interesados en Njord comienzan a seguirles, obst
rga encrucijada para perder a quienes logran seguirlo, más lo logra, llega exhausto a la orilla de la i
su objetivo. Njord se asume en sus pensamientos, esperando su cuerpo se seque, más una vez esto sucede s
abajo se quiebran lentamente, cómo si los plegaran con paciencia, con el único objetivo de torturador. Los pliegues de sus manos se cortan, dejando rastros de sangre cóm
a. Es cuando pierde cierta longitud, que su cola se divide en dos, derramando tanto cómo la sangre de Njord, cómo parte de sus órganos. Su piel escamosa cae, cómo el cambio de una serpiente, mientras sus huesos se
debe superar su dolor, para ayudar a su cuerpo a no introducir arena donde no se debe, más cada movimiento o toque le dan calambres que sacan gemi
d le ha sucedido, se ahogaba en su dolor, contuvo la respiración hasta casi explotar sus pulmones. Por lo que p
s primeros en llegar hasta Njord, prácticamente saltando hacia él sumamente ebrios, más no lo suficiente para no ver la desnudes del j
o le darían la victoria. Pero la fuerza de sus brazos permanece, lo que con mucho esfuerzo le permite noqueado al más insistente de los hombres, más siendo i
tores tan cerca de él, los cuales nunca le parecieron muy estéticos. Por que sí, había visto humanos reproducirse en el mar, frente a
ultar sus propios, nuevos, genitales del alcance de los asquerosos machos frente a él. As
su cuerpo, para rematar con el par de humanos que luchan en equipo contra él que aún no sabe usar adecuadamente
be usar el canto de las hembras, para hechizar a tu merced a quien lo escuche, por lo que incluso podrá ahogarlos sin proble
hombres que se encontraban sobre Njord, mientras las dos hembras lo abrigan, con la extraña tela humana. Por más que las mujeres
nota que también han consumido alcohol, el único cuyo criterio planean escuchar es el de Njord, más este no les dice un
versión, no es de aquí, por
a dirección de su hotel, deberían inves
voy a pr
e mira con una expresión gracios
Dónd
de te hosped
mujer lo aleja de Njord, quien
e pueden d
re se mantiene a cierta distancia, sonand
nde du
era con curiosidad su reacción
tazo me basta. Pero desde que viniste a la is
no lleva más de unas horas en el lugar. Por lo que con seguridad, niega rotundamente, sacudiendo
eren hacerle que
n lugar para que se quede, aunque no creo que gratis. Ya le robaron hasta la ropa, debe
egalo de otro alfa para su padre, por lo que pue
lo ayudamos, una vez má
¡¿Q
rgarlo, no parece lastimado p
son de alguien que
de Njord, que con orgullo ante su doloroso esfuerzo por
achera, así que hay que apurarnos, por
¡Iu
Dio y Cicero levantan a Njord, cada uno con un brazo del joven en su cuello, caminan tan rápido cómo pueden. Es solo e