da en ese lugar oscuro, el cual parecía un cajón
por un poco de piedad. Tenía miedo de morir, miedo
tortura terminara, cuando finalmente todo acabará, podría reunirse con s
na mujer hermosa, encantadora, la cual lo cautivó con tan solo una mirada. Su padre la amaba,
rar muy poco. Su padre nunca se volvió a casar ni le conoció a otra pareja en todos esos a
cirle de vez en cuando, con una mi
aba a su madre. Siempre había soñado con vivir una historia así, con conoc
uvo tan cerca de tenerlo; pensó a
de pensar en Nicolás, en todos los momentos que compar
a su
nico y más
su guardaespaldas hacía mucho t
presarle lo mucho que lo quería con palabras, lo mucho qu
s boberías, las cuales ya no importaban. ¿Qu
ratonera en la que se encontraba se abrió, reve
la habitación hasta dar con la pared má
ía llegado?»,
grandes zancadas el espacio que los separaba y, inclinándo
esión de extrema concentración, parecía pensa
er cómo sería su final... y así fue, a los pocos segundos,
lo fue jalado y al segundo s
sujeto se alejaba empuñando gran parte de su pelo. Su hermoso p
se a la puerta, luego de darle el susto de su
padre, porque si no, la próxima vez no vendré para c
as siguieron transcurriendo y lo único que le habían traído
cosas, había decidido que lo me
las horas y dos días de ayuno h
, contemplaba su muerte. «Resultó más pacífica de lo
me hayas permitido matarla, para dejarl
nció el hombre c
seguro? Parece estar a
és de todo, no está acostumbrada a estar en un ambiente tan
s qué sugieres?
dad-. Pero no puedes esperar que una cr
s su padre me tenía en peores con
...-dejó la frase inconclusa, porque lo
ita de
rá-dada la orden, salió de la habitación deja
rarla y matarla ahora sí. Sin embargo, desechó el pensamiento, porque
let se sintió con mayores fuerzas. Las cosas fuera de su habitación se e
un mechón de cabello de su hija, enfureció mucho más y decid
os se enfrentaron, resul
erte, y mientras eso sucedía, Luke entró
o sería capaz de torturar y matar a su querida hiji