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sus ojos tan verdes como los de la misma Gilliam, o los de su padre. Miguel, era el segundo era un hermoso niño de cabello castaño y enorme sonrisa, y Diego era el consentido y preferido de la casa, no solo por ser el más pequeño, sino por
bía tenido, no eran hermanas consanguíneas, pero eran herman
a de ella, lo cierto es que su jefa; Liliana Mattew, dirigía aquella biblioteca con mano de hierro, pero era una oportunidad maravillosa el poder trabajar allí, así que ella la aprovecharía al máximo. A pesar de querer hacer bien su trabajo, había logrado congeniar con Rita, de inmediato, ella e
porque el mágico dúo,
ecabezas y afortunadamente se equilibraban y complementaban en todo. Aunque sus personalidades eran completamente diferentes, sabían que serían siempre amigas. Connie, era una rubia alegre, fiestera de hermoso y largo cabello rubio, además de unos ojos g
conocido
uien?- preguntó Rita
il?- indagó la rubia
tendré algo así c
que es un hombre.- Ri
ena. Es
viejo?, ¿gu
ayor, pero no, es joven, muy atractivo, quizás...demasiado- dijo co
nie abanicándose- si no tuvi
le preguntó R
. ¿Recuerdan que la semana próxima tendremos
dijo
¿Me estás diciendo que semejante
ijo encogiéndo
í ser biblioteca
rectamente con él, por las p
uerte!-dij
iam incómoda- ese hombre da miedo..
- conjeturó Rita- quizás le e
dijo elevando un p
-quiso sab
ngo demasiada t
ncordó Rita- has t
es que ha dicho que nada mejor para liberar mi tensió
s!- di
ndo- ese hombre es de los mío
tanto la morena como la rubia rier
raña,
da- aun tiemblo internamente y se me agita el corazón, su voz
Connie- es sencillo cariño, el hombre te dej
onnie- le
, que por cierto, nunca te ha hecho parecer tan agitada- Gilliam, tuvo que reconocer que Connie, tenía ra
algo en ella
amaba y eso debía ser suficiente, no podía negar que era muy atractivo, rubio, de ojos verdes, lindo, agradable, alto y lo mejor de todo es que sentía que se la pasaba bien con él, aunque a veces pensaba que Connie