la señora Javiera observo a una alegre
Lucia –
da dulce y triste, sus labios formaban una pequeña sonrisa mien
viera – susurro Lu
imulo la observo, los cabellos cubiertos de canas y como sus manos se apretaban sobre su vientre – nuestro rey regresa y como sabrán no con buenas noticias – las mujeres soltaron suaves suspiros de tristeza – aún no hay
ntras Javiera agachaba la cabeza y d
na entraba en silencio al castillo menos Lucia y Liz qu
jos de Liz se empañaron de lágrimas sintien
mo los recuerdo
s noches los aullidos resonaban a lo lejos y l
aré junto a ti por siempr
tos, se acercó para ayudar a sostener el cuerpo débil de Javiera quien so
ad invadía su cuerpo al ver el lujoso lugar. Cuadros donde se podían ver inmensos lobos, estatuas d
legamos –
sus pasos y los sol
como pudo la abrió dejando caer su bolsa blanca y c
us ojos agotada
piro mientras le
tristeza le hablo a su nueva compañera – la abuela Javiera ha sido como una mad
stia" se corrigió mentalment
z y dándose cuenta que aquella muchacha no era humana. Liz cubrió el cuerpo de Javiera c
su bolsa blanca y la apretó contra su pecho tratand
ambas por el inmenso jardín, flores blancas, n
ntes en su jardín flores amari
a cabaña del medio ¿Ent
ento chocaba contra su piel d
aroma dulce y cálido in
ventanas y un candelabro plateado
a y más tarde cenaremos juntas. La u
S
es de retirarse del lugar y al f
ueva cama y liberar aquellas
ermana te vo
olsa blanca y se acercó
recha hasta su pecho mientra
olo real, pero un recuerdo
o sus cabellos negros y
egó lev
ontrarte – sus lágrimas seguían surgiendo en silencio mien