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acrificada, de desnudar a ese espécimen de dios griego, creado, para llevar a las mujeres a la
uerpo, preciosa, y creo que me va a faltar tiempo."- sin más me besó. Mie
s. En ningún momento dejó de besarme mientras sus manos recorrían mis curvas sin detenerse en ningún lugar concreto.
úsculos de la espalda de mi hombre, era el mejor lugar donde querían estar, se dedicab
mis senos, y el gemir de placer
á empezando, pronto se pondrá mejor.
orque me lo pida el playboy, sino porque yo se lo voy a exigir yo"- me dije a misma, mientras un gemido, que quise controlar se transformó en un pequeño gr
bilidosos dedos, encontraron lo que buscaban entre mis plie
ientras olas de placer me inundaban. Clavé mis uñas en su espalda, sin darme cuenta, pero él no se quejó, al c
ó con su boca por mi abdomen, en dirección hasta dond
as yo, una incontrolada mujer, dejaba que me arrastrara, hasta donde este hombre, quisiera llevarme, me
creo dentro de mí, me hizo temblar entera, mis últimos gemidos se los bebió
no estas preparada, podemos seg
esperado demasiado, o me tomas tú, o te tomo yo, pero, deja de dudar, por favor, lo qui
ta de que se colocaba entre mis piernas, hasta que lo sentí entrar, poco a poco. Y finamen
in querer mordí el labio a mi marido, y el sabor de la sangre nos llegó
ndré hasta que te adaptes a mí, todo estará bien e
r tú, ahora señor Powell, termina de hacerme tuya, y haz
e los golpes de placer que anulaban mi conciencia, mientras mis gemidos eran bebidos, unos por uno, por mi amado, mi cuerpo entendió quién mandaba sobre él