TULO
SA
25. ROSA
udiar. Gracias a Dios ya está hecho
o tomar uma siesta, me dejo caer em la cama y me pongo los auriculares. Escucho mi lista de r
. Italia. O tal vez debería visitar Finlandia, Noruega
s difíci
gunos de los destinos de mis sueños. La idea es a la vez estimulante y aterradora. Finalmente soy lib
alité, o podría hacer alguna obra de caridad, o podría estudiar más. Puaj. Tacha e
is pensamientos se desvían hacia playas de a
rráneo. Casti
amo
ncir el ceño. - ¿Que diablos? - Miro por encima del hombro, es como
al ho
sonido de
hombre extraño e
de segundo obser
negros como la noche. Uma mandíbula
e forma voluminosa, pero sí firme com la promesa de um paquete de sei
que haría que a la mayoría de las chicas de la escuela
cálido ni soñador
ánico persiguiéndolo, él se hunde: sus ojos están llenos de brutalidad. T
. Maldici
luego, com uma repentina ráfaga, el pánico me g
ucho por ponerme de pie. Mi corazón late violentamente contr
y arrastrado por el aire. Mi espalda golpea su sólido pecho, sentir la fuerza em su
el de gallina em cada centímetro de mi piel expu
qué
mis pulmones respiran com avi
orio de los disparos parece distante, el calor de tu cuerpo es
e duele. Como uma persona poseída por um demonio, lucho por liberarme. Mi cuerp
uspiros ardientes, mi corazón
chillido de pánico. Com um agarre poderoso, sus dedos envuelven mi garganta, el metal helado de su arma presiona mi frente.
ntos destructivos,
uñecas, um grito desesp
mbre de su voz profundo y amenazador,
ertos se fijaron em sus desconcertantes ojos oscuros e implacabl
ir: - Cálmate. Haz lo que te
e
tan em señal de protesta. Mi voz suena tan vu