terio completo, Moira De San
a le gustaba intimidar las mujeres en las cuales veía un posible contr
ero nada más, un juego perverso de sentirse seducida, quizá a veces las emociones le jugaban malas pasadas, ella sí que estaba clara, le gustaba admirar un hombre sexy, Carlo tenía todo eso y más, pero lo que si tenía claro era que Moira le había mirado con aq
epartamento, lo había decorado a su estilo, una hermosa lampara de tronco a su entrada, unos jarrones, el sofá y dos muebles con sus cojines e
ue había estado buscando, con un préstamo del banco se avent
ecisión de mudarse dada la oportunidad de un préstamo del banco, independizada totalmente, su madre para
toda la ropa para entrar a la ducha, el agua fresca la renovaba por comp
jugo de naranja, nada como recibir el día con serenidad, el desayuno entraba en ese momento
aldré en hora y media,
tras de sí, en ese momento la
erías casar
as manos y llevarlo al gran lecho, el hombre se perdía en cada caricia, que ella ahora juguetonamente hacia sobre su cuerpo, luego se giraba de espald
no...pero un banquete p
hablar Moira, piensa mi propuesta,
Moira salía de la cama, y tom
l tampoco fue de la noche a la mañana, en este instante solamente soy yo, este tiempo lo quiero para mí, además hay muchas cosas interesantes que de
Moira, es vivir juntos to
ro no te asegur
aunque el motivo podría s
isa a ducharse, y vestirse, sería una mañana de reuniones, Moira le había dejado un traje nuevo en el perch
masajista h
pasar, ya es
caricias hicieron un buen masaje, luego se enjuagaba el jabón y salí
s después-. Le da
nteresa
me atrae, quizás no como pa
..tendría que entender ese gusto tuyo...que
ando tríos ni nada parecido, en las cuatro paredes de mi h
sas con una muje
erminar con un amante volviendo el placer locura, es sencillo, me gusta sentir los besos de una mujer, ya me conoces, ¿Que pretendes?
í de entender, pero no quiero d
desayuno...nos
miró por unos segundos, y cerraba la puerta tras de sí. Soli
ga de hace años, sin ningún reparo se despojaba la bata,
sutil beso e
aje un nuevo aceite, está recién preparado, de olor
, no quiero que m
as cervezas, o una pizza, la chica le había insinuado de irse a vivir juntas, a Nai no le pareció en su momento la decisión apropiada, era poco tiempo, además en su spa, le
ía asegurar que Moira deseara irse a la cama con una mujer, porque en su cama un buen y estupendo amante la esperaba. Tuvo un pretendiente al que quizás le hubiera dado el sí, estuvo acostándose con Vera Clayton, y eso era una traición a ella misma, Vera era su riva
saje, ahora sus maderas trabajarían c
as señales, sabía que era ardiente y apasionada de tanto en tanto platicaban sobre sus salidas. Moira y ella se confiaban secreto
uéntame
igual, continua con
no qu
a, aunque papá quería que nos casáramos con buenos pretendientes, ya cada una tenía su herencia, y él no deseaba que arrui