ÍTU
iana
del jardinero, que hasta ahora no me ha dicho su nombre. Entonces
ntado... - Dejó de caminar y puso cara de asomb
ómo me
Mi no
y de repente reanudó la marcha, tirando d
acceso a la zona interior, y por mucho que me preocupara desobede
y mira cuántas flores diferentes hay! - comenté, m
co especial! ¿Vienes
cial? - pregunté
dado, con guijarros que hacían de senderos, y luego subimos a un puente, que es
donde las propias ramas formaban la parte superior
cerca y sin la gorra, puedo ver que es hermo
¿A q
sobre todo sin la gor
es? - Se sen
sé si puedo preguntarle eso
no le grabé la cara... y el segundo día no pude fijarme en nada aparte de las g
na. Espero que alg
n a acercarse a la jardinera, y al poco rato estaban sobre mí.
siempre aquí
ién crees que ayudó a cr
a! ¡Eres ge
inero está relajado, me siento ligera con él y ya me
n, porque si Don me hizo eso antes de casarme, no pu
¡Así podrás descansar! - me pr
rta si estoy
stás preciosa!
a él! - El jardinero empezó a toser y pensé que se había atragantado
ús, ¿es
a otra razón por la que me pidió que hicie
ro cambiemos de tema, ¿vale? - Me tumbé en
elo hacia atrás y me estiró las piernas
ntras me acariciaba lentamente y yo cerraba los ojos, n
. Varias veces sentí su tacto en mi piel, esas suaves caricias que me encanta
la ligeramente cuadrada, las cejas parcialmente perfiladas
cía que sus pensamientos estab
ue aún puedes dejar que te bese... - Puso su d
stoy compr
Lo negué. - ¡Entonces es él el que e
ba a ceder y tiró de mí para sentarme en su regazo,
s lo que iba a pasar, y poco a poco nos fuimos ace
na profunda conexión, un escalofrío que parecía llegar a mi alma y llev
ar por él. Apoyé mi cuerpo completamente contra el
suaves y bien afeitados chupaban los míos,
o, ya que el sol empezaba a ocultarse. Sentí que la mano del jar
go que
er nada, sólo te
es tarde. Tengo miedo de q
trozo de tarta de la casita del fondo, co
hace
ruego... q
así, ¡no puedo negarme! - sonrió
un maravilloso pastel de fresas y nata; c
tarta en la nariz y y
tido pasar el
ste! Siempre esta
uro que no nos volveremos a
os deparará el mañana. ¡Nu
E ACU
olver? Pronto
stro paseo ll
minamos juntos hasta mi casa,
i tío no está aq
uedo contigo y lo so
á mejor que te vayas! - le pregun
on. Me duché y me puse mi mejor ropa, aunque encontré un pequeño agujero en mi blus
naba borracho y estaba tirando todas las cosas que había clasificado d
nzó sobre mí y me dio dos bofetadas en la ca
- Intenté alejarme de él, pero se me ec
earme de nuevo, pero una vo
ás haciendo, travieso
que tenía grandes botones en la parte delantera y l
de que mi tío terminara, Don ya le había d
te nunca más cerca de mi mujer! - Don Antoni
o! - dije, aterrada, c
está abajo! No te vas a quedar n
r una bolsa que
ocer esa voz, una sensación diferente, una tirantez... Estoy casi segura de haberla oído antes y
no había donde huir, ahora estaría en pro