de Linda Ye había
gran timidez, y apretando sus manos con fuerza. Ella acababa de tomar una ducha y estaba usando nada más que un
hica había estado enamorada de aquel hombre durante die
de los negocios y, además
único tema de conversación en la c
ento de que ese hecho no era tan hermoso y perfecto co
de la verdadera novia. Esa mujer, mientras fingía ser otra persona, se encargó de intercambiar los a
estado más que dispuesta a
, al escucharlos, Linda apretó más fuerte sus puños, tanto, que se clavó las uñas en las palmas de las manos,
poso hizo acto de pre
ambaleaba de un lado al otro, daba la
o aroma se mezclaron, inundando las foses nasales de
respiración, ante el pensamiento de
ios, Cecil levantó la barbilla de su esposa, con uno de s
y nada menos, la herman
n solo una nota en su habitación, la cual decía: "Papá, mamá, ¡re
os mayores se encontraron entre la espada y la pared, sin saber qué hacer o a quién acudir, puesto que, más allá de todo, lo menos que querían era hacer eno
mo voluntaria para casarse con Cecil, en lugar de su hermana,
escape de su hija menor, entonces, al escuchar la propuesta de la mayor, dudaron un poc
o la voz del magnate en su oído, tan ronca y encantador
a perdidamente de aquel ho
cia, ella no tenía ni la más mínima idea de cómo hablar con él, y tampoco
rir su pánico, así como la inquietud que se
el hombre de negocios se puso alerta de inmediato
lo es
ndió, asintiendo rápid
alabras, Cecil rio y su mi
amaba a Leona con todo su ser y que, por ello, estaba extasiado
esultado, el hecho de ser la primera vez que estaba tan cerca de su amado de hacía tantos años. Hasta ese momento, aquel hecho h
, cuando sus ojos se posaron sobre la oreja de su esposa, la felicidad que se había apoderado de su rostro se esfumó, deja
la oreja de la chica, él exclamó,
palabras, el miedo de
ser descubierta tan rápid
nconsciente, soltó la camisa de su nuevo esposo y agarró
tó su mirada, sin em