contra el temible Alfa Gray y la noticia del embarazo de la Luna, Lyra. Ulrich estaba sentado junto a Lyra en un trono adornado, observando con
e de amor y admiración por la mujer a su lado. "Lyra", c
yra mientras se volvía hacia Ulric
as paredes donde colgaban las pieles de los alfas derrotados por Ulrich en batalla. Se detuvieron frente a la pie
je a casa, esta piel fue la m
to antes de volver su mirada hacia Ulrich
esión seria suavizándose un poco con
porcionó cierto placer traer a casa", explicó él,
el representaba una batalla ardua, un desafío enfrentado y una victoria conquistada, pe
ojo, que destacaba entre las demás. Ulrich la siguió, obse
da Firestorm", dijo Ulrich, señalan
Firestorm era su antigua manada, el lugar donde creció y aprendió los caminos de l
susurró ella, su voz carg
yra, la tristeza que atravesó
tal vez a la manada?",
ciones que amenazaban con desbordarse. Luego se v
a por la vida que me has dado, por nuestro reino y por nuestro hi
e sus manos, su mirada transmitiendo
urmuró suavemente, acarician
nsado y puso la mano en su vientre, una e
ue voy a descansar un poco", d
reocupación brilland
ñaré a mis aposentos", respondió él,
atrás las celebraciones y los murmullos de l
*
Colmillo de Plata, rodeado por la manada que había derrotado implacablemente. Pero esta vez, no había batalla, solo la mirada
rse a Gaia, consciente de que este encuentro en
sonó a su alrededor, cargada de una autoridad trascendente.
ías", declaró Ulrich, leva
mática curvó los
ando despiertes", respondió ella, sus oj
terminación, su postura ergui
to no tienen poder sobre
ad impresionante. Instintivamente, Ulrich agarró la daga que reposaba en su
ch encontró el vientre de Gaia, y un grito resonó en la noche antes de qs abiertos de par en par por el shock y la sorpresa. Parpadeó varias veces, tratando
salió ronca e incierta mien
ndo Ulrich se dio cuenta de que la daga que empuñaba en su su
cho lo golpeó con toda su fuerza. Soltó la daga como si estuviera ardiendo y sostuvo el
ena de angustia. "Voy a buscar ayuda. Est
cupación, pero también de compasión. Puso una mano gentil
tarde", susurr
mblorosas, su corazón roto por la idea de hab
ra. Nunca", susurró, sus pala
xpresión radiante de perdón y co
en los brazos de Ulrich, la vida abandonándola por la daga qu
steniendo el cuerpo inerte de su Luna, lamentand