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ESAD
orilla de la playa, recibiendo la energía de las palmeras, contemplando la inmensidad del mar y las bellezas que ofrecía aquel hermoso lugar. Sarah era una niña de cinco años, mientras que su hermano Ian, era un poco más grande, ambos eran muy apegados a sus padres, quienes siempre les profesaban su amor y sus cuidados a cada momento, así como fomentar los valores para ser siempre
queña para esto. ━le contesta Ian,
ero ver. ━insist
bos, pero no deberías verla, si
no le diré que tú
lícula, lela, apenas despabilaban, pues le parecía emocionante ver cómo los hombres se transformaban en perros y aullaban a la luna llena, de
s. ━contesta Ian, tratando de ocultar la
ramación, al darse cuenta, pregunta ━¿Cuántas veces les he dicho que este tipo de programas no los pueden v
otra vida quizás, o de mi misión en la vida, cuidando
de este tema, además los perros y los lobos, son razas diferentes y hacen cosas distintas, los lobos de estas películas son
á. No me da nadita de
adillas te despiertas gritando y sudando, asustada, ¡Vaya cui
escuchar una palabra más acerca del tema, ¡Ah! y la tablet, por los momentos está decomisada, al menos hasta
ro m
métanse ahora a l
taron mi tablet ━susu
se en la cama. ━Ya mi niña, fue solo un sueño, sabías que esto podría pasarte luego de ver esa película prohibida. ━le repetía su madre mientras le acariciaba la cabeza. ━Mami pero a pesar de que sentía miedo, me pareció que ellos tenían que decirme algo, por eso no me dejaban ir, aunque por un momento, me sentí protegida, y yo tenía esa coronita, como si fuera una reina para ellos. ━¿Qué dices Sarah?, por favor, eso solo puede ser producto de tu imaginación, ¿Cómo vas a ser una reina para una jauría de lobos? ━le pregunta susurrando para evitar que Ian, se despertara. ━Sí mamá, ahora que lo pienso, parecía más bien un mensaje de ellos o de ese muchacho que apareció delante de los lobos, como si fuera su jefe. ━¿Un mensaje? ¿Un jefe de lobos? ¡Ay, Sarita!, mejor ya acuéstate a dormir y deja de estar viendo esas películas, para evitar esos malos sueños. El lunes a primera hora, llamamos a la psicóloga