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ntó el mientras suba conmigo e
ba bajo un estricto secretismos, así que me sorprendí cuando para pasar mi primera noche de casada, tuviéramos que volar a Barcelona en el jet privado, durante todo el vuelo, ambos, como si hu
que ese hombre me beso, en el restaurante, cuando Arianna, les dijo, para ofenderlos, que nosotras éramos las que perdíamos, porque no teníamos con quien compara
e nosotras tres, yo era la más fría, competitiva, la más seria, la empresaria, siempre esta
itivo, nada emotivo y dominante de los herederos Powell, Miriam el mayor espíritu libre y desinhibido que he conocido, terminó con el heredero, más dominado
a su lado todo es perfecto. Yo me siento más libre a su lado, más intrépida, más decidida, me gusta la mujer que
"- le dije, un relámpago de deseo cruzo su mirada y me besó como siempre lo hacía, como todo un experto, ese hombre tiene la
o fue así, me dejo en medio del salón. Yo lo miré extrañada, pero el sólo miró hacia un lado de la habitación, dond
alfombras mullidas de pelo blanco y negro, cojines, una gran manta tipo edredón para cubrirnos, una hielera con varias botell
más de una espectacular demostración de disculpa, que fue desde enviarme un millón de flores, hasta montar u
alegro de que no pierda la costumbre de sorprenderme."- le dije a
respiración se altera, saber que soy yo quien provoca eso, aumenta, ya por si enorme, ego masculino."- me dijo mientas sentía como a mi espalda
i lo hacía, estaba tan poco tiempo dentro, que la
ocarte, por falta de oxígeno, te perderás, no, mejor dicho, nos perderemos nuestra noche de bodas."- me dijo
n sus tiras elásticas extendidas a lo largo de mis muslos, enganchadas a unas medias blancas semitransparentes, completando el conjunto una tanga blanca de
ael, me hizo sentir sensual, y deseable,
no me dará tiempo, señora Powe