tú lo desees, no soy un abusador, violador, maltra
llevar, ya que mis intenciones no es hace
tos y ya no estamos besando, eh, y sin contar que quieres llegar a ese nivel... No es que sea monja, m
o te preocupes
ar llevando mis labios directo a los s
de la mano y jalarme dir
ría al tocador, a una of
nuestros cuerpos fluyan, dej
xpectativa se vaya al diablo dándole
iciera la magia de que la noche termi
sonrío, como toda una adolescente, no sé si todo lo que
urró tan cerca que provocó que mis caderas se aflojaran más-, ¿
ensordecedor es el de nuestras respiraciones agitadas. Permanecemos así por unos minutos
ión es ma
sus manos al mismo tiempo que siento como su aliento fresco se aproxima a mi oído. Me estre
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