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Historia
PEONÍA. rebeldía, nobleza, belleza, y amor.

PEONÍA. rebeldía, nobleza, belleza, y amor.

Autor: KTMM1997
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Capítulo 1 Ojos azul hielo

Palabras:6007    |    Actualizado en: 28/01/2024

o XVIII), en el octavo siglo del II milenio en el calendario gregoriano, La

horas, el pueblo entero se unió a la gran celebración, Sin duda alguna fue considerado el milagro de la época. Ya que su majestad cristianísima, el rey Antoine XVI y la reina Charlotte lleva

na hermosa niña.–

sa flor,–

todo su esposa al fin le había dado un heredero, en este caso una heredera. Cargo entre sus brazos a la

también con ella nacio la esperanza, la risa, y la alegría, en todo el reino. La linda princesita fue una gran bendició

e edad, el rey consideró que era ho

do pequeña,– Ex

scendiente,–nunca es demasiado tempran

e de su niñez.– hab

e perder el tiempo en tonterías .– hab

es, estudios, horarios, educación, y mucho más. Las normas eran más de lo que una niña pueda resistir, constantemente un perceptor le enseñaba, corregía con firmeza, puesto que

mbargo, había algo que no marchaba conforme a su voluntad, ese algo era su hija. El rey le exigía cada vez más haciendo la carga demasiado pesada para la pequeña Alice, Para ent

por la rebeldía de la joven princesa,–¿Qué

ún es muy joven.–

e años, ya debe alcanzar l

que crees se convertirá

de la locura, del despertar de nuevos sentimientos, edad en la que no se piensa en nada más que en correr, dar saltos de em

ra ofrecer sus servicios al rey. El joven fue enviado por la familia noble de Fontainebleau, su nombre era Al

e una carta escrita por su excelencia, el Marqués Louis, en la cual le info

toda su familia; y aunque no conocía muy bien al joven, debido a que hasta ese momento fueron muy escasos

la conducta y destreza de Alexandre; A lo que el general Simón declaró que era un joven con

le envío una invitación a Alexandre para que asistiese. Al joven Fontaine le sorprendió la inv

abello castaño claro, ojos azules, con aspecto de caballero, de bonitas facciones, y porte aristocrático. Todos tenía los ojos puestos en el joven, incluso la jo

prudencia siguió con atención cada uno de sus movimie

aine!.– sal

cia al rey y a la reina.–Me siento muy adulado co

ués siempre es bienvenida.– habló el rey,–Me siento honrado de que su ex

iente honrado de servir a us

ando termine su servicio, ¿piensa aspirar a un grado militar? o prefiere usted,

a mirarlo, y por supuesto también un par de opiniones, la má

tía las miradas de todo el salón sobre él, en ese momento se dio cuenta de que todos los presentes le

ño sería excelente en ambas, par

rgo, no deja de sorprenderme, visto que no ha ten

o he visto personalmente su desempeño, pero las personas que han te

padre, considero que es mi deber, en virtud de que gracias

aballero, proveniente de un linaje puro. Los Fontaine, habían vivido en el palacio de Fontainebleau durante casi ocho generaciones, cada

e Charpentier, una mujer noble, y muy bondadosa. Fue una boda excepcional, también llamada la boda de la década, pues pasaron diez

esa no podía conseguir quedar en cinta. Finalizando el año 1.764, cinco años después de celebrar el ostentoso casamiento, las esperanz

de diciembre de ese mismo año, el llanto de un infante resonaba en el palacio de Fontainebleau. Se trataba de un be

lla aseguró que su hija murió tras dar a luz, también afirmó no saber nada sobre el padre de la criatura. Fue así como pensó que lo mejor p

su corazón sentía gran cariño por el infante. Pasaron pocas semanas, y no tardó mucho tiempo para que el marqués comenzara a sentir afecto por

u padre; es decir, en caso de que el marqués Louis, renuncie a su cargo o muriese, Alexandre sería el nuevo marqués de Fontainebleau, claro, siempre y cuando tenga la mayoría de edad. Tener el apellido d

brados por la decisión del Marqués, ¡fue todo un escándalo!; Sin embargo, el mar

Fontaine con su distinguida personalidad, y educación, silenció a todos los que criticaban la decisión de el marqués, dejando en alto

a de que el apellido Fontaine seguirá siendo uno

ó curiosidad. Tranquilamente, Alice camino atravesado todo el salón, para acercarse a ellos. Pocas personas notaron su presencia, si, claro, todos la aprecia

r palabra, hasta que sus miradas se cruzaron. Los ojos de Lord Fontaine eran azul intenso, su mirada fría era la que po

d Fontaine inmediata

ncesa de Francia, pero supuso era ella, por el gran parecido a la r

, hijo de nuestro gran amigo, el excelentí

mismo gesto.– y ¿dónde están los marqueses?

re se encuentra en Inglaterra,

tra su prim

solo era un resfriado, pero tengo

o no contar con la presencia de los marqueses esta n

cer conocerla.–sonrió, rápidamente apartó la mirada, y volviéndose a la reina la felicitó.–

le parece el baile?

ontestó dando un

mucho.– La

ir a saludar a Lord whistle, por favor Lord Fontai

Frederick Whistle, quien falleció debido a una extraña enfermedad junto a su esposa, la vizcondesa Penelope whistle. Desde e

s de dos años, el rey Antoine y él mantienen un lazo de amistad, se conocieron en Escocia, en una reunión por parte del gobierno Británico. Y pese a que

n placer acompañarlas,–aceptó

, volveré en segu

compañía.–contestó la reina sonriente. El rey se encaminó

o que no tengo el placer de habl

a al rey alejarse,–últimamente está aprendiendo a toc

legría.–Mi hija también toca el arpa, lo hace

las y la aureola.– comentó Alice con un tono burles

e escucharla tocar, claro, si el rey y l

lo permitimos.– contest

io, se dio cuenta de que todos le miraban, y hablaban sobre él. Los señores declaraban que Lord Fontaine tenía mucha clase; la señoras y jove

n un salón lleno de gente. No era de su agrado participar en bailes, esperaba después de esta noche no volver a participar en

nglaterra cuando terminara de prestar el servicio militar. Y no porque no disfrutara de su estadía en Francia, por el contrario, amaba a su país, y mucho más estar cerca de sus padres; pero estaba ansioso por seguir enriqueciendo sus conocimientos, y también qu

ombre bastante solitario.– le dijo, c

ue le habló.–Alteza,– dijo sorprendido cuando vio a la jov

ervo.–

al salón, la noche es

recioso?,– preguntó Alice l

dió el joven, hacie

observando el gran cielo oscuro y estrellado, l

ailar.– dijo A

una pregunta o

mación, aunque me temo de que se así, sin embargo me gusta

stura con la que la princesa le habló. Q

o, siendo sincero, prefiero la s

Alice caminando al rededor de Lord Fontaine.–Me preguntaba ¿porqué un joven militar desconocido era de tan

ra mí, el poder servile al rey y a su f

edado la simpatía, el buen humor, y la alegría que tan bien caracteriza a la familia Fontaine. Sin embargo, en cuanto lo vi me dio la impresión de que

que no,

haya notado, lo único que se escucha

ién he sentido algunas miradas sobre mi, pero prefie

ntió la mía.– dijo sin mesura–, verá, quise obsérvalo con mayor detalle, para poder d

staría mucho escucha

rgado, aburrido, y muy se

ras buscaba las palabras adecuadas. Era la prime

alteza.– comentó amable

na admiración, todo lo contrario. Aunque debo admitir que en un inicio logró llamar mucho mi

o, y créame, lamento mucho no cumplir con sus expectativas

ud tan rígida, no se da cuenta que es exactamente esa actitud la que no soporto.

rto,– dijo tomándose un tiempo,–también es el suyo, alteza.– recalcó la última palabra, resaltando que ella era un

taine.– l

el ceño.– Le gustaría cambiar l

odesto. Aunque lo que dijo no era del todo cierto, lo que

.– le dijo con

uí, además el hecho de que usted esté sola en compañía de un caballero en este lugar tan so

ilar dentro, en el salón

estoy le pido me disculpe. Alteza, usted aún no es presentada en socieda

cruzaba la edad de veinticinco años, ya era un hombre muy maduró, por tanto no le agradaba una joven berrinchuda con comportamiento indecoroso com

as normas de la nobleza, ya veo porque es de ag

se expresaba, una forma bastante peculiar tratándose de una princesa. Su hab

lón.– dijo Alexandre con i

se cuenta de que el joven Alexandre no había podido disi

ambién tiene derecho de perder

to muy irrespetuoso de mi parte.– era sin duda alguna un verdadero caballero. No consideró correcto la

ice, luego apretó los labios, y

ar muy solitario, no es correcto que se q

preocupe por

no es más puede marcharse.–

a princesa Alice aún no había regresado, temía que algo malo le ocurriera, estuvo tentado a volver para asegurarse de que estuviera bien; pero antes de que tomara la deci

, y durante toda la noche no paro de escuchar excelentes comentarios sobre él. El nuevo militar Fontaine despertó el interés de toda la sociedad, a pesar de

n a Alexandre, le pidió que fuese a desayunar en palacio la mañana si

rey, su esposa e hija. Compartían mesa junto al joven que

tomaba una taza de té, Lord Fontaine, no paraba de recordar el encuentro que habían tenido la noche anterior durante la velada. Nunca l

ed es todo lo que un caballero noble debe ser, sensato, con clase, buenos modales e inteligente. El

u comentario.– agradeció

tado a la mesa que quitaba la mirada del plato. Lord Fontaine se gi

che durante la velada Todos los invitados no pararon de ha

sorbo al té,–Nadie antes había sido tan admirado, ni siqu

puso, girando la mirada

isfruto del baile

da maliciosa. Lord Fontaine la miro, y entendió que la pregunt

puesto,

la impresión de que no lo

, la princesa no mentía en lo más mínimo. Aunque sabía bien, que la verdadera

familia real lo miraba con atención, esperando alguna respuesta de su parte. Alice, quien disfr

Lo cierto es que no estoy acostumbrado a estar rodeado de tantas personas. Tod

para hablar, pero

rey.–El marqués, en su carta me ha comentado sobre su estadía en Lon

a.–Londres es una ciudad maravillosa,– continuó hablando,–...pero si soy sincero, lo mejor para mi fue la edu

hablar le aseguraba la atención de todos a cada una de sus palabras. Su voz era bas

su invitación. Mi padre me pidió que regresará a Francia, debía primero cumplir con el deber que tenía con m

mismo, ¡el señor Perfecto!. Lo que él hablaba no le interesaba en lo más mínimo a la

necía a una familia honorable. Pero Alice solo se centraba en buscarle defectos, defectos que claramen

do y estirado. A la princesa le agradaban las personas más sencillas, humildes, alegres, graciosas, animadas, espontáneas, aventureras, y pre

de la caridad, cuando la miró sintió compasión por la pobre niña, y no dudó ni un solo segundo para llevarla consigo al palacio, desde entonces se convirtió en la criada más querida por su majestad. Maria es unos cuántos años más ma

rrida con el tema de conversación

Fontaine, así que decidió retira

u padre, el rey,– ¿dón

jardín con Maria.– r

petas el protocolo de la

o.– amonestó en seguida el Rey Anto

ca con Maria, en lugar de seguir escuchando las aburridas experiencias

la cual era testigo. Todo aquello ya era suficientemente vergonzoso, así que lo único que quería en ese

la sociedad, para él era de total desaprobación, y mucho más teniend

tar más tus insolencias!.–re

Alice, Te pido respeto hacia Lord F

Alice, Se disculpó fingi

esto amable, en ese momento no tenía palabras para semejante comportamiento.Lord Fontaine, bien sabía que las

a a su habitación, por favor.– hab

majestad.– ac

d Fontaine, intentaba fulminarlo con la mirada, pero él perma

esa se encontraban solas, la primera

Fontaine fue reprobable, El señor pare

rincesa, pero esto solo era posible cuando estaban solas. Y aunque en un principio era incó

modo presumiendo sobre todos sus estud

e correcto.– co

por una jovencita de quince años.–

sobre tu comportamiento?.–

ca estaba de acuerdo con el comportamie

té sobre mi comportamiento con su padre.– s

ice,– agregó Maria

ferente,– Si Lord Fontaine es tan caballero como apare

, Alice?.– pre

e,– exclamó Alice,– no me atrevería a decir nada que pueda dar motivo a crear rum

loca.– Dijo Maria se

é tal insolencia, enciérrenla en la mazmorra.

o tenga compasión.– agregó

paraban

no le agrada Lord Fontaine?, parece un homb

caminaba apresuradamente por la habitación,– Es antipático, amargado, presuntuoso, se cree el Perfecto britán

rece.– di

s mejor cambiar de tema,– dijo

en silencio por

, mejor quedémonos aquí.– corrigió rápidamente. No quería tener la

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