: A merced
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noche de bodas. - Decía sonriente una de la
, tiene una piel espléndida, luce tan clara y suave como la de un recién nacido. -
diana oficial de Virginia, se le quedaba viend
ora. - Exigió la
o Virginia y Tiana e
? Luces algo
rápidamente
osa mientras aferraba sus manos al borde de l
te preocupes, no creo que quiera tortu
no que me odia solo por ser hija del ya fallecido Rey Jhon Wiztan! ¡No es justo! ¡Nada de esto lo es! ¡Yo nunca podré ser realmente feliz! Perdí todo... Mi mamá murió a manos de ese hombre al igua
n fuerza a su Reina que lloraba desconsolada. - Sé que es difícil... Lo sé, pero eres fuerte, eres la única mujer Wiztan que quedó con vida, el destino tiene que tener algo preparado para ti, sé que lograr
queriendo darle lástima a
a la recáma
o abrigo dorado y limpio el rostro de su Reina, que aún así te
orando, ¿No te gustaría quedarte un poco más hasta que t
lentamente c
no va a impedirlo; él tiene fama de ser un mujeriego empedernido,
tante cubriendo su boca
majestad, es solo q
e la boda en dos días más, la primera concubina e hija
emiga y cautiva en este Reino s
sposa oficial del hombre que ella ama y tras de
la... Todos querrán hac
asta que finalmente llegó escoltada a
•••
tas se c
riosa mirada se movía de un lado a otro observando la luj
ra las noches en las que el Rey de Maita quisiera int
sería instalada en el castillo de la Reina y a partir de ahí, t
l anexo correcto y
ser por algunas lámparas de pared dis
las puertas de cristal de un amplio balcón, las cuales es
balcón al interior de la habit
Virginia Wiztan comenzó a temb
aunque sus labios se separaron, de s
remadamente
nada y continúo camin
de él, que el Rey Lance Lamparth se vol
su mano derecha mientras que con una fría y mole
onial, lo que hizo a Virginia darse cuenta que a ese hom
l líquido de su copa. - Desde que mi consejero perdió a toda su familia por de
Virginia apoyando su mano izquierda en la
llo de Virginia acercando el r
ta curvó las comis
Cómo has conquistado al Barón Jones si no fue usando
a un lado la cual dió un fuerte
alicia, soltó su cabello y ahora sus grandes manos se posaron en los bordes