puerta de éste un sobre rosado pegado, bastante dudo
te lo abr
ido J
ra poder sacar las palabras correctas que te hagan saber lo que estoy sintiendo a
ro soy muy tímida y nunca encuentro el valor para hacerlo. Aunque, puedo as
aras a estudiar se te hiciera fácil ir a clases. Tu mejor amigo Tomás vive al lado de tu casa y todas las noches van a sus cl
mentos tienes que estar revolviendo tu cabello -eso era lo que hacía Josef en ese instante, se sorprendió tanto que volvió a leer aque
o como amor porque sé que nunca te enamorarías de mí. Pero si estas palabras causaron algo en ti, no i
s Gonzales
llenas de tanta ternura solo pudo haberlas escrito una bella niña dulce. Po
buscaría y le pediría que fuera su novia, seguramente sus
en perfume. Bajó al comedor y sus padre
eguntó su ma
sentó a la mesa y su madre le sirvió un
le habían escrito. Así poco a poco sus amigos se
niña ¡y eso que no la conocía en persona!, pero ya podía v
lo hizo, reunió a todos sus amigos en la cafetería para ponerse en la misión de bu
ecía a sus amigos por dónde debían
... -dijo en u
para nada bien), tenía su rodilla derecha vendada y una bendita en su frente. Sus d
sus rostros al v
soy quien te escribió la ca
o y sus amigos lo miraron
actado, "pero qu
us amigos soltar
ban y la señalaba
llo; popular hasta en los profesores; tenía las mejores notas; las niñas siempre se enamoraban de él y sus padres le compraban lo que estu
asustó por el tono que utilizó-. ¡¿Crees que yo sería novio
ue la estuvieran humillando de esa manera: todo su cuerpo empezó a tembla
s empezaron a ver lo que sucedía y poco a
irigió a la entrada del colegio mientras limpiaba sus lágrimas con sus manos. E
y bonita, sé que puedo ser muy bonita...! -se repetí
ños de
con sus tíos, que eran dueños de una reconocida revista vendida a nivel mundial, además, su madre había creado una marca de ropa
a fortuna tocó a la puert
alta, delgada y con tallas perfectas; cu
más años de soltera, los medios de transmisión no podían ganar
había olvidado: Josef. Aquel niño que se había burlado de ella cuando p
le que ella era aquella niña. Humillarlo frente a todo su grupo. De seguro se había vuelto más arrogante qu
bañar, estaba frente al espej
nos en su cintura. Debía asistir a su primer día de clases en
cido, querían que se graduara allí, y ella ahora salía con esas cosas. Sin embargo, aceptaron, ya que les hacía falta tenerla en casa y, ademá
ra entrar al instituto, vio que los estudiantes por las ventanas del colegio miraban y gritaban de la alegría. Keidys había ganado gran fama, y eso le gust