scur
habitación, como el aire
que cubren la mayor parte
esde las pesadas cortin
as ant
er estará contig
sonrí
da que recuerdo: su voz su
idos son cálidos, aunque
rías. Frunce el ceño en s
abre la boca un momento a
quisiera desterr
de verla
Creo que esta vieja ca
ía r
onía que serpentea por m
emp
sa porque esta casa nunc
os a treinta metros de es
e en ella
llegué aq
me
uster se as
fu
da
algo de sinceridad sobre lo
que en vez d
estar aquí d
ve a
e, como si supiera que mie
a decir nada. Los mayord
vitar que se noten
progresa
pera
irada al
o n
frunce el ceño a R
. Un acciden
n firmeza,
a
n, -
a, de nuevo muy profesiona
l estudio y se detiene co
o te he dicho, el señor S
ev
Schu
iabl
mi oscuridad, mi pasado.
ió e
o
to q
Ryan cierra las puertas d
io. Al otro lado de la ha
que no hay nada más que o
mo si fuera una niña sola
n aquella pu
es
a guitarra y una enorme deu
or promesa que me he hecho
que me
vas nun
el
s estanterías empotradas
banas. Aquellas estanterí
ces, vacaciones, cumpleañ
a. Una
que aún sa
mali
ra
ereotipo sería encontrarl
a vez se apartaron o se hi
ían limpiad
k. C
nido
suelo de madera me produc
ojos mientras contemplo
continúa y siento que se
figura, una sombra que
ranj
oz e
a aspereza que reverbera
ramente, pero es una voz q
oído en mis sueños dura
, con el corazón latiéndo
restaurante al fantasma d
abía segui
supu
or qué iba a serlo? Peor a
er
rie
ombras y siento ese retorc
r. Hace años, Catriel
a ci
costa más lujoso de la co
nvertía a Catriel en el
ncreíblemente rica, -un
niños en limusinas con ch
en minibuses amarillos, y
ncluso de que llegara a las
o por encima
rico
grí que la monarquía br
a época. Todo ello cont
ás insufrible de la larga
s mi
e trabaja
mi
l pa
ero, las terceras y cuart
crecí como hija de un hom
setos de lo
iel
or eso y por muchas o
ces e
nada bueno sobre él. ¿Pe
de entonces se ha conv
o he
o sa
un pantalón de pijama y
la camiseta ceñida sobre
tan poco vestido. Ni
que me
que me des
era y m
n que juré
ás
do é
instituto, él siempre e
a. Siempre con el pelo im
dia sonrisa en su rostro
hos a medida, chalecos d
o... todo ello era de al
ria tuvieran que lleva
ombr
n su bastón, con esos oj
í, es cualquier cosa me
ata sólo d
pij
emp
ntonces Catriel siempre es
nía un gimnasio en su prop
pos deportivos profesiona
o, el hombre que tengo de
s hombros de su camisa, t
o poderoso y tensándola
on la mano agarrando con f
me escrutan. Su camisa se
huecadas, un vientre plan
o la
uster no es
los
l de