molestia. Tengo que deshacernos de ella antes
ado de tener que ser el mediador entre esos dos, quienes p
pensando si más bien d
ca para su hermano, sólo que el muy tarado ni siquiera se daba cuenta. Tenía que pensar en algo dr
viaje a Londres, había dado de frente con la pequeña
shb
s negros –que le hacían aún más atractivo–, atravesaba el enorme aeropuerto de Inglaterra
aeropuerto, su celu
rew -habló, atravesand
contestó una suave voz a
. Acabo de llegar -dijo feliz, hacie
orque me ha parecido que ya estabas tardand
metía la maleta en el maletero del taxi-. Por cierto, ¿qué haces todav
e tener hambre a todas
emasiado? -dijo entrando y dándole l
e dos bolsas de patatas fritas en me
empezó
ando nazca. ¡Tendremos que comprar el supermercado entero! -dijo
familiar, conoció a Keyla, una valiente agente del FBI americana, aunque inglesa por parte de madre, rubia con uno
(ya que estaba embarazada de 3 meses y no era recomendable que viajara en avión), había venido por unos pocos días para ver
tito insaciable que tiene ahora, jajaja -rió Keyla-
algo no dudes en llamarme, ¿de acuerd
dales recuerdos a todos de mi parte! Bye bye. ¡Te esta
á. Cuando él se enteró, casi se sube por las paredes, llev
omo un milagro par
ya que era miembro VIP de aquella cadena de hoteles de 5 estrellas. Luego de
la familia Rogers, una de las familias más ricas y poderosas del país. Él y su
s. Aquel barrio, por supuesto, era el más rico de la ciudad, donde había todo tipo de mansi
la calle principal, cerca de la de la familia Ke
ó a la puerta principal tocó el timbre. Es
s, con una sonrisa radiante, y que aparentaba unos 50 añ
enía de verte! -dijo la
a misma fuerza de siempre, mamá
hijos! ¡Para eso se necesita ser muy fuerte! -
mbre moreno, de pelo y ojos negros al igual que su mujer, que salía de una de las numerosas habitaciones de l
diéndole al abrazo-. ¿Ustedes?
tu madre y sus arranques de orgullo
reojo, fingien
rrumpir mis momentos, amor? -dijo desistiend
do, nunca podía enfadarse en seri
nietito? -dijo agarrándole del brazo a su
ser un día