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irando el anillo de compromiso que ella había enviado una semana atrás,
, incapaz de creer lo qu
decirme en la cara que no quería casarse conmigo, había tira
a bien, no
os los recuerdos juntos se agolpaban uno tras
quemando por dentro cualquier emoción que pudiera estar exper
ia Sal
no al suyo y los obligo a irse de New York, nada de eso me importo cuando la vi en una fiesta, fue insignificante para mi nuestro enfrent
ría para mí y siempre conseguía lo que quería, habíamos sido por tres años la p
territorio se ampliaría y podríamos controlar a cualquiera que ostentara quedarse con lo nuestro, como los irlandeses que nos venía
cil que todos querían en nuestro circulo, pe
moneda corriente, pero a pesar de ello, había querido por mucho
de los casos decirlos, sabía que mi temperamento muchas veces asustaba a la
la amaba, a mi man
shington y con ello a la familia Salvatore, dejarlos reducidos
día p
día r
unto del vínculo matrimonial roto, todo fue tan sorpresivo que no pudimos hacer nada, su
arde para el co
lquier atisbo de paciencia
é a Fra
como si fuera una moneda de cambio. Estaba tan desesperado por los beneficios
nte una niña aun, catorc
pero no mucho más que eso. Cuando la conocí, la primera vez que Vittoria me invito a una fiesta por su cumpleaños antes d
hora ¿Diecinueve... veinte? Era una maldita cría aún. No podía imag
ía y no er
una locura en todos los niveles posibles y que el hecho de que su hija mayor me haya dejado, hu
imp
ullo y a mi
bio quiero el setenta por ciento de las ganancias en las nue
ecerrados-. Pero ten cuidado Marko es de mi hija de la que estás hab
ócr
sabíamos, sobre todo porque el en particular y mayor medida la había condenado a ese papel, sol
amarg
nsado antes de entregármela
asintió en silencio, podía ser el capo en Washingto
o que volver a la oficina pronto, po
nclinación de cabeza salió d
a un de
de, demasiado herido para admitirlo, quería lastimar a Vittoria por pisotea
por haber
tima de esta historia, pero este no era un mundo j
rio, era el mi
veces y si eso me servía para demostrar que
lleno de puritanos
as nueve de la mañana, demasiada mierda con la qu
i de mí mismo, todavía no podía procesar con claridad lo que V
anhelo esperando que se dé cuenta de su error
usencia, la llama flameante del odio
sca, no la conocía, y tampoco creía p
hasta la be
ecesario, esto al final no iba a ser por amor, solo un trato que nos
ían cabida aquí, Vittoria la
gante Maserati negro. Antes de salir a la luz del sol, ya estaba sa
ruendo que se produjo debajo de mí fue satisfactorio y eléctrico, conduje a uno de los clubes que la familia d
los
la puerta si tu nombre estaba en la lista, pero este era mi t
sexo y mucho alcohol y aq
sar de ello, antes, el sexo por dinero nunca me había atraído, eso iba a cambiar h
mejor hombre y no resulto, ahora iba a dejar que mi naturaleza fluya
lo que quería y nadie
ejos de conocer los alcances de mi
ás indultos