donde se encontraba el Parque Nacional de las Montañas Rocosas, el hogar de la manada a la que pertenecía. Los paisajes increíbles y la belleza de la naturaleza se des
dos reintrodujo a los lobos en Colorado en 1999, pero la verdad era que fue Alastair, el alfa de nuestra manada, quien se hizo cargo de este sitio. Él fue el licántropo que me en
cuando era necesario proteger a nuestra manada. Me guio, me enseñó a ser una loba, a honrar nuestras tradiciones y a p
ir ya no estaba entre nosotros, ¿quién habría asumido su luga
dedor. Aquí, el aire era limpio y fresco, y la sensación de nostalgia me i
í. Era donde Alastair solía llevarme para observar el atardecer y enseñarme los secretos de los lobo
. Sabía que, incluso si él estaba muerto, su influencia y sus enseñanzas permanecerían conmigo. Eran esas lecciones
onfirmar el liderazgo de la manada. No era un proceso sencillo, pero creía que era
ice un pequeño corte en mi muñeca, dejando que las gotas de sangre cayeran al suelo. Era un antiguo ritual
s y la tierra, echando por el bos
onces, un aullido resonó a lo lejos, rompiendo el silencio de la montaña. Era un sonido que conoc
respuesta a mi llamada. Otros aullidos se unieron a
hostilidad estaba evidente en sus ojos, y sus afilados dientes eran visibles cuando gruñían en m
con el Alfa", dij
sus palabras. Repetí mi pedido, con aún más determinación, mi
nsformó en humano. Se acercó a mí, su mirada penetrante
"Mi nombre es Fierce Silver,
almente. Luego se volvió y aulló, llamando al Alfa. Me pregunt
as sombras del bosque. Era un lobo grande y gris de pelaje
ando sabiduría y autoridad. Era él, el alfa que habí
e yo había derramado. Luego, se acercó lentamente, su hocico
emociones, incluyendo sorpresa y, quizás, un toque de pesar. También
u tono grave y poder
da, que me había rechazado hace años. La tensión estaba en el aire, y me preguntab
reve momento antes de que finalmente lo
ras sonando como un rugido bajo en la noche. Parecía
enía tiempo que perder. "Necesito ayuda,
era palpable. "¿Hijos?" Repitió, c
me los quitaron. No sé la magnitud de lo que está su
hazaste a la manada, Fierce. Hace años te fuiste y nunca miraste atrás. Y ahora regresas como si nada hubiera pasado, exigiendo la ayuda de l
estaba decidida a no dejarme afectar por
o estoy aquí para exigir nada. Estoy pidiendo ayuda. Mis hijo
ponente. Su pelaje estaba erizado, y podía sentir la te
s a quienes veneraste durante todos e
humanos están haciendo su parte, pero hay un detalle que no m
poco, sus ojos ahora fijos en mí con una mezcla de curi
ncias, y confío en mis instintos. Además, el olor, el aura... algo está m
u expresión ahora menos hostil. Miró a su alred
ada. La decisión final
a esperar. "Gracias, Hunter. Sé que no es una decisión fácil, pero
Hasta entonces, Fierce. Te quedarás en la Ca
e atrás con el corazón pesado. El desafío que se presentaba ante mí era tan grande como la luna que i