corazon de CEO

abiendo que mi matrimonio fallido con tu madre puede haberte arruinado. N

tomó casi media hora decirlo todo y, cuando lo hizo, fue sólo para enoj

a ¿y mi padre viene con una de esa

on mi madre no me arruinara? Sant

por favor, hombre, tengo 25 años.

timo pedido, dijo Tina cuando le co

nada más. Realmente espero que n

o y llévaselas para que las vea.

no fue sólo de decepción, también

para engañar a un moribundo en sus

or Internet tratando de encontrar a alguien que pueda cooperar con esto porque de ninguna manera llamaré

"broma". No entiendo la mente de

tar que sucedería. Entonces, cu

e un pitido con una notifcación. L

luda con malas palabras y me pregu

í, de hecho lo olvidé. Dejo el cuad

o muy apasionado, quien me envía u

ran éxito. Prefero fngir. Es mejor engañar a mi padre con una novia falsa que verme atrapado para siempre,

m No me contestarás, ¿verdad? Iré

04h quieras o no 11:05h haces

______ Mis ojos vagan sobre los

tas veces cuando es posible en

s de la policía! Sólo el personal au

ria. Deja de preocuparte. Me levant

vando la actividad en la calle. No c

nocible. Ahora tengo el pelo castaño

comprar ropa nueva en tallas m

omiendo sopa para ahorrar para el

r a sentirme libre. Y también me hice

y la Victoria que era hace meses. M

te se volvió asfxiante. Me asfxio.

ocí a Jacob aquella mañana lluvios

a bajo su paraguas, no podía imagi

e estar con él escapando de la lluvia, después de todo, era un hombre d

año. No sé si fue su apariencia, su

lo que hacía una declaración con

al principio, no daba la impresión

quien juzgaba a las personas por

y empezamos a hablar. Jacob no par

pisado las zapatillas, que me queda

o, que le molestaba. Eso era muy i

me agarró del brazo, sonrió y se disculpó. Dijo que estaba teniendo u

té sus disculpas, que fue mi mayor

lmente pensé que era resultado de

llevar por el momento, terminé dá

nte y que sus amigos se habían qued

xplicó. Los verdaderos amigos no se

Pero no lo hice. Le di mi número

PEARL, una revista famosa y aclama

ue fnalmente sucedió. Un viernes

os, reímos, bebimos, bailamos y no

ron que fuera su novia. Fue una rel

, preguntando cuándo le iba a dar una copia de las llaves de mi casa, insistiendo también en saber si

dudaba demasiado, él se enojaba. H

dolió. Y desde ese día tuve que ocu

me sentía atrapada, casi colgando de la voluntad de un h