nsiaba ver ese gesto en su rostro, llevarlo al mismo límite de sus emociones, las mismas que sent
s de lo que realmente no necesita ninguna aclara
na mirada de desprecio, me sujeta de
as podid
Era lo único que esperaba. Me coloco el vestido sin apuros, con absoluta parsimonia. Aunque me encantaría saber que le está diciendo, prefiero d
cambiará cuando les cuente mi historia y por qué decid
otras permanecemos largas horas en nuestra habitación leyendo las historias de las grandes mujeres que lograron casarse con reyes de la monarquía española. Una especie de adoctrinamiento subliminal que nos dice muy claramente que es lo
eredero al trono, elegirá a su futura esposa. Bueno realmente, es su madre, la Reina Emma II
nas, soñamos ser la esp
el príncipe Rodrigo, así que es mejor que estudien bien todo lo que habéis estado ley
izando sus libros de modales y buenas costumbres, mientras yo leo mi libro de poesía de Dostoie
el trono, insultándose una a la otra, rec
la mayor de las tres, me corresponde
oven que tú y por lo tanto m
tontas. Elisa ríe sin parar. Luego Teresa la m
la mejor, verdad. -increpa
ro soy la más astuta y sé qu
ró y s
res es la más hermosa de tod
as, creo que será difícil para él
la otra por encima del
uedo en silencio, viajo en el tiempo a través de
ños at
la acompañara al campo para recoger el trigo. Tomé una de las cestas y salí junto a ella. El sol era algo fuerte, por lo que acomodé lo más rápido qu
tela húmeda de mi vestido se acicalaba a mi cuerpo, el sol iluminaba mi rostro. Me encantaba escuchar el canto de los pájaros al atardecer. De pront
l apuesto hombre que se lanzaba del cab
uro resplandecía con los rayos del sol poniéndose.
de estaba mi madre; di el primer paso, pe
a su criado y se lanzó al agua casi sin parpadear. Lo vi aproximarse e ins
ó sonriéndome, mientra
iritar, y no sabía si era el frío o su
? Verdad. -me preguntó y eso me llenó de emoció
su ma
el criado desde lo a
subo. -respondió y se volteó a verm
toy con mi madre. -res
detrás de él, avergonzada de la tela transparente que se amalgama a mi cuerpo. Al lle
ndo acarició mi
na herm
io, aún más lo era
de mi madre me sac
je más nada y corrí hacia el ca
iguiendo mis pasos, hasta que desaparecí, y me en
mi reciente encuentro que no tuve ánimos de explicarle lo que había pasado, pues mis pensamientos solo podían diri
regunté cuando regresamos a casa,
egaron hasta nosotras para ayudarme a llevarla hasta su habitación. Al encontrarnos allí, Teres
tás agotada, es todo
e escucha que hay una en
reclamo, pues al ser la meno,
i madre declaró-. Pero Anna, por favor lleva el pan al palacio
ser Anna la que vaya? -repro
reino. Si quieren ese privilegio deber
madre verme de reojo, y entonces sonreí, feliz, porque tal
fresco en una de las puertas del palacio. No era la primera vez que iba, pues a veces solía ir con mi madre mientras me quedaba fuera, vien
ita. Veo que viene us
ñor. Vengo a entregar el e
mente, me dejó entrar, y quitó la cesta de pan de mis manos para envolverlos e
caso cree que voy a roba
menos que yo -dije sin más,
tre enfurecido y atento, me sentí incómoda, así que m
oven o cuan altaneras sean, t
la bosta! -le
y ante mis gritos e intentos de zafarme, una de las mangas de mi ve
osotros me hizo estremecer. Al cruzarme con