quien amamos se guarda en
.
ndo entró a su oficina, Sara esta
ark, qué
a, una pequ
ercó para verificar q
á bien. -se levantó del sofá
roblema? -insistió vi
ue nada.
rsonal y pedirle estos documentos? -le entregó un
n un poco de incomodidad, la herida c
dos veces como agacharse sin lastimarse. Por lo que se sujetó de la pared y elevó la pierna herida hacia atrás para inclinars
inaje? -ella lo miró con en
s dos opciones. -r
es llamarme Mich. -extendió su mano- También t
a. Y soy nueva
el café y la estatuilla? -ella lo miró
sobre el dueño de la empresa y que luego quebró su estatuilla
Aquella hermosa chica tenía carácter. Hasta ahora sólo se había topado con chicas dulces, fácil
ido, dominar
ó la chica de rasgos asiáticos que e
s ángeles caen del cielo -Leah
jas aquí? -pregu
i tenía intenciones de divertirse con aquellas chicas, era mejor mantener oculta su
rechó su mano sin deja
ía que me habían asignad
ió que lo buscara. Su oficina estaba
rrumpió la frase- Jefe para que me en
ral y ya podía intuir si era una presa fácil, no muy fácil o difícil. Leah era del primer g
-le cedió el paso, mientras reconocía visualmente las
a sentía el estómago arderle de hambre. No había comid
da. Por suerte solo debían cubrir seis hor
añana Sr
añana sea un mejor día para ti.
oficina de su jefe, Ann
de salir -dijo y s
Estoy ha
us para poder llega
etería, te invi
-preguntó
a. El Sr Collins quedó e
ajo. Tú tambi
Entraron a la cafetería, al cruzar la puerta ella sintió
rió la espalda, su piel se erizó y la mirada de aquellos ojos verdes, aparec
tren subterráneo. Ambas tomaban rutas diferentes, se despidi
Durante todo el viaje no hizo otra cosa que pensar y recordar cada uno de los eventos de esa mañana, sobre todo aquellos donde el protagonista princip
darse. Bajó del tren, caminó algunas cuadras. Por fin estaba en casa, subió
te fue
guntes mamá. Fue un
dos y una joven que se debate entre la vida y la muerte.
-preguntó s
iendo tantos Collins en la ciudad, no tenía que estar relacionado con su jefe. ¿Por qué todo desde
algo, m
ño del pequeño apartamento.- ¿Habrá algo que pue
-fue apresuradam
e arcilla. Me duele a mon
jo. Ven vamos a mi cuarto. N
u madre, a la cual rara vez entra
mientras sacaba el botiquín
dre? -preguntó irritada al no
-respondió
é? ¿Ya n
su recuerdo me provoca melancolía, creo que es hora de cerrar el ciclo y
me toques -resp
é te eno
lvidarlo y enterrar para siempre su recuer
ara lo que le estaba pasando, ella nunca la entendería. Los hi